Por qué el Papa Pío XI instauró la Solemnidad de Cristo Rey en el turbulento año 1925
La Solemnidad de Cristo Rey nació como respuesta al avance del secularismo tras la Primera Guerra Mundial
Morelia, Michoacán, 24 de noviembre de 2025.- La Solemnidad de Cristo Rey fue instituida por el Papa Pío XI en 1925 tras su encíclica Quas Primas. Hoy se celebra el último domingo antes del Adviento.
Quas Primas fue la profunda respuesta del Papa Pío XI al auge del secularismo y el nacionalismo a inicios del siglo XX.
En su introducción, el Papa Pío escribió:
“En la primera encíclica, que al comenzar nuestro Pontificado enviamos a todos los obispos del orbe católico, analizábamos las causas supremas de las calamidades que veíamos abrumar y afligir al género humano. Y en ella proclamamos claramente no sólo que este cúmulo de males había invadido la tierra, porque la mayoría de los hombres se habían alejado de Jesucristo y de su ley santísima, así en su vida y costumbres como en la familia y en la gobernación del Estado, sino también que nunca resplandecería una esperanza cierta de paz verdadera entre los pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de nuestro Salvador”.
Redactada después de la Primera Guerra Mundial y de las tumultuosas revoluciones entre 1917 y 1923 —que provocaron la caída de los Hohenzollern, Romanov, Habsburgo y otomanos—, la encíclica subraya la soberanía perpetua de un rey “cuyo reino no tendrá fin”.
El historiador irlandés P. Fergus O’Donoghue, SJ, dijo a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que “Pío XI estaba pensando en las ideologías emergentes de poder y liderazgo fuerte”.
Sin embargo, aunque Quas Primas y la inauguración de la Solemnidad de Cristo Rey estuvieron claramente influidas por los acontecimientos de principios del siglo XX, no eran ideas nuevas.
Un origen más antiguo
El origen de la fiesta de Cristo Rey se remonta a una petición hecha al papado en 1870 por un jesuita, el P.-Marie Sanna-Solaro. La Congregación de Ritos en el Vaticano la rechazó, y el Papa acababa de responder favorablemente a la solicitud de María Droste zu Vischering de consagrar el mundo al Sagrado Corazón de Jesús. Esta petición de una fiesta consagrada a su realeza llegó en un momento poco oportuno.
El P. Bernard McGuckian, SJ, explicó a CNA:
“La causa de instaurar la Solemnidad de Cristo Rey en la Iglesia fue asumida por una mujer francesa extraordinaria, Marthe de Noaillat, quien se hizo cargo de la administración del museo Hieron en Paray-le-Monial del adinerado Barón Surruchaga. Marthe decidió que la realeza de Cristo debía ser destacada adecuadamente y escribió al Papa instándolo a establecer la fiesta. Le dijeron que, en lugar de que la decisión fuera tomada únicamente por el Papa, debía buscar el apoyo de la Iglesia docente, es decir, los obispos, y de la Iglesia oyente, que son los fieles. Así que se dedicó a contactar a todos los obispos del mundo, a las grandes órdenes religiosas, y a los distintos apostolados”.
Sorprendentemente, sus esfuerzos cobraron fuerza y recibieron un amplio apoyo internacional. “Se hizo evidente que había una fuerte corriente de opinión favorable”, dijo McGuckian, y esta evidencia fue presentada ante el Papa.
Convencido del apoyo de los fieles, el Papa Pío XI comunicó a Marthe su intención de instituir la fiesta durante una Misa el último día del Año Santo de 1925, a la que ella y su esposo fueron invitados como huéspedes de honor.
Orígenes bíblicos
El concepto de la realeza de Cristo es bíblico y tiene raíces en el Antiguo y en el Nuevo Testamentos.
El P. Dominic Holtz, OP, vicedecano de la facultad de filosofía del Angelicum en Roma, explica en la nueva serie de EWTN Irlanda “The Kingship of Christ”:
“En el Antiguo Testamento, Dios usa a los reyes como el lugar donde sus promesas serán cumplidas. Aunque los reyes de Israel a menudo fallan, las promesas de Dios no fallan. Y Él dice: ‘Les daré un rey, y a través de esta línea davídica vendrá alguien que cumplirá todas mis promesas.’ Ese rey es, por supuesto, Jesucristo”.
El jesuita P. Mark Lewis, rector de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, añade en la misma serie: “En los siglos XVI y XVII surge la idea del derecho divino de los reyes, y de una autoridad absoluta que viene directamente de Dios y que de algún modo cubre las imperfecciones. Pero en realidad descubrimos que eran tan imperfectos como sus predecesores”.
Y continúa: “En el siglo XX empiezan a aparecer gobiernos que reaccionan contra esta idea de un único rey de derecho divino, en favor de una forma más científica de gobierno. Las revoluciones liberales de la Ilustración colocan a la razón por encima de todo, y ya no hay un hombre fuerte vinculado a Dios o ungido. Lo que ocurre es que se pasa de una forma de teísmo —no importa si tienes religión o no— al ateísmo”.
Relevancia actual
Un siglo después, muchos de los temas y preocupaciones que motivaron Quas Primas siguen vigentes.
Lewis explica la actualidad de la fiesta de Cristo Rey: “El desafío al celebrar el aniversario de Cristo Rey es no ver la realeza como otra forma defectuosa de gobierno, sino ver a Cristo Rey como la encarnación de la perfección a la que podemos aspirar. Aspiramos a ser personas que viven con integridad, con honestidad”.
“Como ciudadanos responsables, podemos ser testigos de lo que sabemos que son las características del reinado de Dios: justicia, paz, cuidado unos de otros, cuidado del lugar donde vivimos. Y creo que muchas de las cosas de las que la Iglesia habla hoy, especialmente la paz con justicia, nos llaman a ser testigos del reinado de Dios representado por Cristo”, concluye.
(CON INFORMACIÓN DE: ACIPRENSA)




