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Día de Asueto (Por: Rosamaría Sánchez Rincón)

Los “hackeos” de Morón y El Jarocho; arrecia Federación guerra sucia contra el Papusho de mi Lupe

Morelia, Michoacán, 03 de septiembre de 2021.- En el día 3 del nuevo gobierno, por fin mi Lupe logró descifrar el hackeo que denunció el Jarocho que “dañó” el sistema digital de Morelia. 

La doña no solo ha descubierto el origen del encriptamiento aplicado al sistema informativo de las finanzas y las obras públicas municipales; también localizó otras áreas del ayuntamiento severamente dañadas por el virus de los hackeadores internacionales que atentaron contra el patrimonio de la ciudad de la cantera rosa.

Sí. Ni Sherlock Holmes, Watson y compañía hubieran logrado, en tan corto tiempo, descubrir la verdad que esconde la denuncia pública del Jarocho, estrategia que, dicen los que saben, anidó y emergió desde el aula de guerra del quema-puertas y ex líder magisterial democrático: mi adorado piernaslindas Ruli my baby.

La realidad es que el alcalde provisional jarocho se quedó corto en su queja: el hackeo no sólo alcanzó las áreas que enumeró en su dichosa presentación ante medios; también, por más de dos años, mantuvo paralizadas las unidades móviles médicas y el parque vehicular operativo de la administración municipal.

Sí. Ni mantenimiento ni reparaciones ni nada y no se diga los equipos de cómputo que fueron saqueados de diversas oficinas adscritas a la comuna. Nada papá, no dejaron ni el cable auxiliar.

En la dirección de Salud, por ejemplo, los que llegaron descubrieron cómo, por tres años, las dos unidades de servicios médicos integrales que, se supone, permiten llevar este apoyo a cualquier punto del municipio, no salieron ni a que les diera el sol.

La única intervención que sufrieron los camionsotes equipados para brindar consulta médica, dental y otros servicios de salud, consistió en retirar el balizamiento del ex gobierno del Ponchito Martínez Alcázar y colocar la cinta guinda fea que tanto le gusta al que dice gobernar a México.

Mi Lupe dice que es entendible que en tiempos de pandemia hayan parado las unidades médicas, pero, antes, ¿qué pasó?

Hubiera usted visto al que era director de Residuos Sólidos, el último de la nutrida lista de directores que tuvo esa área con el gobierno morenista. Sí. Un tipo grosero e insolente que gusta decir cosas que no son ciertas.

Torpe, desesperado porque le creyeran, le enumeró a su sucesor todas las cosas malas de la dirección que por dejará en paz. Antes, por más de una hora aturdió a Lalo García Chavira, nuevo director de Residuos Sólidos, contándole todas las maldades que recibió de los trabajadores y, más, de los sindicalizados. Pobre.

Cual lobo feroz soplándole a la casa de los puerquitos, el hombre hablaba y hablaba. Desde su arribo a la Dirección de Residuos Sólidos se enemistó con la fuerza humana de esa dirección municipal. Nunca pudo resolver sus conflictos, al contrario, acusaba, señalaba, inventaba todo con tal de no estar bien.

“Me hicieron, me dijeron, me pegaron, se burlaban”. No sé cómo, dice mi Lupe, pudo aguantar tanto sufrimiento emocional y tanto daño el pobrecito. De ahí, derecho al psicólogo.

Así como en la dirección de Salud fueron evidenciados los “legados” que dejó el gobierno moronista y morenista; en la dirección de Residuos Sólidos no cantan mal las rancheras.

Mientras Jorge Alfonso Suárez López insistía en sus quejas, asegurando haber tenido la mejor relación laboral con los empleados del ayuntamiento, los propios trabajadores le cerraron el paso.

Sí. Fue la mejor forma de taparle la boca. Sin haberlo planeado, cansados de los riesgos que corren cada vez que salen a recolectar los residuos urbanos, los trabajadores le explicaron a Chavira cómo arriesgan su vida incluso abordando vehículos sin frenos, sin mantenimiento ni seguros, con gasolina limitada.

De uno en uno, pararon la comitiva y hablaron. Alfonso Suárez se fue quedando callado y rezagado, hasta que por fin, el silencio fue su mejor compañía y atributo.

Cuando uno de los empleados le decía al nuevo director cómo son obligados a surtir gasolina en un establecimiento que les da dos pesos más caro el litro de combustible y que pese a ello, Morón, Jarocho y compañía, se negaron a evaluar la situación. 

Las más de 30 unidades municipales de salud corrieron la misma suerte. Fueron hackeadas de manera inmisericorte por los ha-ckea-do-res in-ter-na-cio-na-les: Daniela Díaz Durán, hoy exdirectora de Salud, ni siquiera supo decir cuántas clínicas están en activo; tampoco respondió el porqué del desabasto de medicamentos del cuadro básico y, obvio, no supo las condiciones de los inmuebles que, afortunadamente, ya entregó. Y así quería ser alcaldesa de Huandacareo con el apoyo de Moroncito.

Y si a usted, amable lector, le faltan pruebas de la “grandeza” de ese gobierno que, afortunadamente, ya se fue. Baste recordar las rechiflas, los “buuu” y otras linduras de nuestro increíble lenguaje, dedicados al Jarocho Arroniz en Palacio Municipal, cuando llegó en su último día de mal-gobierno e intentó subir la escalera rumbo a la sala de cabildo. Yo, por menos eso, hago la suicidación, al menos la política, sí.

Parece chiste pero es anécdota:

  • Federación no cubre convenio para pago de nómina magisterial.
  • Federación no atiende requerimientos de apoyo planteados a Hacienda.
  • AMLO: yo gobierno para todos.
  • Chairos: Silvano se ha robado nuestro salario.
  • Bedolla: Silvano quiere desestabilizar al estado incumpliendo pagos.
  • Pejecito: ¡Ya weeeeee!

¿Y la guerra sucia, apá?

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