¿Cómo superar las supersticiones de Año Nuevo para vivir las celebraciones en clave católica?
El Catecismo advierte que las supersticiones son una "perversión de la religión" y alejan al fiel del culto a Dios
Morelia, Michoacán, 30 de diciembre de 2025.- Con la llegada de la medianoche del 31 de diciembre, millones de personas en Hispanoamérica repiten rituales como comer doce uvas, usar ropa interior de ciertos colores o salir a la calle con maletas. Sin embargo, desde la perspectiva de la fe católica, estas prácticas no son solo tradiciones inofensivas, sino que representan un desafío teológico.
La Iglesia es clara al respecto: el numeral 2110 del Catecismo prohíbe estas prácticas al considerarlas una superstición, definida como una importancia ilusoria atribuida a ciertos objetos o acciones que nos alejan de la confianza plena en Dios.
El «Adulterio Espiritual»
El reconocido exorcista portugués, el P. Duarte Lara, ha calificado la superstición como una especie de «adulterio espiritual». Según el sacerdote, el pecado radica en esperar la salvación o la prosperidad de una fuerza que no proviene de Dios, dándole al diablo una «brecha» para actuar.
- Falta de seriedad: El P. Lara advierte que incluso practicar estos rituales «por broma» es un vicio que se opone a la virtud de la religión, pues resta lugar a Dios y da un mal ejemplo a los demás.
- El futuro es de Dios: El P. Jorge Obregón, de los Legionarios de Cristo, enfatiza que solo el Creador conoce el futuro. Cualquier intento de «asegurar la suerte» mediante rituales es, en esencia, un acto de adivinación o magia que debe ser rechazado.
¿Cómo recibir el año de forma católica?
La Iglesia ofrece alternativas de piedad que, a diferencia de las cábalas, poseen un trasfondo espiritual profundo:
- Indulgencia Plenaria: Se concede a los fieles que recen o canten solemnemente el «Te Deum» (Himno de Acción de Gracias) el último día del año para agradecer los beneficios recibidos.
- Misa de Gallo / Fin de Año: Participar en la Eucaristía para poner el tiempo venidero en manos de la Providencia.
- Oración en Familia: Sustituir la prisa de las uvas por un momento de reflexión sobre las bendiciones del año que termina.
“Terminar el año dando gracias a Dios es lo mejor que podemos hacer. Debemos comprender que la certeza del futuro solo la tiene el Creador”, coinciden los especialistas.
Frente a la incertidumbre que trae consigo el inicio de un nuevo ciclo, la fe católica propone una alternativa sólida a las predicciones y cábalas: la esperanza teologal. El P. Jorge Obregón, fundador de New Fire, señala que el ser humano no necesita conocer el mañana, sino afianzarse en la fuerza del Creador.
“Quien pone su confianza en Dios no puede ser defraudado”, afirma el sacerdote, recordando la jaculatoria de Santa Faustina: “Jesús, yo confío en Ti”. Bajo esta premisa, los propósitos de año nuevo dejan de ser simples deseos mundanos para convertirse en un camino de perfeccionamiento espiritual.
4 Pasos para establecer tus metas en clave de fe
Basado en las recomendaciones de Autumn Jones para Catholic News Agency, aquí te presentamos una guía práctica para tus resoluciones de 2026:
- Rectitud de Intención: Antes de enlistar tus deseos, pregunta en oración: “Señor, ¿qué quieres de mí?”. Busca cultivar una virtud que le agrade a Él, más allá de un cambio físico o material.
- Metas Pequeñas y Cuantificables: No intentes cambiar tu rutina drásticamente de un día para otro. Si buscas mejorar tu vida de oración y solo vas a Misa los domingos, intenta sumar un día más de visita al Santísimo o 10 minutos de lectura bíblica en casa.
- Busca un Director Espiritual: Contar con un guía o confesor con quien compartir tus éxitos y fracasos aumenta la motivación y la perseverancia. El acompañamiento humano es un reflejo del caminar con Jesús.
- Paciencia y Resiliencia: Si fallas en tus metas en febrero o marzo, no te desanimes. La vida espiritual se trata de comenzar de nuevo. Como dice la Escritura: “¡Jesús hace todas las cosas nuevas!” (Is 43, 19).
La Virtud de la Esperanza
El P. Obregón concluye que confiar en Dios es ejercitar la esperanza. Mientras que las supersticiones buscan controlar el futuro mediante ritos vacíos, el cristiano abraza el presente con la seguridad de que, si Dios está con él, nada podrá vencerlo (Rom 8, 31).
“No está en el plan de Dios que el ser humano conozca el mañana; está en su plan que caminemos de su mano hoy”, reflexionó el clérigo.
(CON INFORMACIÓN DE: ACIPRENSA)




