Editoriales

Donald Trump es… un loquillo / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Donald Trump es un hombre que ha sabido acumular capital y una gran carga de exabruptos que lanza indiscriminadamente para arengar la bandera del racismo, está en contra de la migración aunque su abuelo fue alemán y su madre escocesa. Senda contradicción.

Morelia, Michoacán, 11 de diciembre de 2015.- Muchas voces señalan que estamos en el advenimiento del apocalipsis, cuya palabra de origen griego significa revelación y así se titula el último libro del Nuevo Testamento bíblico que escribió el apóstol Juan en la isla de Patmos; en dicho documento se habla del final aunque en lenguaje alegórico. Más allá de los severos atentados terroristas que rasgaron la tranquilidad parisina a través de los tentáculos del Estado Islámico y que la respuesta de Francia con alianzas internacionales fue brutal, en otras latitudes algunas voces suelen destilar odio, racismo y todos los argumentos que cercenan esperanzas positivas.

El vecino país del norte vive el clima previo a las elecciones por la presidencia, los aspirantes a ser inquilinos de la Casa Blanca hacen su juego. Llama la atención el discurso atropellado como excluyente del plutócrata Donald Trump quien exige cerrar el paso a todos los practicantes del islam, definitivamente.

Antes ha sido soez con los mexicanos emigrantes a quienes calificó de “corruptos, delincuentes y violadores”, propone levantar un gran muro para blindar a la nación de las barras y las estrellas de todos los emigrantes. Es evidente que el archimillonario es un perfecto ignorante de la historia de su país, no se concibe a Estados Unidos desde la generación espontánea, no porque si algo le ha marcado es la migración desde los primeros peregrinos que llegaron a bordo del navío Mayflower que zarpó desde Inglaterra, concretamente de Plymout en 1620.

Donald Trump es un hombre que ha sabido acumular capital y una gran carga de exabruptos que lanza indiscriminadamente para arengar la bandera del racismo, está en contra de la migración aunque su abuelo fue alemán y su madre escocesa. Senda contradicción.

Una cosa es ser un magnate potentado, otra, muy distinta, es alcanzar el grado de estadista; Trump nació para ser capitalista. En argumentos políticos es pobre.

Actualmente Donald Trump encabeza las tendencias electorales al interior del Partido Republicano con el 35 por ciento, aunque parezca increíble, en el país que propaga tener la democracia más madura del orbe.

El perfil de Trump ahora con el vuelco a la política es inadecuado en cualquier tiempo porque incentiva la discriminación, lo suyo son los negocios no la sensibilidad, un libro escrito por él lo retrata de cuerpo entero: Piensa grande y patea traseros en negocios y la vida. Profunda filosofía como se puede ver.

Es probable que el millonario norteamericano sea un fan de Hitler, Mussolini y del Ku Kux Klan; la extrema derecha debe verlo como un cófrade de alta graduación aunque para muchos represente una de las vilezas más lamentables: el racismo.

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