Drogba rescata a Costa de Marfil, que derrota 2-1 a Japón
El delantero del Galatasaray aprovechó el tiempo que su entrenador le dio como relevo, y tras ingresar al campo al 62 dejó claro porque desde hace tiempo es un referente de la Selección de Costa de Marfil, representativo que se impuso 2-1 a su similar nipón
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Recife, Brasil, 14 de junio de 2014.- A Didier Drogba le bastaron dos minutos sobre la cancha para terminar con un juego casi perfecto de la defensa de Japón. El delantero del Galatasaray aprovechó el tiempo que su entrenador le dio como relevo, y tras ingresar al campo al 62 dejó claro porque desde hace tiempo es un referente de la Selección de Costa de Marfil, representativo que se impuso 2-1 a su similar nipón.
Parecía que la noche se la terminaría llevando Keisuke Honda, futbolista japonés que porta el número cuatro, pero que cumple con la función de un 10, un enganche con amague, visión de campo, equilibrio, quien hasta antes de que Drogba ingresara a la cancha había lucido en zona de generación y definición.
El mejor momento del futbolista que milita con el Milán llegó al minuto 16, instante en que recibió una pelota, hizo un amague y con técnica y potencia disparó a primer palo para abrir el marcador.
Honda se mantuvo por muchos minutos como el eje de su equipo, dándose el lujo de tirar túneles, hacer gambetas y habilitar a sus compañeros, que al igual que él quedaron casi congelados pasada la hora de partido, cuando la entrada de la estrella marfileña desajustó todo en zona defensiva para Japón.
Es cierto que Didier no marcó gol, pero desde la primera pelota que tocó dejó claro que sería una pesadilla y un factor psicológico en contra de sus adversarios. En su acción de presentación tomó una pelota en la banda derecha, cambió el ritmo, la condujo dejando atrás por velocidad a su marcador y cedió diagonal de la muerte que apenas alcanzó a cortar la zaga.
Desde ese momento la defensiva asiática puso mayor atención en lo que él haría en la cancha, situación que dejó espacios a sus compañeros, quienes aprovecharon los descuidos y apenas dos minutos después del ingreso de su líder ya habían igualado el marcador con un potente frentazo de Wilfried Bony quien canjeó por anotación un servicio medido de Serger Aurier.
Cuando Japón aún no se reponía del empate, en una acción similar, con Drogba en el centro del área jalando marcas, vino otro servicio por derecha que ahora mandó a las redes Gervinho, quien contó con la colaboración del arquero al descuidar su primer poste y no poder evitar el tanto en su lance.
A pesar de que no pudo festejar un gol propio, desde ese instante Didier comenzó a robarse la noche, al pedir todas las pelotas, conducirlas cuando era necesario y probando suerte con disparos que el arquero le atajó, o que se fueron de manera milagrosa a unos centímetros del poste.
Por eso cuando llegó el silbatazo final las miradas y el reconocimiento de todo el equipo marfileño fueron para Drogba, centro delantero que en menos de media hora sobre la cancha desajustó una defensa que jugaba por nota y encaminó a su equipo a la victoria que los deja como segundo lugar del Grupo C de la Copa del Mundo.