La expulsión de extranjeros en Chile (Por: Jorge Álvarez Banderas)
El Decreto Ley 1094 del 14 de julio de 1975 que establece normas sobre extranjeros en Chile, precisa que se prohíbe el ingreso al país a los extranjeros que propaguen o fomenten de palabra o por escrito o por cualquier otro medio, doctrinas que tiendan a destruir o alterar por la violencia, el orden social del país o su sistema de gobierno
Santiago, Chile, 24 de noviembre de 2019.- El Decreto Ley 1094 del 14 de julio de 1975 que establece normas sobre extranjeros en Chile, promulgado por la Junta de Gobierno de la República de Chile en plena dictadura del General Augusto Pinochet Ugarte vigente a la fecha, precisa que se prohíbe el ingreso al país a los extranjeros que propaguen o fomenten de palabra o por escrito o por cualquier otro medio, doctrinas que tiendan a destruir o alterar por la violencia, el orden social del país o su sistema de gobierno, los que estén sindicados o tengan reputación de ser agitadores o activistas de tales doctrinas y, en general, los que ejecuten hechos que las leyes chilenas califiquen de delito contra la seguridad exterior, la soberanía nacional, la seguridad interior o el orden público del país y los que realicen actos contrarios a los intereses de Chile o constituyan un peligro para el Estado.
Los extranjeros que hubieren ingresado al país no obstante encontrarse comprendidos en alguna de las prohibiciones anteriores entre otras o que durante su residencia incurran en alguno de los actos u omisiones señalados en dicho ordenamiento legal, podrán ser expulsados del territorio nacional.
Escribo este texto en suelo chileno, cuando esté en circulación ya estaré en México, quizá pueda ser considerado como un “acto contrario a los intereses” de este país, por mi actividad profesional he podido recorrer gran parte de los países latinoamericanos en los últimos trece años y el común denominador de las personas con las que platico, que son investigadores en materia tributaria y otros en cuanto prestadores de servicios o que laboran para compañías hoteleras, coinciden en señalar que las políticas de asistencia social permiten el control de la siguiente elección para que el político en turno permanezca en el poder, situaciones propias de Venezuela y Bolivia, con excepción de Uruguay, donde en este último país los apoyos económicos a la población existen igual que en los otros dos, pero su presidente concluyó su mandato -2010 a 2015- y se retiró; estoy apoyos sociales en Chile no existen.
En Chile las personas con las que he dialogado, en general me señalan que después de la dictadura militar esperaban un cambio, que los gobiernos de izquierda que llegaron, actuaron con políticas de derecha y que finalmente las fortunas de los políticos crecieron al amparo de la sombra del poder, se quejan del alto costo de los medicamentos, de las pérdidas constantes en los rendimientos de sus fondos de ahorro para el retiro y la falta de acceso a la educación superior de los jóvenes estudiantes entre otras cosas.
Piñera se muestra firme, es un empresario -es vox populi que es el principal accionista de la aerolínea Lan Chile (actual Latam)- a quien no se le conocen actos de corrupción, amén de que lo afianza el capital económico de dicha nación, los jóvenes salen a protestar por las tardes, con mayores concentraciones los fines de semana por los días de asueto, las “contingencias” como se le conoce a estas manifestaciones populares, es el resultado de haberse quedado callados frente a las acciones del Estado durante varios años; todo surge el pasado 18 de octubre con las estudiantes que bajo el grito de “evasión” brincan los torniquetes de cobro del metro para no pagar cuando se anunció el alza del precio de dicho medio de transporte, eso bastó para salir en adelante cada tarde a las calles a protestar.
¿Una nueva Constitución Política lograría el cambio que Chile necesita?, quizá no, pero a Piñera no lo veo caer -entre 2010 y 2014 fue presidente de la República de Chile-; por ahora, las protestas han permitido se legisle sobre la reducción de las dietas económicas de los representantes populares, no encontré a una persona que no simpatizara con este movimiento, al contrario, se sienten orgullosos y es que Chile con sus casi 19 millones de habitantes, tiene todo para seguir adelante.
-Dedico este artículo a Albertina Mariana Martínez Burgos, fotógrafa de 38 años de edad, quien estas últimas semanas había estado cubriendo las movilizaciones en Plaza Italia, fue encontrada muerta en extrañas situaciones en su departamento el pasado 21 de noviembre en la ciudad de Santiago de Chile- Requiescat in pace.
@lvarezbanderas