Cartelera Retrospectiva: Sin señas particulares
La historia inicia en una pequeña población rural de Guanajuato, cuando un par de amigos, deciden viajar a los EU en busca de una mejor vida. Cuando pasan dos meses sin tener noticias de ellos, sus respectivas madres deciden buscarlos.
Morelia, Michoacán, 08 de agosto de 2021.- De acuerdo a cifras que ofreció el Subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, desde 2006 a julio del 2020 (fecha en que el funcionario hizo pública la información), se tienen registradas más de 73 mil personas desaparecidas.
Aunque hay quien pueda cuestionar la validez de las cifras es evidente la magnitud del problema, una tragedia por donde se le vea.
Como reflejo de esta triste realidad que padecemos los mexicanos desde hace varios años, recién se estrena en cartelera Sin señas particulares (2020), ópera prima de la también productora y guionista Fernanda Valadez.
La película, que aborda el tema de la desaparición forzada de personas, tuvo un importante recorrido en festivales de Bélgica, Rusia, Corea del Sur, Ucrania y Suiza, aunque destacan el de San Sebastián (Premio Horizontes Latinos y Premio de la Cooperación Española), así como el de Sundance, en donde se alzó con el Premio de la Audiencia y el Premio del Jurado a Mejor Guión.
La historia inicia en una pequeña población rural de Guanajuato, cuando un par de amigos, deciden viajar a los Estados Unidos en busca de una mejor vida. Cuando pasan dos meses sin tener noticias de ellos, sus respectivas madres deciden buscarlos.
Uno de ellos pronto aparece muerto en un depósito de cadáveres, mientras que del otro no se encuentra más que su mochila.
Sin importar la presión de las autoridades para declarar legalmente muerto a su hijo y de esta manera dar por terminada la investigación, Magdalena decide seguir buscando por su cuenta.
Con un elenco reducido, conformado mayormente por actores no profesionales, que conocen bien las situaciones que motivan la migración, la directora creó una historia sólida sobre la maternidad en los tiempos que se viven.
Aunque por su contexto podría pensarse que es una cinta plagada de violencia gráfica, sin embargo más que verse, los hechos violentos se intuyen.
De hecho, a lo largo del metraje predomina un tono medianamente fantástico o cuando menos irreal. Vemos el desplazamiento de los personajes a través de sitios abandonados y el misterioso encuentro con un anciano que, en una lengua desconocida para Magdalena, habla sobre el posible destino de su hijo.
Es posible que la madre no entienda sus palabras, pero es capaz de comprender el lenguaje universal del horror.
Ciertamente encontramos algunos elementos muchas veces vistos en el cine mexicano reciente, pero en ningún momento la película pierde su estilo.
Por otra parte, deja inconclusa una trama secundaria que por su falta de continuidad parece innecesaria: la doctora, otra madre que ha perdido a su hijo, cruza su camino con Magdalena y después desaparece inexplicablemente.
En cambio, hay otro encuentro que resulta mucho más significativo, Miguel, el joven honrado que regresa a casa cuando es deportado por las autoridades estadounidenses, solo para darse cuenta de que su madre ha desaparecido.
Este cruce de caminos: la madre que ha perdido a un hijo y el vástago que ha perdido a su madre, parecen ofrecer un desenlace acomodadizo. Sin embargo, un intempestivo giro de la historia lo impide.
Es aquí cuando la directora parece meterse en un lío tremendo, pero al final lo resuelve de muy buena manera. La decisión definitiva de Magdalena se traduce en un gran cierre: la sanación de una madre que recupera en cierta forma a un hijo y el primogénito que a su vez, es acogido en un nuevo seno materno.