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La Ley Habilitante, el INE y la sobrerrepresentación de la 4T

¿Cómo logró Hitler hacerse de la mayoría parlamentaria? Por la fuerza y sin contemplaciones, aprovechando el miedo y la debilidad de sus oponentes (¿algún parecido con México?)

Morelia, Michoacán, 27 de agosto de 2024.- Rescato y actualizo un artículo viejo que lamentablemente resultó profético. La historia es cíclica, tiende a repetirse, entre otras cosas porque subyacen las mismas problemáticas; como plantean personajes como Fukuyama, Hegel y Derrida.

Primero debemos recordar que era la llamada “Ley Habilitante”. Corrían los años 30 del siglo pasado, en una Alemania donde el Partido Nacional Socialista (NSDAP) había llegado al poder, pero sin contar con la mayoría legislativa que le era necesaria para desarrollar sin trabas todos sus planes. Había varios partidos y muchas figuras políticas de peso se oponían frontalmente a las ideas de los nazis, y esto no lo podía aceptar Adolf Hitler, que se consideraba así mismo como el único depositario de la verdad.

Y es en estas circunstancias cuando a los altos mandos del partido nazi, con Hitler a la cabeza, se les ocurre deshacerse de una vez por todas del estorbo de las instituciones democráticas que a juicio de ellos solo eran un lastre para el despegue de Alemania. Es por eso que en 1933 se implementa la llamada “Ley Habilitante”, llamada en alemán Gesetz zur Behebung der Not von Volk und Reich, que se puede traducir como “Ley para solucionar los peligros que acechan al Pueblo y al Estado”. Esta ley permitía al gobierno y al canciller (ocupados respectivamente en aquel momento por el NSDAP y Adolf Hitler) la aprobación de leyes sin pasar por el parlamento; algo con lo que sueña todo aspirante a dictador. Cualquiera puede darse cuenta que un gobierno que tiene el poder de legislar sin tener que pasar por un parlamento donde pueda ser cuestionado, es, de facto, un gobierno dictatorial.

Pero, ¿cómo se llegó a esta situación en un país civilizado como Alemania? Entre otros factores por una combinación de una población empobrecida, desesperada, con un gobierno de timoratos, débil, que padecía una inflación persistente y sobre todo por la aparición de un demagogo de oratoria incendiaria y mente perversa que supo conectar con los más profundos deseos del pueblo alemán.

¿Cómo logró Hitler hacerse de la mayoría parlamentaria? Por la fuerza y sin contemplaciones, aprovechando el miedo y la debilidad de sus oponentes (¿algún parecido con México?). Sencillamente por vía de sus legisladores ordenó suprimir, por decreto, la necesidad de un quórum mínimo de diputados presentes para que la votación fuera válida.

Finalmente, la Ley Habilitante fue aprobada con casi el 85% de los votos a favor, muy por encima del 66% necesario gracias a todos estos factores. ¿ Las consecuencias? Los partidos que apoyaron a Hitler, al igual que el Social Demócrata que no lo había hecho, fueron prohibidos en junio de aquel mismo 1933; y por si hubiera alguna duda se prohibió también la fundación de todo nuevo partido.

A la práctica, la Ley Habilitante de 1933 daba plenos poderes al gobierno y dejaba al parlamento en un papel que no llegaba ni a simbólico. Todo el poder se concentraba en el partido y su líder, Adolf Hitler (¿algo que ver con la actual 4T?).

Para lograr que el Reichstag tomase aquella decisión suicida, Adolf Hitler, canciller alemán, y líder del casi mayoritario Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán optó algo que hasta la fecha funciona, una combinación de intimidación, supuesta moderación y la alteración del procedimiento interno del aparato legislativo. Por si esto no fuera suficiente se ordenó el arresto de varios oponentes antes de la votación. Otros, más prudentes, ya habían huido de Alemania

El día 24 de marzo el Reichstag reunido procedió a la votación de la Ley Habilitante. El propio Adolf Hitler dirigió un discurso al parlamento y sólo recibió la réplica del líder del Partido Socialista Alemán, Otto Wels, quien llegó a decirle al canciller que podrían quitarles la vida y la libertad pero nunca el honor, lo que provocó gritos y amenazas por parte de los miembros de los grupos nazis apostados alrededor de los diputados. (Aquí imagino a una obesa “cenadora” a punto de devorar a un legislador calvo).

Finalmente, la votación se llevó a cabo y todos los partidos votaron a favor salvo el Partido Socialista que se mantuvo leal a la República y votó en contra. En ese momento los miembros del partido nazi comenzaron a cantar el himno alemán mientras los demás callaban.

La democracia en Alemania había muerto. ¿El costo? El mayor pagado por país alguno.

¿Que nos enseña lo anterior? Que la Historia tiende a repetirse, y no aprendemos de ella.

Alejandro Vázquez Cárdenas

México, ¿un Estado fallido?

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