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Cerebro político, ¿por qué pensamos como pensamos?

La mente humana, una vez que se ha formado alguna opinión, busca por todos lados elementos para apoyarla, y desecha o desprecia, aunque los haya en gran número y peso, cualquier hecho que apunte a lo contrario, con el objeto de mantener inviolable su verdad inicial: Francis Bacon

Morelia, Michoacán, 22 de septiembre de 2020.- Cualquiera que haya dialogado con un seguidor de la secta MORENA y que haya intentado convencerlo, con datos verificables, no con opiniones, de que prácticamente todos los logros de la 4T son en realidad un engaño, una gran y absoluta mentira, se habrá dado cuenta de que es poco menos que imposible hacerle ver que está equivocado, que confió en un demagogo y fue engañado. 

No lo va a aceptar, y para justificarse recurrirá a los más elaborados y retorcidos malabarismos argumentativos (maromas) para intentar  justificar lo injustificable.

En su necedad y cerrazón son bastante previsibles; primero recurrirán a la falacia ad hominem para descalificar la fuente, olvidando que todo argumento se rebate con otro argumento, independientemente de quien haya hecho la afirmación; harán comparaciones que no vienen al caso ,“dónde estabas cuando”, como si eso exculpara los graves errores que a diario vemos en esta administración, y para colmo con argumentos apoyados en datos falsos fácilmente rebatibles por ser flagrantes mentiras. Finalmente, al sentirse acorralados, recurren a la más primitiva de las defensas, la negación, y tal y como lo haría un escolar regañado, se encerrará en su propio mundo.

¿Por qué se da este fenómeno? ¿Por qué, a pesar de exhibírsele datos sólidos un seguidor de una secta política, sea MORENA o cualquiera de las fragmentadas izquierdas  se niega a aceptar que está equivocado, que  ha sido engañado? Investigando un poco llegamos a esta reflexión, atribuida a Francis Bacon, allá por 1620, y que en una traducción libre dice lo siguiente: “La mente humana, una vez que se ha formado alguna opinión, busca por todos lados elementos para apoyarla, y desecha o desprecia, aunque los haya en gran número y peso, cualquier hecho que apunte a lo contrario, con el objeto de mantener inviolable su verdad inicial”.

El punto a tratar es que nuestras posturas políticas son el producto de lo que él llama “unconscious confirmation bias” que se puede traducir como confirmación inconsciente de nuestros sesgos. Esto constituye un proceso por el cual buscamos y encontramos hechos que soporten nuestras creencias, que predeterminan nuestros juicios, e implícitamente desconocemos datos en sentido contrario, para así descalificar la postura opuesta. Esto ha sido demostrado por medio de diversos estudios de imagenología cerebral como la resonancia magnética funcional.

El proyecto, realizado en los Estado Unidos, se desarrolló de la siguiente manera: Se sometió a treinta personas, de las que quince eran republicanas y las otras quince eran demócratas, a un estudio de resonancia magnética funcional. En el curso del procedimiento se les pidió su opinión sobre declaraciones claramente contradictorias que habían realizado, por esos días, el presidente Bush y el candidato Kerry durante sus respectivas campañas para llegar a la presidencia del país.

No fue nada sorprendente el resultado alcanzado, ya que los republicanos fueron muy críticos sobre la postura del demócrata Kerry, al igual que los demócratas hicieron una feroz crítica del presidente Bush, y en ambos grupos privó la justificación para exculpar a sus propios candidatos. Los resultados de las resonancias mostraron que la parte del cerebro que está asociada a los procesos del razonamiento no se activó  pero sí se activaron en cascada, aquellas partes del cerebro que tienen que ver con el procesamiento de las emociones, con la parte que hace juicios sobre la responsabilidad moral y finalmente la zona relacionada con recompensas y placer.

Analizando estos y otros datos podemos concluir que un ferviente seguidor de una determinada corriente política encaja en la descripción de “fanático”; recordemos que el fanatismo es el apasionamiento en la defensa de una causa, y el fanático es una persona que defiende con tenacidad desmedida sus creencias y opiniones.

El fanatismo supone una adhesión incondicional a una causa, p. ej. el hipernacionalismo o el odio a un grupo político, social o racial, y este apasionamiento puede llevar a que el fanático se comporte en ocasiones de manera violenta e irracional.

El fanático puede ser  peligroso en grado extremo. Al colocar sus ideas y valores por arriba de lo que piensen los demás puede llegar a ejecutar cualquier crimen, incluso el asesinato de los que el considera adversarios. Ejemplos existen, en la historia reciente tenemos desde John Wilkes Booth en los EUA,  Gavrilo Princip en Austria-Hungría y en México a Jose de León Toral.

No debemos olvidar que un dictador y sus fanáticos buscan  imponer sus propias ideas, descalifican a quienes son diferentes, tienen como armazón mental una serie de ideas que para ellos son verdades incuestionables; ellos tienen la razón, los demás están equivocados, están “moralmente derrotados”, son “enemigos”… y como enemigos deben ser tratados.

No se asombren de lo que pase, y de lo que les pase. 

Alejandro Vázquez Cárdenas

Septiembre y las fiestas patrias (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

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