Editoriales

Expulsar a Bozzo de la televisión / Hugo Gama

Hugo Gama es Maestro en Derecho por la Universidad La Salle México, así como abogado especialista en propiedad industrial
Hugo Gama es Maestro en Derecho por la Universidad La Salle México, así como abogado especialista en propiedad industrial

Con esos programas, Televisa y Tv Azteca muestran su desprecio por el desarrollo del país, pareciera que buscan llevarnos de regreso a la edad media; me pregunto si los hijos de Emilio Azcarraga Jean, Ricardo Salinas Pliego o Claudio X. González ven esos programas

Morelia, Mich., 02 de octubre de 2013.- El derecho de expresión y/o manifestación de ideas tiene como origen y objeto el reconocimiento y protección hacía las personas que investigan, cuestionan y dan a conocer información cierta sobre el ejercicio del poder, así como la difusión de posturas ideológicas, programáticas y políticas diversas al gobierno, incluso sobre la religión dominante, impulsa el análisis y debate político, ese derecho es el medio de defensa de otros derechos individuales o sociales, es la garantía de la difusión cultural, artística y de desarrollo intelectual. Este derecho va ligado a otros como la libertad de prensa y el de acceso a la información, mismos que son fundamentales para poder gozar de una democracia plena.

Soy un férreo defensor del derecho humano de libertad de expresión y manifestación de ideas, sin embargo, ese derecho está constituido por diversos elementos que se deben cumplir para que esa prerrogativa pueda ejecutarse correctamente, y son:

1.- Que no ataque a la moral;

2.- Que no ataque la vida privada;

3.- Que no ataque los derechos de terceros;

4.- Que no se provoque algún delito; y

5.- Que no perturbe el orden público.

La manifestación de ideas se puede llevar a la práctica de diversas formas, por medios digitales, electrónicos, escritos, eventos culturales y artísticos, todos ellos deben tener una finalidad: informar, generar ideas y afectar positivamente sobre la psique o el intelecto del receptor, impulsando el debate, análisis, raciocinio de los acontecimientos del momento, la apreciación artística y cultural.

Debemos saber, que en el caso de la radio y la televisión, de acuerdo a los artículos 1º y 4º de la Ley Federal de Radio y Televisión, esas actividades son de interés público, esto porque la Nación tiene el dominio del territorio y por consecuencia del medio donde se propagan las ondas magnéticas.

El artículo 5º de la ley en mención establece la función social de la radio y la televisión, que son: fortalecer la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana, a través de sus transmisiones, procurando el respeto a los principios de la moral social; la dignidad humana y los vínculos familiares; evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud; contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las características nacionales, las costumbres del país y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana; y fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional y la amistad y cooperación internacional.

Laura Bozzo, la conductora estrella de la empresa Televisa, recientemente generó polémica nacional, la presentadora peruana fue descubierta montando un teledrama en el estado de Guerrero con el uso ilegal de recursos públicos del Estado de México, simulando apoyo a los damnificados por las lluvias en esa entidad, intentó aprovecharse de la desgracia de esos seres humanos para aumentar el rating de su programa que se trasmite por el canal 2, y por supuesto generar mayores ganancias para la empresa que la contrata.

El programa de la peruana tiene nula credibilidad, es una transmisión televisiva con intento de actores que son contratados seguramente en las colonias pobres de la ciudad de México; su contenido trata diversos tópicos que no generan información o ideas que de alguna manera pueda beneficiar cultural e intelectualmente a los espectadores o que cumpla con la función social de la radio y televisión establecida en la Ley, tampoco defiende derechos individuales o sociales; su programa no se trata de un espectáculo artístico, cultural o informativo, se trata de un circo digital de simulación, mentiras, engaños y desinformación que no aporta a la vida democrática y cultural del país.

A mi juicio el programa televisivo en mención no encuadra en el marco de protección del derecho de libertad de expresión o manifestación de ideas, sin embargo, es necesario preguntarnos y reflexionar colectivamente sobre el contenido y función de esos tipo de programas que no es exclusivo de Televisa, también Tv Azteca lo tiene en la persona de Rocío Sánchez Azuara, con quien Bozzo comparte los invitados ficticios.

Los programas aludidos, son shows televisivos discriminatorios, donde se exhiben y humillan personas, que atenta contra la dignidad de seres humanos, que aunque sean pagadas y estén conscientes de la exposición, el objeto de los programas es denigrar a las mujeres, hombres y menores (Morbo, objeto y gancho para tener auditorio), atentan contra la moral, la vida privada y los derechos de terceros.

El debate sobre la continuidad de este tipo de programas se debe abrir, debe entrar a la agenda de los políticos, se debe analizar el tema en el Congreso de la Unión, en la secretaría de Gobernación deben indagar, ponerse a estudiar y actuar, en las Universidades deben opinar, los intelectuales deben pronunciarse, es urgente tener una televisión de altura, científica, cultural, artística, generadora de información veraz y que procuré el debate ideológico, no ocupamos telebasura, se debe discutir la expulsión de Bozzo de la televisión.

Con esos programas, Televisa y Tv Azteca muestran su desprecio por el desarrollo del país, pareciera que buscan llevarnos de regreso a la edad media; me pregunto si los hijos de Emilio Azcarraga Jean, Ricardo Salinas Pliego o Claudio X. González ven esos programas, me pregunto si les permiten ver los canales de esas empresas, la respuesta es, lo dudo. Esos sujetos cuestionan la función de los maestros, pero ellos mismos mal educan y forman a los mexicanos con sus programas televisivos y regresivos.

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