El Derecho a la Ciudad: SOLEDAD, la nueva pandemia
Algunos estudios equiparan los efectos de la soledad a las mismas consecuencias que fumar 15 cigarros al día
![Salvador García Espinosa](https://i0.wp.com/www.atiempo.mx/wp-content/uploads/2023/01/230110-salvador-garcia-espinosa-800x533-atiempo.mx_.jpg?resize=780%2C470&ssl=1)
Morelia, Michoacán, 11 de febrero de 2025.- “Los seres humanos somos sociales por naturaleza y vivir en comunidad es un rasgo que nos define como especie”. Ésta quizá sea una de las afirmaciones que nadie pone en duda y que se aprende desde los primeros años de escuela. Sin embargo, hoy parece que cada vez es mayor la cantidad de personas que, por diversas razones, decide vivir sola.
De acuerdo con los datos del Censo, en 1990 había 16.2 millones de hogares en México y sólo el 4% correspondió a los denominados unipersonales o unidades familiares constituidas por un solo individuo. Para el año 2000 la cantidad de hogares unipersonales aumentó a 6.3%, equivalentes a 1.4 millones de hogares, y para el 2020 los hogares constituidos por una sola persona sumaron 4.2 millones, equivalente al 12% del total de los hogares en el país.
Resulta una paradoja que, hoy en día, cuando la población supera los 8 mil millones de personas, de los cuales poco más del 10% viven en tan sólo 28 ciudades, es decir, se trata de megaurbes como Tokio, Guangzhou, Shangai, Yakarta, CDMX Delhi, Seúl, Londres, Bombay, París y Sao Paulo, que superan los 20 millones de habitantes y a pesar de esto, es prácticamente imposible que las personas se encuentren con un amigo, un familiar o un conocido.
Es una realidad que cada vez hay más gente viviendo sola, poco más del 34% de la población adulta europea vive sola, Suecia tiene la mayor cantidad de hogares unipersonales, el 57% de sus habitantes viven solas; en Alemania, el 42% de la población adulta vive sola; en Portugal, el 23% de la población y en España, las personas que viven solas representan poco más del 30%.
Aunado a lo anterior, habría que considerar que la soledad se define como “la insatisfacción que experimenta una persona en relación a la frecuencia y la cercanía de sus contactos sociales o a la discrepancia entre las relaciones que tiene y las relaciones que le gustaría tener”. Para la Organización Mundial de Salud existe una prevalencia de soledad de 25-32% en Latinoamérica, aún mayor que en Estados Unidos y Europa; tal vez porque se asocia a dificultades económicas y problemas de salud.
Lo relevante del caso es que algunos estudios equiparan los efectos de la soledad a las mismas consecuencias que fumar 15 cigarros al día. En consecuencia, en noviembre del año 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió crear una Comisión sobre Conexión Social para combatir la “epidemia global de soledad”, para esta organización, la falta de interacción social “conlleva un riesgo equivalente, o incluso mayor, de muerte prematura que la asociada con otros factores de peligro más conocidos, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física o la obesidad”.
Gran Bretaña fue el primer país, en 2018, en crear un ministerio para la soledad encargada de supervisar las asociaciones público-privadas, que unen colectivamente a millones de personas con programas como caminatas por la naturaleza, talleres de composición de canciones y recogida de basura comunitaria. Japón también ha nombrado un ministro para la soledad, igual que Suecia y Australia.
En México tenemos mucho por hacer, la situación económica y el envejecimiento de la población pueden ser factores que incrementen el número de personas que viven solas o, peor aún, que viviendo con más personas experimenten soledad. Un buen comienzo sería recuperar los espacios públicos, no sólo sembrando árboles e instalando mobiliario, sino fomentando actividades de encuentro social entre aquellas personas que por diversas razones viven solas y, de este modo, fomentar verdaderas redes sociales.