Cuenta Michoacán con 13 especies de serpientes venenosas: INIRENA
En Michoacán coexisten 12 especies de serpientes terrestres, una marina y una lagartija que son venenosas y que ponen en potencial riesgo la vida de seres humanos pero que al mismo tiempo ofrecen invaluables servicios ambientales como controladores de organismos catalogados como plagas, informó el instituto
Morelia, Michoacán, 03 de abril de 2014.- En Michoacán coexisten 12 especies de serpientes terrestres, una marina y una lagartija que son venenosas y que ponen en potencial riesgo la vida de seres humanos pero que al mismo tiempo ofrecen invaluables servicios ambientales como controladores de organismos catalogados como plagas y fundamentalmente como generadores de enzimas que son básicos en la industria farmacéutica donde se usan para la manufactura de medicamentos. Las más frecuentes son del género Crotalus o serpientes de cascabel.
Por su importancia biológica y ambiental, investigadores del Laboratorio de Herpetología del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, elaboraron una guía y clave de identificación llamada Reptiles Venenosos de Michoacán para los especialistas y sobre todo para que el público en general tenga un mayor conocimiento de estos organismos que hoy requieren de acciones emergentes de protección y conservación para salvarlos de la extinción ante el avance de los procesos de urbanización.
El texto publicado en 2006 fue elaborado por los doctores Javier Alvarado Díaz e Ireri Suazo Ortuño, investigadores del INIRENA y de acuerdo a los propios autores, es un libro que surge como respuesta a la demanda de contar con una guía ilustrada de identificación de estos reptiles venenosos que contribuya a disminuir el temor de las personas sobre estos extraordinarios animales y al tiempo, para promover una actitud de respeto y valoración hacia estos importantes componentes de la naturaleza que habitan en Michoacán. Este año se editará la versión actualizada.
La guía contiene fotografías en color para una identificación primaria de los organismo y un mapa de distribución que señala los municipios donde se ha registrado formalmente su presencia. Contiene además datos importantes como su nombre común, nombre científico, la descripción general de los ejemplares y comparación con otras especies similares con presencia en la entidad para su correcta identificación, tipo de hábitat y su historia natural.
De acuerdo a Alvarado y Ortuño, sólo 11 de las 81 especies de serpientes debidamente registradas para Michoacán son venenosas, además de una especie de lagartija de las 46 reportadas en la entidad ponen en riesgo la salud humana. Además existen otras serpientes que técnicamente se denominan opistoglifas que poseen un tipo de veneno de baja potencia y concentración que es además poco tóxico y que no representa peligro para los seres humanos.
Incluso advirtieron que algunas de estas especies venenosas presentan una baja densidad y se encuentran tan infrecuentemente que representan un riesgo mínimo para los michoacanos y visitantes.
No obstante esto, el desconocimiento general de estos organismos, el miedo ancestral y sobre todo la imposibilidad de una identificación correcta, ha generalizado su persecución y muerte a pesar de ser incidentalmente útiles a los seres humanos pues se alimentan de otros especies que muchas veces son considerados como plaga.
Esta clave de identificación se complementa con información para que las personas tomen precauciones con relación a estos animales en los medios urbano y rural, una explicación sumaria de los venenos y su toxicidad y recomendaciones preventivas y acciones de contingencia ante una eventual mordedora de una serpiente venenosa.
En Michoacán las serpientes venosas, en su mayoría, corresponden a la familia Viperidae y subfamilia Crotalinae del género Crotalus y que son: Crotalus Aquiles, o cascabel de Querétaro; C. Basiliscos (cascabel del Pacífico); C. Colossus (cascabel cola negra); C. polystictus (cascabel ocelada); C. pusillus (cascabel de Tancítaro); C. Simas (cascabel mesoamericana); C. tancitarensis (cascabel de bandas de Tancítaro) y C. triseriatus (hocico de puerco). Y de otros géneros se localizan en Michoacán además, Agkistrodon bilineatus (cantil o gamarrilla); Porthidium hespere (colmillo de puerco).
De la familia Elapidae, comprende Micrurus laticollaris (coralillo del Balsas) y Micrurus distans (coralillo) y la serpiente marina Pelamis platurus.
La única lagartija venenosa es Heloderma horridum, que en Michoacán se conoce como escorpión y que se distribuye en los municipios costeros de Coahuayana, Coalcomán y Aquila y los terracalenteños de Apatzingán, Nocupétaro, Parácuaro, Carácuaro y Huetamo.
La guía Reptiles Venenosos de Michoacán está disponible en el Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales de la UMSMH.