Filosofía del Pueblo: Ciudad bajo el agua
El llamado debe ser urgente para que las autoridades tomen cartas en el asunto de una manera seria y no únicamente para “calmar las aguas”
Morelia, Michoacán, 29 de julio de 2022.- Para los que no son de Morelia o simplemente su memoria les falla, la lluvia del pasado miércoles era muy normal en temporada de “las aguas” hace no mucho en esta zona, a veces más a veces menos e inclusive días enteros con llovizna y nublado.
La naturaleza poco a poco nos viene cobrando la factura y la capital michoacana no se ha salvado de tal cambio, hemos visto la devastación de la zona sur, donde se han construido exclusivos conjuntos habitacionales de gran valor económico, pero sin consideración han talado e invadido con consentimiento de las autoridades las cuales se hacen de la vista gorda.
Obviamente esto no ha sido de un día para otro, no pudiéramos echar la culpa entera al actual presidente, aunque sí tiene cierta responsabilidad, pues ya estuvo de edil hace no mucho y como diputado local, sin temor a equivocarme él ya ha visto cómo ha crecido la mancha urbana sin planeación. De antemano sabemos que las compañías constructoras de la ciudad son de familias muy pudientes, tanto en lo político y lo económico.
Desde los años 80 del siglo pasado aproximadamente, después de el temblor del 85 la ciudad de la cantera rosa experimentó un cambio radical en su crecimiento urbano, fueron llegando personas de la capital del país y con ello la necesidad de construir o fraccionar para albergar a todos ellos.
También creció el problema de los predios invadidos por grupos que haciendo valer el derecho constitucional de tener una morada, se plantan en lugares de alto riesgo los cuales no son aptos para construir, mucho menos para vivir pero así se les permitió.
Las autoridades debieron estar de acuerdo o simplemente pasaron por alto lo peligroso que podía ser eso, ya que a la larga traería inundaciones en esas partes bajas, todo por ganar simpatía y votos para el partido político al cuál representaron en aquellos entonces.
Un sistema de drenaje de la época medieval es lo único que nos respalda, un único río apestoso que desazolva todo el sistema de agua negras y aparte la que acapara de la lluvia es todo.
Administraciones vienen y van y en esa materia simplemente no hay inversión, mientras los funcionarios tienen sueldos de jeques árabes y que nunca les falla dejando a su suerte a la población que de alguna manera ha hecho una inversión en su casa y que se ve afectada cada vez que hay eventualidades como esta.
El llamado debe ser urgente para que las autoridades tomen cartas en el asunto de una manera seria y no únicamente para “calmar las aguas”, pues prefieren regalar cosas después de la inundación a los afectados para salir en la foto postergando obras que puedan solucionar el problema.
Algunos funcionarios nos han traído ideas europeas en algunas zonas de la ciudad para embellecerla pero no creo que sea muy europeo oler un río contaminado, pareciera que hubiera cosas en las cuales a las autoridades no les interesa o simplemente no obtendrán un beneficio personal si las hacen, tal parece el caso de el sistema de drenaje en la ciudad.
Posiblemente también quieran adoptar la pobreza franciscana, pero se la quieren aplicar al pueblo en lugar de a sus salarios, normalmente los candidatos que tenemos son empresarios o viejos políticos caciques que le dan trabajo a sus cuates o benefician a los que les patrocinan la campaña.
Morelia es una ciudad hermosa por dónde la veas al igual que su gente que es muy amable y hospitalaria al contrario de lo que puedan pensar los que son de otros estados pero, de que es un lugar atrasado en industria y servicios públicos ¡Sí lo es!
Definitivamente los medios de comunicación deberían volcarse a siempre hacer un señalamiento a este tema, ahora mismo están todos centrados en el tema de la sucesión presidencial, las obras federales y otras cosas que aunque son de importancia, tenemos muchos problemas de manera local y que muy pocas veces tienen la atención hasta que sucede algo relevante.