DestacadasEducativasSucesos

¿El frío causa resfriados? Lo que dice la evidencia científica

Investigaciones explicaron que el aire frío reduce defensas nasales y facilita infección cuando el virus circula

Morelia, Michoacán, 02 de diciembre de 2025.- La creencia de que el frío causa resfriados ha circulado por generaciones. Padres y abuelos repitieron frases que asociaron caminar descalzos, salir sin abrigo o mojarse el cabello con enfermar. La evidencia científica mostró otra realidad y permitió entender con más claridad cómo se propagan estos virus.

El resfriado común afectó nariz y garganta, y lo provocaron virus. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalaron que más de 200 virus pueden producir la enfermedad, y que los rinovirus predominaron en la mayoría de casos.

Los virus se transmitieron mediante gotas respiratorias liberadas al hablar, toser o estornudar, y no por la exposición al frío.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que las personas sanas pueden adquirir el virus al tocar superficies contaminadas y llevar sus manos a ojos, nariz o boca. Esta vía de contagio no dependió de caminar descalzo o de un cambio brusco de temperatura.

La evidencia indicó que una persona solo se resfrió si estuvo en contacto con un virus respiratorio. Por tanto, abrir ventanas, exponerse al aire frío o enfriarse no causó la infección por sí mismos.

¿Por qué asociamos el frío con más resfriados?

La cultura popular relacionó el frío con los catarros. Esa tradición persistió pese a estudios que mostraron el papel central de los virus. El invierno sí coincidió con un aumento de contagios, pero no por la temperatura como tal.

Diversos estudios, entre ellos uno publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences en 2015, señalaron que el aire frío redujo la respuesta inmune en la mucosa nasal. La vasoconstricción y la disminución del movimiento ciliar facilitaron la entrada de virus si ya estaban presentes en el entorno.

Además, los investigadores observaron que la humedad absoluta aumentó durante el invierno y favoreció la estabilidad de virus como la influenza, según datos del Journal of Virology. Esto fortaleció la percepción de que el frío actuó como desencadenante directo, aunque la evidencia mostró que operó como un factor ambiental que acompañó la circulación viral.

El papel de los espacios cerrados, la calefacción y la ventilación

El invierno impulsó a muchas personas a pasar más tiempo en espacios cerrados. Esa cercanía elevó la transmisión viral por contagio interpersonal.

Estudios revisados por investigadores del diseño HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) identificaron que buena ventilación y filtración redujeron la propagación de virus respiratorios como coronavirus e influenza.

Por ejemplo, una revisión de 24 estudios mostró que ambientes interiores con poca humedad prolongaron la supervivencia de algunos virus.

Otro experimento reveló que la exposición a flujo de aire frío prolongado en ambientes con aire acondicionado —común en espacios cerrados— agravó daños respiratorios y aumentó riesgos tras infecciones virales.

Es decir: cuando el aire interior se renovó sin control de humedad, o cuando hubo flujo constante de aire frío, la combinación facilitó que un virus ya presente causara una infección.

Por estas razones, la ventilación sola no basta. Un sistema de ventilación óptimo debe considerar la humedad relativa interior, temperatura y filtración adecuada para reducir transmisión.

El papel de la humedad interior y la sequedad en mucosas nasales

La humedad ambiental influyó sobre la supervivencia y capacidad infectiva de virus transmitidos por aerosoles. Un modelo de transmisión aérea simuló cinco virus —incluido el de resfriado (rinovirus) y otros respiratorios— en espacios cerrados con diferentes niveles de humedad relativa (RH). El estudio halló que aumentar ventilación redujo en general riesgo, mientras que elevar la humedad solo disminuyó el riesgo de ciertos virus, como influenza.

Investigaciones sobre virus influenza A demostraron que en aire seco (baja humedad) los virus en gotas respiratorias permanecieron viables por más tiempo.

En ambientes con humedad alta las gotas crecieron, cayeron más rápido y muchas partículas virales se inactivaron.

Además, en zonas de baja humedad, la mucosa nasal perdió parte de su eficacia defensiva. La resequedad debilitó los cilios y redujo la producción de moco, lo que bajó la barrera natural contra virus. Esa condición aumentó la susceptibilidad a infecciones respiratorias tras exposición a virus.

Un estudio reciente incluso conectó aire exageradamente seco por calefacción o ventilación inadecuada con mayor incidencia de enfermedades respiratorias en invierno.

Por tanto, la combinación de aire seco, calefacción intensa o ventilación continua sin control podría haber convertido algunos ambientes de interior en focos de transmisión. Esa dinámica coincidió con picos de resfriados e influenza en temporada fría.

(CON INFORMACIÓN DE: SIETE 24)

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba