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Un gobierno mexicano a la Soros (Por: Alejandra Ortega)

El actual gabinete federal sigue una agenda progresista claramente sorosiana, que en nada beneficia al país, sobre todo cuando nuestros principales problemas no se van a solucionar legalizando abortos, drogas o matrimonios gay

Morelia, Michoacán, 11 de abril de 2019.- Las propuestas e iniciativas de corte “progresista” como la despenalización del aborto y de las drogas, así como los derechos a parejas homosexuales, entre ellas el matrimonio y la adopción, mismas que son impulsadas por los legisladores del PT y Morena y especialmente por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, tienen una lógica y se pueden comprender cuando analizamos quién es ella y de qué forma parte.

Aunque algunos de estos proyectos puedan sonarnos hasta peligrosos, como la apertura de las fronteras del país a las olas migratorias, todo esto obedece a algo.

Olga Sánchez es muy cercana a Esteban Moctezuma, secretario de Educación, quien también se ha manifestado a favor del aborto en todo el país y de la legalización de las drogas; esto último como una parte de la estrategia de pacificación de México que ha anunciado el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sánchez Cordero es del grupo de Ernesto Zedillo, de hecho gracias a la reforma que impulsó el ex presidente en su gobierno y de ser la propuesta de Moctezuma, Olga Sánchez pudo ser ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por veinte años.

En sus antecedentes está que participó en el movimiento estudiantil del 68, además tuvo su paso por la moda hippie y en 2013 fue considerada por la revista Forbes como la mujer más poderosa del país.

Siempre a favor de las libertades sexuales, de la adopción a parejas homosexuales y la legalización de las drogas, esto no es nuevo, pero lo que sí es nuevo es que estos temas parece que no se van a poner a consulta como prometió Obrador durante la maratónica campaña a la presidencia del país.

En la muy reciente visita de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, impulsó varios temas ante el gobierno y los legisladores mexicanos, entre ellos la implementación de la ideología de género, así como la Guardia Nacional y dar seguimiento al caso de Ayotzinapa, todo ello bajo la compañía y supervisión de la ONU.

Bachelet despenalizó el aborto en 2017 en Chile, durante su mandato. También en ese año, promovió en su país la legalización de las drogas.

Otro dato para recordar es que el 24 de septiembre del año pasado, Zedillo reapareció públicamente y aseguró que durante su gobierno siguió una política equivocada sobre las drogas y consideró que si el gobierno de México las regula, bajarán la corrupción y la violencia. Así, Zedillo vino realmente a dar línea y soporte a su amiga Sánchez Cordero en toda esta agenda progresista de corte “sorosiano” como el que promueve también la ONU.

Ernesto Zedillo es director del Centro de Estudios de la Globalización y forma parte de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, integrada también por los ex presidentes César Gaviria de Colombia y Fernando Henrique Cardoso de Brasil. Ambas organizaciones financiadas por el magnate y especulador globalista George Soros, para implementar las políticas de legalización.

Estas declaraciones que sorprendieron a algunos, las hizo ante el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, de la que se dice, también tiene ligas con Soros y a la que pertenece por ejemplo, Andrés Rozental Gutman, medio hermano de Jorge Castañeda Gutman y quienes son muy cercanos al magnate húngaro, con quien trabajan en diversos proyectos.

La propuesta de Zedillo ante el Consejo, señala entre otros criterios, que la política de las drogas supone el derecho a la salud y el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Esto último nos remite invariablemente a la ideología de género, instrumento favorito de la agenda de la Open Socity.

Y los nexos entre Soros y Zedillo son bastante contundentes y claros cuando analizamos en qué instituciones y organizaciones se mueve el ex presidente. Por ejemplo, participa en el Consejo Consultivo de Citigroup, en donde Geroge Soros tiene una participación muy importante en las acciones del grupo financiero, que se dice ha servido para blanquear dinero del narco, como consta en varios trabajos periodísticos como el de Francisco Rodríguez de zonafranca.mx.

También formó parte del consejo de la firma P&G, cuando el magnate y especulador era dueño de buena parte de la compañía.

Nada es fortuito, en política no hay casualidades.

Las ligas de Olga Sánchez con la Open Society de Soros, son igualmente claras y son muchas y documentadas. Ha participado en varias ocasiones en foros realizados por esta organización como el de “Reflexión sobre el Informe de la Open Society Justice Initiative”, en el que se analizaba la necesidad de que en México operara un mecanismo internacional para perseguir los delitos atroces en 2016, pues el gobierno no tenía la capacidad para hacerlo, decían.

Recientemente, Alfonso Durazo y ella afirmaron que se considerará la opinión de la Open Society y Human Right Watch, ambas de Soros, en los temas relacionados con la seguridad del país.

Además Sánchez Cordero ha colaborado con esa fundación aportando algunos informes y curiosamente ha usado de manera exacta una frase muy conocida de George Soros: “la guerra mundial contra las drogas ha fracasado”.

¿Y qué decir con la firma del acuerdo de migración de la ONU? Este es otro elemento que nos remite a las prácticas de migraciones masivas instrumentadas por ese organismo internacional pero también por la misma Open Society.

Los zedillistas están además vinculados con Ricardo Salinas Pliego de Tv Azteca. Televisora que dice Andrés Manuel que nunca le ha hecho guerra sucia y que también apoya la despenalización de las drogas, emprendiendo una campaña mediática en este sentido.

Y cabe señalar que el mismo Esteban Moctezuma fue, antes de ser funcionario, presidente ejecutivo de Fundación Azteca.

Pero no son los zedillistas los únicos que forman parte de la red de Soros, también en el gabinete está un político muy cercano a ese personaje, Marcelo Ebrard, actual canciller del gobierno mexicano, quien además, implementó parte de la agenda de género cuando fue jefe de gobierno del Distrito Federal y reconocido como “el mejor alcalde del mundo”, según la fundación internacional City Mayors, un think tank que en 2010 lo reconoció por defender los derechos de las mujeres, de las minorías y por promover proyectos en materia ambiental.

Ebrard, entre otras cosas, legalizó el aborto en 2007, posteriormente, en 2009, lo hizo con los matrimonios entre homosexuales, a los cuales también dotaba de derechos para adoptar. Este tema fue uno de los que marcó su paso por el entonces Distrito Federal, pues dio un fuerte impulso a estas iniciativas, provocando un fuerte encontronazo con la Iglesia Católica, en especial con el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, a quien demandó porque lo acusó de haber maiceado con mucho dinero a los diputados para que aprobaran el aborto.

Así, el actual gabinete federal sigue una agenda progresista claramente sorosiana, que en nada beneficia al país, sobre todo cuando nuestros principales problemas no se van a solucionar legalizando abortos, drogas o matrimonios gay. Esta parece ser una manera muy fácil de dorarnos la píldora para finalmente quedar bien con grupos de poder supranacional.

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