Echar el polvo debajo de la alfombra / Diego Leal
Mientras las armas sigan en las manos equivocadas y la justicia no se aplique en Michoacán, no podemos decir que la estrategia ha funcionado, so pena de volver a engañarnos como lo hicimos durante el sexenio pasado
Madrid, España, 06 de agosto de 2013.- Hace unos días leí una columna que giraba en torno a la postura oficial del gobierno: “Michoacán es más que 4 municipios que están en manos criminales”. Daba datos del porcentaje de población que representaban esos municipios y del total de territorio controlado por el crimen organizado y las guardias comunitarias y concluía que por unos pocos sitios ingobernables se tachaba a todo el estado de estar bajo fuego.
Bien, hasta ahí tiene razón el columnista, sin embargo, el análisis se quedó solamente en la epidermis del problema, es decir solamente hizo el recuento de los lugares donde la situación se volvió caótica y sobre todo donde los lugareños se levantaron en armas (aún no queda claro de dónde las obtuvieron) en contra del crimen organizado.
Pero la realidad es que esos números son sólo una parte de la realidad. También hay otros, que tampoco mienten, y es que Michoacán se convirtió en el Estado donde más secuestros se cometieron de enero a mayo, periodo donde aumentaron un 32%.
Michoacán también se encuentra dentro de las entidades federativas que se encuentran por encima de la media nacional de homicidios dolosos , de hecho en Mayo, el estado lideró este nefasto rubro a nivel nacional. Incluso en extorsión, el estado también se encuentra por encima de la media nacional.
Otro revelador dato es el control de las “plazas” por parte de los cárteles del narcotráfico en el estado. “Proceso” en su último número señala que “los caballeros templarios” controlan 41 municipios en el estado, sobre todo las principales ciudades, mientras que su cártel madre, “La Familia Michoacana”, controla 18 municipios y el “Cartel Jalisco Nueva Generación” 13 más.
Estos datos nos revelan que si bien la violencia a gran escala sólo se desarrolla en unos pocos municipios, la realidad es que los presidentes municipales de los demás municipios michoacanos poco pueden hacer para enfrentar a los criminales. Menos aún los pequeños comerciantes, profesionistas, transportistas, agricultores y todo aquel que tiene un negocio lícito y que queda a merced de estas bandas criminales.
Por ello, como mencioné en la columna anterior, no se debe caer en triunfalismos ni dar falsas esperanzas a la población. Lo peor que se puede hacer es negar el problema, echar el polvo debajo de la alfombra para simular que no existe. Como toda contrariedad lo primero que se debe hacer para enfrentarla es reconocerla y tener una estrategia clara, con parámetros establecidos y a partir de ahí si hablar de avances o retrocesos.
Mientras las armas sigan en las manos equivocadas y la justicia no se aplique en Michoacán, no podemos decir que la estrategia ha funcionado, so pena de volver a engañarnos como lo hicimos durante el sexenio pasado.