Los Calderón / Hugo Gama
Los integrantes de la familia Calderón son sin duda personajes conocidos en la vida política en Morelia, en Michoacán y en el país. Nacieron y crecieron en la ciudad de la cantera rosa; conservadores, religiosos (sus nombres de pila dan cuenta de ello), y podría afirmar que siguen la línea ideológica y social del otrora vallisoletano de apellido Iturbide
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Morelia, Michoacán, 27 de marzo de 2015.- Los integrantes de la familia Calderón son sin duda personajes conocidos en la vida política en Morelia, en Michoacán y en el país. Nacieron y crecieron en la ciudad de la cantera rosa; conservadores, religiosos (sus nombres de pila dan cuenta de ello), y podría afirmar que siguen la línea ideológica y social del otrora vallisoletano de apellido Iturbide.
Tres nombres sobresalen, Luisa, Felipe y Juan, los tres tienen toda su vida en la política, viven de ella y se han hecho en ella. Felipe al igual que Luisa ya buscaron gobernar Michoacán, no lo lograron, pero han ocupado otros cargos, ni más ni menos se apoderaron (haiga sido como haiga sido) de la titularidad del Ejecutivo Federal, han disfrutado de las legislaturas local y la federal, y Juan… Juan es calificado como un vividor del municipio de Morelia.
La familia ha crecido, ahí están los Gómez del Campo, o los dueños de la guardería ABC de Sonora, parientes de la cónyuge de quien fuera llamado “espurio” por los obradoristas. La política es buen negocio, ellos lo saben, ese oficio les ha permitido vivir cómodamente, por ello han convertido el quehacer público en una empresa y en un modus vivendi.
Pese al conservadurismo llama la atención las conductas que han mostrado en el ejercicio del poder. Declarar una guerra sin estrategia, fingir la muerte de delincuentes, detener inocentes, llamar daños colaterales a inocentes caídos, cometer fraude electoral y usar recursos públicos para ese fin, los discursos violentos no son precisamente de un buen cristiano, lo cual me lleva a pensar que el poder se ha convertido en una especie de devoción alterna de la cual no pretenden separarse y buscan de cualquier manera obtenerlo, aunque ello signifique “poner de cabeza” la estabilidad social.
Michoacán es una obsesión y es la última oportunidad que tiene la familia para seguir disfrutando de los placeres del poder; saben y están conscientes que aquí está su extinción política o la continuidad de la empresa familiar, la gubernatura es para ellos un paso rumbo al 2018, eso es lo verdaderamente importante para el clan, Margarita es la apuesta para jugar la presidencia de la República.
En esta elección local echaran toda la carne al asador, lo cual quedó evidenciado en el registro de Luisa ante el órgano electoral, en el que estuvo presente Felipe quien asistió no precisamente por ser querido en estas tierras, sino para enviar el mensaje de que no escatimaran para lograr su objetivo (ya lo hicieron en el 2006 y lo intentaron en el 2011), sin embargo, es también evidente que el grupo panista contrario a la familia, no les respaldará en esta elección, ni les permitirán soñar con regresar a Los Pinos.
Así pues, los Calderón al igual que los dirigentes del Partido Verde Ecologista de México, son ejemplos vivientes de que la política puede ser un buen negocio familiar.