El Derecho a la Ciudad: Polos de Desarrollo para el Bienestar (PODECOBI)
Pretender impulsar un polo de desarrollo desde cero, se considera un desacierto existiendo en Michoacán más zonas con posibilidades de detonar el desarrollo

Morelia, Michoacán, 03 de junio de 2025.- El pasado jueves 22 de mayo se publicó en el Diario Oficial el Decreto por el que se crearán “Polígonos delimitados territorialmente, dotados de infraestructura especifica, beneficios fiscales focalizados y facilidades administrativas, que buscan fomentar la actividad económica”, en dichos polígonos, de acuerdo con el Decreto publicado el Gobierno Federal, otorgan estímulos fiscales; todo con la finalidad de crear lo que se han denominado Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar (PODECOBI).
Sin duda, una acción que se espera sea tan relevante para el desarrollo del país, merece algunas reflexiones. La primera de ellas es que, a decir del Decreto, su fundamento radica en ser “una estrategia clave del Plan México que busca impulsar la inversión, reducir desigualdades y fortalecer las cadenas productivas regionales”. En esencia, el mismo objetivo que se planteó en 2018, cuando el Gobierno Federal propuso la descentralización de la mayoría de las secretarías de Estado y dependencias federales que resultó fallido.
Ahora se busca que el establecimiento de los Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar, funcionen como catalizadores que promoverán la inversión en infraestructuras específicas, desarrollos industriales y proyectos comunitarios, asegurando una distribución más equitativa de los recursos y fomentando la inclusión económica.
La política asume que los PODECOBI permitirán conectar las necesidades locales con los intereses de inversionistas nacionales e internacionales, maximizando el impacto positivo en las comunidades.
Sorprende que para el caso de Michoacán se hable de que ya está aprobado, uno para Morelia con el Parque Bajío, que estará ubicado en la región de Zinapécuaro con una superficie de 364 hectáreas de longitud, vías ferroviarias que conectan a Lázaro Cárdenas, Estados Unidos y Canadá; acceso directo a la autopista federal 120 y a 7 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Morelia. Tal vez algo similar al denominado Puerto Interior que desde el 2004 opera en Silao Guanajuato.
Hay que recordar que, en 2007, cuando también se señaló como objetivo nacional “Superar los desequilibrios regionales aprovechando las ventajas competitivas de cada región” se logró en 2014 concretar para el caso de Michoacán, impulsar la creación de una Zona Económica Especial (ZEE) en Michoacán y Guerrero, además de otros estados con características específicas.
El objetivo era más que obvio: aprovechar el puerto marítimo, cuyo potencial comercial va en crecimiento para generar una serie de incentivos fiscales para la instalación de industrias.
Claro que no hay nada nuevo bajo el Sol y se trataba de un modelo probado con más de cuatro mil zonas especiales en el mundo. Tan sólo en China, a partir de 1980, se establecieron cinco zonas económicas especiales, en la actualidad cuente con 15 zonas libres de derechos aduaneros, 32 zonas de desarrollo industrial económico y tecnológico y 53 zonas de desarrollo industrial de altas y nuevas tecnologías, que van desde ciudades costeras, capitales de provincias y márgenes de ríos. Lamentablemente en 2019, con el cambio de gobierno se canceló la iniciativa de conformar las ZEE.
Una evidencia irrefutable del desacierto que esto representó, lo constituyen las más de 100 empresas de capital asiático que se instalan sobre el corredor ferroviario a cargo de Kansas City desde el Puerto hasta la frontera de Laredo, pero todas fuera del territorio michoacano.
No se trata sólo de brindar apoyos fiscales, se trata de lograr la conjunción de diversos factores de logística, que hoy ya existen en la localidad de Lázaro Cárdenas y que, hasta el día de hoy, tanto los gobiernos federal, estatal y municipal en sus diferentes administraciones han sido incapaces de aprovechar y traducir, no sólo en desarrollo para Michoacán, sino en bienestar para sus habitantes. Finalmente, pretender impulsar un polo de desarrollo desde cero, se considera un desacierto existiendo en Michoacán más zonas con posibilidades de detonar el desarrollo.