Nacidos para perder (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)
¿Cuáles son las consecuencias de esta manera de ver el mundo? En el caso concreto de México se puede resumir en una sola y contundente frase: atraso y subdesarrollo. Y lo peor, en vez de mejorar vamos para abajo.
Morelia, Michoacán, 15 de noviembre de 2022.- «Born losers», película del ya lejano año de 1967 dirigida por el actor y activista político Tom Laughlin, bastante popular en su momento por el argumento de la misma. Su tema central era una juventud descarriada por el consumo de drogas, con una visión limitada de la vida y en una perenne búsqueda de satisfactores inmediatos, legales o ilegales, eso no importaba, pero eso sí, todo por la vía fácil, sin mediar un mayor esfuerzo.
La película efectivamente era un retrato de una parte de la juventud de esa época, jóvenes acelerados pero que con el transcurso de los años y al disiparse la ingenuidad y la facilidad para ser manipulados propia de la juventud abandonaron ese camino. Al final este movimiento terminó por agotarse, con casi la totalidad de sus miembros desencantados y desilusionados de los pésimos resultados. En la actualidad ya prácticamente nadie sobrevive de ese movimiento, los más «duros» murieron por sobredosis y solo quedan algunos despistados que neurológica y psicológicamente se quedaron «en el viaje» en forma permanentemente y sobreviven en la marginalidad.
Sin embargo una parte de la filosofía de estos «nacidos para perder» sigue siendo atractiva para la juventud y para otros no ya no tan jóvenes, recordemos que algunas ideas se resisten a morir y contaminan a las nuevas generaciones. Básicamente la encontramos en lo siguiente: Una rebeldía mal razonada ante las autoridades que en ocasiones casi llega al anarquismo, la incapacidad para aceptar y adaptarse a las exigencias de la sociedad, la búsqueda permanente de satisfactores inmediatos con un mínimo de esfuerzos, el rechazo a las disciplinas académicas y laborales y lo que ha resultado más peligroso, la facilidad para ser «encandilados» por cualquier demagogo con discurso vindicativo. Todo eso y más se da abundantemente en grandes segmentos de nuestra sociedad mexicana, desde pequeños grupos de lo que sea hasta las mayores agrupaciones sindicales y patronales de las más grandes paraestatales. El desencanto laboral es generalizado y una buena parte de nuestros trabajadores solo busca la mayor rebanada del pastel sin desempeñarse a fondo en su trabajo. «Hacen como que me pagan, yo hago como que trabajo» es su lema y la verdad es que lo dicen sinceramente.
¿Cuáles son las consecuencias de esta manera de ver el mundo? En el caso concreto de México se puede resumir en una sola y contundente frase: atraso y subdesarrollo. Y lo peor, en vez de mejorar vamos para abajo.
México es un país con recursos naturales abundantes, la geografía fue benevolente con la nación, pero definitivamente no somos un país rico y ni de lejos podemos considerarnos de Primer Mundo. No hemos entendido que la riqueza de un pueblo no está en su subsuelo con su petróleo, ni en sus hidroeléctricas, ni en sus costas o sus minas, la verdadera riqueza de una nación está en la calidad y capacidad de sus hombres y mujeres, esto es, en su capital humano. Japón, sin una sola gota de petróleo (importa, diariamente más de 5.45 millones de barriles) y casi sin carbón está entre las primeras potencias industriales del mundo . Por otra parte, el Foro de Davos no nos permite el refugio en la mitología ni en el panteón de ilustres héroes derrotados. En su Informe (The Global Competitiveness Report) señala que, en orden a la «Calidad de las Instituciones de Investigación Científica», de 80 países evaluados, México ocupa el lugar 59 y EU y Canadá, nuestros socios, el dos y el nueve.
¿Le importa algo este panorama a nuestras autoridades?, en los gobiernos del PRI y el PAN de acuerdo a acciones y resultados no mucho, en la actual 4T, de plano todo lo relacionado con Ciencia y Tecnología se ha ido a la basura. Eso no da votos
A la fecha nuestras universidades, si nos vamos a las primeras 200 del mundo, siguen en su tradicional medianía, muchas de ellas convertidas en fábricas de inempleables, la calidad de los egresados de las preparatorias es similar a la escuela primaria de otros países, se siguen admitiendo comaladas de alumnos y para colmo con bajísimos promedios, en carreras sobresaturadas.
A este paso seguiremos permanentemente dependiendo de la tecnología extranjera, por más discursos nacionalistas que nos receten nuestros funcionarios.
También queda la opción de responsabilizar de nuestro atraso a los villanos de siempre; el Imperialismo norteamericano, el FMI , la OCDE, el BID, al villano favorito Felipe Calderón o a quien se les ocurra, total, por imaginación no habrá problema.