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El Evangelio Hoy: El tiempo de Dios, año nuevo

El adviento no es el tiempo de los hombres, es el tiempo de Dios, entre la obra de Jesús y su venida definitiva en la gloria.

Morelia, Michoacán, 03 de diciembre de 2023.- En tu vida. Vivimos una situación de pánico, destrucción de muerte y de fin del mundo. Amenaza de destrucción por la violencia, la impunidad, el cambio climático, los hombres perversos.

El hombre se siente grande, vive sin Dios, destruyendo la democracia y la vida, sus males son porque se ha soltado de Dios.

Dios habla. En la liturgia somos arrebatados y transportados al tiempo de Dios, nos elevamos del tiempo de los hombres. Necesitamos elevarnos de nuestra vida pagana al proyecto de Dios.

Los católicos vivimos sin Dios, como nos da la gana. El hombre está muy creído y se ubica por encima del plan de Dios y sus santas leyes. Todos se vale: despojos, asesinatos, mentiras, caprichos de los poderosos.

Y nos quejamos con el profeta Isaías: “¿por qué, Señor nos has permitido alejarnos de los mandamientos… hasta el punto de no temerte?. Tenemos la experiencia de otros tratamientos, Dios viene. “Descendiste y los montes es decir”. El adviento cambia un mundo pagano y fiestero.

Pablo nos sitúa bien en este tiempo en que vivimos, en que hemos sido salvados por Cristo pero esperamos la consumación cuando él vuelva. “Él nos hará permanecer irreprochables hasta el día de su advenimiento”.

Cristo, con sus órdenes nos ubica y nos manda: “Velen, pues y estén preparados pues no saben a qué horas regresará el dueño de la casa…”. Tenemos una tarea y debemos usarla aprovechando el tiempo que se nos da.

Como el patrón que se va de viaje y nos encarga sus negocios, tenemos una misión divina que cumplir . hemos de estar vigilando, haciendo la tarea

Cristo en tu vida. Anímate entrar en el tiempo de Dios en este adviento, resiste a las fiestas mundanas de fin de año.

Cristo en la misa. En misa, Cristo se introduce en el tiempo de Dios, déjate llevar, escucha su palabra, recibe su cuerpo y su sangre. 

Evangelio de hoy: Dios no espera héroes

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