DestacadasEditoriales

La rana hervida y la 4T (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

Nunca habíamos visto carencias de tal magnitud. ¿Y la gente? Muchos se adaptan a estos cambios, sin querer reconocer que hay un grave problema que puede costarles la vida.

Morelia, Michoacán, 18 de abril de 2023.- Es improbable que encontremos en nuestro círculo de conocidos a alguien que no haya escuchado o leído la ilustrativa fábula de la rana hervida. Lo que ya no es tan improbable es que nos topemos con alguien que aún no haya conectado esta fábula con las progresivamente deterioradas condiciones económicas, educativas, laborales, sanitarias etcétera del México de la 4T. Si bien el cambio en algunos indicadores ha sido lento, en otros el deterioro fue inmediato o en cosa de días, como lo fue la cancelación de las guarderías y la supresión , de un día para otro, del llamado Seguro Popular. En cuanto al incremento de la violencia e inseguridad, que ha sido una constante desde sexenios anteriores, el problema se ha agudizado en este sexenio hasta alcanzar niveles nunca vistos.

Recordemos algunos detalles, la fábula de la rana hervida es una historia que nos enseña, de una manera bastante gráfica, una lección acerca de cómo los problemas pueden crecer poco a poco, sin que la gente se dé cuenta hasta que es demasiado tarde. La historia cuenta que si se pone una rana en agua hirviendo, ésta saltará fuera inmediatamente. Sin embargo, si se pone a la rana en agua tibia y se va calentando gradualmente, la rana se adapta a la temperatura y no se da cuenta del peligro hasta que es demasiado tarde y termina muriendo hervida.

Esta fábula tiene relevancia en nuestra sociedad, donde increíblemente vemos como los problemas consistentemente son hechos a un lado, o no son valorados en su exacta dimensión, y al dejarlos a su aire estos van creciendo, de a poco, hasta que llega un momento en que es demasiado tarde para remediarlos. ¿Que pasa? Pues que los ciudadanos se van acostumbran a ellos y terminan aceptándolos como parte de la vida cotidiana. Esto aplica en todos los ámbitos de la sociedad, desde la política hasta la economía, la educación , la seguridad, o la salud.

Por ejemplo, en la política, no es novedad que una buena parte de la sociedad está acostumbrada a la existencia de la corrupción y la falta de transparencia en sus gobiernos, como si eso fuera una situación normal e inevitable. Están tan acostumbrados a esto que no toman medidas para combatir estas prácticas, nada hacen, hasta que el problema se vuelve demasiado grande para ignorarlo

En la economía, la situación puede ser similar; los problemas económicos comienzan a surgir gradualmente, y la gente no los nota hasta que es tarde. Las personas se adaptan a estos cambios y comienzan a ajustar su presupuesto sin reconocer que hay un problema estructural, y grave, que está afectando su calidad de vida.

En lo referente a la educación en México aplica perfectamente una de las leyes de Murphy, “nada está tan mal que no pueda empeorar”; estábamos mal, y ahora estamos mucho peor. No se requiere de dotes detectivescas para confirmarlo , es una triste e innegable realidad.

En caso de la salud pasa algo similar a la Educación, estábamos mal, con carencias más o menos importantes, pero las cosas marchaban, a tiros y jalones, con amenazas, con recomendaciones etcétera, pero marchaban; ahora ya no; los recursos han sido suprimidos, desviados a cosas prioritarias para este gobierno como lo es la compra de votos; el material y el equipo para trabajar ya es menos que mínimo, los medicamentos no llegan o no se consiguen ni con dinero en la mano. Nunca habíamos visto carencias de tal magnitud. ¿Y la gente? Muchos se adaptan a estos cambios, sin querer reconocer que hay un grave problema que puede costarles la vida.

La moraleja de la fábula de la rana hervida es que jamás debemos bajar la guardia, debemos estar atentos a los problemas que surgen en nuestra sociedad, aunque sean pequeños, y dentro de nuestras posibilidades tomar medidas para abordarlos antes de que sea demasiado tarde. En lugar de acostumbrarnos a ellos y aceptarlos como parte de la vida cotidiana, debemos intentar cambiarlos, antes de que sea demasiado tarde. No esperar a la llegada de la llamada “hora 25”, una hora después del final, una hora tarde para todo.

¿Aprenderemos de esta fábula alguna vez? Doble contra sencillo a que no. No va con la naturaleza de muchos humanos para los cuales la cultura de la prevención no existe. Nuestros mantras son : “Sea lo que Dios quiera”, “Lo que tenga que suceder sucederá” y finalmente “Y yo por qué”.

Alejandro Vázquez Cárdenas

Periodismo actual: Callar la verdad (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba