Los suspirantes… Punto para Silvano
Más allá de las críticas de aquellos sólo ven lo superficial, lo cierto es que la reciente jugada entre el presidente López Obrador, y el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, la ganó este último
Morelia, Michoacán, 30 de junio de 2021.- Más allá de las críticas de aquellos sólo ven lo superficial, lo cierto es que la reciente jugada entre el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, la ganó este último.
El mandatario federal está acostumbrado a hacer declaraciones y acciones inesperadas, que muchas veces rayan en lo absurdo, pero que le dan puntos y lo mantienen marcando la agenda pública del país desde hace varios años ya.
Sin embargo, se le ve incómodo y se repliega cuando alguien más listo que él lo reta o lo pone en jaque. Ahí está, como ejemplo muy reciente, el nuevo desencuentro con “El Jefe” Diego Fernández de Cevallos.
Lo que hizo Silvano Aureoles al acudir a solicitar audiencia con el presidente en Palacio Nacional fue una acción muy bien calculada, no fortuita, tonta o improvisada, como muchos ingenuos entendieron.
El gobernador de Michoacán sabía que como ha pasado a lo largo del sexenio de López Obrador, éste no lo recibiría, como tampoco recibe a los gobernadores, senadores, diputados y dirigentes de oposición, salvo en contadas excepciones.
Pero lo que realmente le interesaba a Aureoles Conejo era llamar la atención de los medios de comunicación nacionales e internacionales concentrados en el evento mediático más relevante del día: la conferencia mañanera del mandatario federal.
Aquello de ir a entregarle a López Obrador las pruebas que en la víspera solicitó sobre la “narcoelección en Michoacán”, fue sólo el pretexto para aparecerse en el lugar y las cosas le salieron mejor de lo que esperaba al michoacano, pues evidentemente agarró descolocado al tabasqueño.
Nada le habría costado al jefe del Ejecutivo federal portarse institucional y recibir al gobernador, así como los documentos que llevaba. De haberlo hecho, lo habría desactivado en buena medida.
Pero después de negarse a recibirlo, el mandatario federal señaló que su asunto es con los órganos electorales y a él no le corresponde. Algo que llama la atención viniendo de alguien que durante la reciente etapa de proselitismo se la pasó metiendo las manos en las elecciones.
¿Pero qué hay de fondo?
Pues la explicación es extensa, pero en pocas palabras, Silvano Aureoles está buscando blindar su salida del gobierno estatal, porque independientemente de tener o no cuentas pendientes, ya ha sido amenazado en numerosas ocasiones desde las campañas por diversos actores de Morena, entre ellos el hasta ahora ganador de la elección, Alfredo Ramírez Bedolla.
No es aventurado pensar que van a mandar contra él al fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, así como al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, quienes han demostrado hasta el cansancio estar a la orden de López Obrador para perseguir a los adversarios políticos.
Ahora, de que hubo hechos irregulares en las elecciones de Michoacán, creo que nadie o casi nadie tiene dudas, aunque será difícil probarlo y que las pruebas lleven a la pretendida anulación de la elección de gobernador.
Independientemente de lo anterior, visualizó que el destino inmediato de Aureoles Conejo una vez que termine su actual encargo estará en la dirigencia nacional del PRD, o bien, encabezando algún movimiento social de carácter nacional.
Por lo pronto, a Silvano la jugada le salió como esperaba, o tal vez hasta un poco mejor.
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