Brasil campeón de la Copa Confederaciones
Con un poco de fortuna, combinada con la técnica y las ganas de sus jugadores, así como con un arbitraje complaciente, los brasileños derrotaron 3-0 a España
Río de Janeiro, Brasil, 30 de junio de 2013.- Brasil coronó una Copa Confederaciones perfecta, justo un año antes de la gran cita que tiene, el Mundial de futbol. El equipo local dio un golpe a la actualidad del futbol, cuando todo indicaba que España era el favorito a llevarse el torneo, la efectividad del juego brasileño devoró 3-0 a los campeones del mundo. En el estadio Maracaná, lejos de una tragedia como en el pasado, Brasil demostró que su brillante historia en el futbol continúa vigente.
Lanzados por el ímpetu de más de 75,000 fans en las tribunas, los brasileños se comieron a los españoles. Bastaron 2 minutos para que la fiesta se convirtiera en euforia; Fred, tirado en el suelo y ante la complacencia de la defensa española, aunado a la duda de Iker Casillas, anotó el primer gol del juego.
A partir de entonces salió a flote la estrategia de los locales: la asfixia para los rivales. Cada pelota, cada jugada y cada disputa eran una guerra para demostrar que se era mejor que la Furia Roja. Con músculo y patadas, minuto a minuto, los brasileños menguaron el ánimo de los españoles, que se vieron superados por la impotencia.
Tan sólo en el primer tiempo Brasil cometió 15 faltas, 26 en todo el partido, pero ninguno de sus jugadores vio tarjeta amarilla, aunque al menos dos infracciones ameritaban un cartón. Andrés Iniesta fue el blanco preferido, en al menos seis veces fue detenido con violencia. Los minutos finales de la primera parte determinaron el futuro del partido.
Una milagrosa barrida de David Luiz impidió el empate, minutos después el desequilibrio de Neymar, el mejor jugador del torneo, se hizo presente con un potente disparo que venció a Casillas.
En el segundo tiempo, nuevamente Fred devoró a la zaga ibérica. Su disparo se incrustó en lo más profundo de la portería. El penal errado de Sergio Ramos y la expulsión de Gerard Piqué terminaron por desfigurar al campeón del mundo, que dio visos del pasado, aquel en el que las derrotas se determinaban por la grandeza histórica de sus rivales.
El legado triunfante de Brasil pesó, como nunca, sobre los últimos cinco años de gloria española. Con el linaje de campeón, al que están acostumbrados los cariocas, terminaron con la racha histórica de 29 partidos oficiales invictos de España; de los últimos 133, ayer sumaron su undécimo descalabro. La Furia Roja no perdía en juego oficial desde la derrota 1-0 ante Suiza en el primer partido del Mundial de Sudáfrica 2010.
Los minutos finales desataron el carnaval brasileño. Neymar, como gacela, corría libre con balón controlado. Júlio César engrandeció su figura atajando tres ocasiones claras de gol para España. Así, Brasil cumplió ganar en su territorio.
Obligado por su historia, no importó recurrir a las faltas, hoy, en el país sudamericano se permite cualquier cosa para evitar una tragedia llamada Maracanazo. (Con información de Eduardo Hernández).