Editoriales

De Primera Mano / Un año de las autodefensas

Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 14 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas
Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 14 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas

La simple existencia de los grupos de autodefensa por sí sola da al traste con el discurso oficial que califica como “contundente y oportuna” la atención del gobierno federal a Michoacán

 

Morelia, Michoacán, 25 de febrero de 2014.- Con todo y sus asegunes, independientemente de las dudas y diferentes versiones sobre sus verdaderos orígenes, sus motivaciones y sus fuentes de financiamiento, los grupos de autodefensa en Michoacán han cumplido ya un año de existencia.

En esta circunstancia es precisamente cuando se hace más evidente que la sola existencia de las autodefensas –que han acaparado la atención de medios de comunicación estatales, nacionales e internacionales- por sí sola da al traste con el discurso oficial que califica como “contundente y oportuna” la atención del gobierno federal a Michoacán.

Si efectivamente las acciones de la Federación para atender las distintas y muy graves problemáticas de la entidad hubieran sido “contundentes y oportunas”, pues entonces los grupos de autodefensa simple y sencillamente no tendrían razón de ser, ni contarían con argumento alguno que los justificara.

Fue precisamente por la falta de atención oportuna y contundente por parte de las autoridades federales que surgieron estos grupos de civiles armados con la motivación de defender a sus familias y a sus pueblos de la creciente y lacerante delincuencia organizada, que impunemente operaba ante la ineficacia, complacencia y corrupción de corporaciones estatales y municipales.

Es cierto que los integrantes de los grupos de autodefensa y sus líderes no se han mantenido al margen de discusiones internas, fricciones, desacuerdos y hasta divisiones, pues es parte de la naturaleza humana y lo vemos en partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales y hasta organizaciones de padres de familia, pero debe reconocerse que su surgimiento a final de cuentas provocó la reacción del gobierno federal, desde mi punto de vista tardía y demasiado pensada, pues para ella debió pasar casi un año.

Ahora sería difícil imaginar cuál sería la situación de Michoacán en este momento en temas como inseguridad, desarrollo económico, desarrollo social y en el ámbito político. Y no quiero decir que las autodefensas hayan sido la solución, sino que fueron el síntoma que hicieron llamar la atención por fin de la Federación.

Tampoco quiero decir que los problemas están resueltos, pues el gobierno federal ahora tiene el reto de controlar o al menos coordinarse con estos grupos de civiles que a veces ni entre ellos se ponen de acuerdo, pero también debe hacer frente a la inseguridad que aún campea en otros puntos, como la propia ciudad de Morelia, para también ocuparse de atender los temas de desarrollo económico y social.

La estrategia de la Federación dista mucho de ser “prácticamente perfecta” como nos dicen los emisarios llegados del Distrito Federal y del Estado de México, pero es la que ahora tenemos al alcance, y por el bien de todos los ciudadanos de bien, ojalá que a final de cuentas funcione.

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