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24 Tour de Cine Francés: La última vida de simón

El protagonista es Simon, un niño huérfano de ocho años que puede convertirse a voluntad en cualquier persona con la que haya tenido contacto físico. Su mayor anhelo es tener una familia y la fortuna parece sonreírle cuando conoce por casualidad a los hermanos Thomas y Madeleine.

Morelia, Michoacán, 09 de octubre de 2020.- Arrancó la vigésimo cuarta edición del Tour de Cine Francés, una de las citas cinematográficas más longevas que existen en el país. Iniciamos este ciclo con La última vida de Simón (La dernière vie de Simon, 2020), ópera prima del joven cineasta parisino Léo Karmann. La cinta alcanzó a estrenarse en Francia en los últimos días de febrero, poco antes del inicio de la cuarentena, con un éxito más bien discreto.

El guión se desarrolló a partir de una historia de Sabrina B. Karine y del propio Léo Karmann. El protagonista es Simon, un niño huérfano de ocho años que puede convertirse a voluntad en cualquier persona con la que haya tenido contacto físico. Su mayor anhelo es tener una familia y la fortuna parece sonreírle cuando conoce por casualidad a los hermanos Thomas y Madeleine. Los chicos lo invitan a  pasar un fin de semana que parece de ensueño, hasta que un trágico accidente pone a Simón en una encrucijada emocional. La decisión que tome a partir de ese momento lo marcará el resto de su vida. 

De entrada hay que hacer notar lo arriesgado de la premisa, tomando en cuenta que es una película de bajo presupuesto dirigida por un debutante. La cinematografía francesa no suele exportar cine de género. En ese sentido, La última vida de Simón refresca el catálogo de temas que se ofrece al público habitual del cine producido en esa parte del mundo. 

Durante la mayor parte del metraje, Karmann juega bien sus cartas. La adquisición de la extraordinaria cualidad de Simón nunca se explica, un hecho que permite al espectador enfocarse en la transición desde su despreocupada niñez hacia la incertidumbre juvenil. Muy significativo también es el hecho de que la venta de espejos sea el negocio familiar. El reflejo de su forma física provoca serios cuestionamientos en el protagonista.  

Y es que Simón mira con ensoñación a los padres de sus amigos: él es responsable y juguetón, mientras que ella es dedicada y cariñosa, especialmente con Madeleine, quien padece una afección cardiaca que le augura una muerte prematura. Pero es otra muere, la de su nuevo amigo Thomas, la que pone a Simón en una encrucijada: tomar el lugar del primogénito y obtener así el amor paternal con el que siempre soñó o reconocer el accidente y luchar por la atención de Madeleine.

El relato da un salto en el tiempo para mostrarnos a un joven Simón, que ha tomado el lugar de Thomas sin que nadie lo advierta. Utilizando con habilidad algunos recursos previamente sembrados, Karmann expresa el desaliento de Simón, al alcanzar la mayoría de edad. Está muy lejos de cumplir sus sueños de viajar al espacio y más lejos aún de Madeleine con quien debe comportarse como un hermano. La frustración lo obliga a jugar con dos personalidades distintas: por un lado como Thomas para seguir unido a la familia, por el otro, como Simón, para recuperar su interés amoroso. 

No es un trabajo redondo ni mucho menos. Se puede señalar un manejo demasiado convencional de la música, además de una secuencia de hospital que poco aporta al conjunto por su saturación de situaciones y su pobre resolución. Pero este debut de Léo Karmann deja muy buen sabor de boca por su planteamiento poco habitual y por el buen manejo del conflicto de su protagonista. Habrá que ver su siguiente trabajo que ya está en proceso y que tiene por título Mrs. Einstein. Por lo pronto, ha sido un buen arranque para el Tour de Cine Francés. 

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