Políticos permanentes, entre el servicio y el poder continuo
La frase "vivir fuera del presupuesto es vivir en el error", es una sentencia originalmente dicha por el político de Tuxpan, César Garizurieta, alias El Tlacuache
Morelia, Michoacán, 23 de julio de 2024.- La frase «vivir fuera del presupuesto es vivir en el error», es una sentencia originalmente dicha por el político de Tuxpan, César Garizurieta, alias El Tlacuache, amigo del alma de su paisano el Presidente Miguel Alemán Velasco.
Esta desvergonzada frase encapsula una realidad que ha permeado la política en muchos países, no nada más en México.
La expresión sugiere, con un gran fondo de cinismo, que los políticos que no están en posiciones de poder y no viven del presupuesto público están, de alguna manera, en una posición incorrecta.
Si bien este dicho puede ser interpretado de diversas maneras, comúnmente se asocia con la idea de que muchos políticos sólo buscan perpetuarse en el poder para mantener su influencia y de paso una provechosa seguridad económica.
Los políticos que han pasado toda su vida en diversos puestos de elección y administrativos constituyen una categoría especial, y muy abundante, dentro del espectro político.
Estos individuos han hecho del servicio público su carrera, moviéndose de un cargo a otro, saltando de un sexenio a otro y sin ninguna pena ni vergüenza cambiando de un partido a otro así sea éste contrario a lo que venían defendiendo.
Ciertamente existen algunas ventajas en estos, vamos a llamarles, “políticos de carrera”.
Primero, es evidente que acumulan profundidad y conocimientos en las tareas que van a desempeñar, su experiencia adquirida a lo largo de los años puede proporcionarles un conocimiento profundo del sistema político y administrativo.
Segundo, desarrollan una amplia red de contactos, lo que les permite construir y mantener redes de contacto extensas, facilitando la gestión y el logro de objetivos políticos.
Tercero, pueden asegurar la continuidad y coherencia de políticas a largo plazo, evitando cambios drásticos y frecuentes en la administración pública.
Finalmente, pero esto es discutible: Existe cierta confianza del electorado al ser elementos ya conocidos por su razonable eficiencia.
Esto se da ciertamente en democracias consolidadas como las de nuestros vecinos los EUA, pero es más que discutible en el policromo México.
Ahora bien, existen importantes desventajas como son: Falta de renovación de elementos que deriva en una estancamiento de ideas pues la permanencia de las mismas personas en el poder puede llevar a que no se acepten nuevas perspectivas ni se aplican soluciones innovadoras.
Existe una verdadera desconexión de la realidad, lo cual lleva a que estos políticos se enfoquen más en mantener su posición que en resolver problemas actuales.
Otra: La permanencia en el poder puede aumentar las oportunidades para la corrupción y el abuso de poder, ya que estos individuos pueden llegar a sentirse verdaderamente intocables.
Finalmente, otra no menos importante, se fomenta el nepotismo ya que se llegan a construir verdaderas redes familiares y de amigos en puestos clave perpetuando un ciclo de poder que excluye a nuevos talentos y voces.
Ahora bien, surgen dudas: ¿Están estos políticos realmente comprometidos con el servicio público? La respuesta que para muchos salta de inmediato, NO. ¿Se puede hablar de una verdadera representación si los políticos están más interesados en su bienestar personal que en el de la población? La respuesta es otro NO.
Concluyo: La vida de los políticos permanentes es un fenómeno complejo, con ventajas y desventajas significativas.
Mientras que su experiencia y continuidad pueden ser beneficiosas para la estabilidad y la implementación de políticas coherentes, también existe el riesgo de estancamiento, corrupción y desconexión de la realidad del electorado.
La frase «vivir fuera del presupuesto es vivir en el error», aparte de reflejar un profundo cinismo muestra una visión pragmática de la política, donde la seguridad económica y el poder son las verdaderas motivaciones .
La reelección y los saltos de puesto en puesto en las diversas administraciones deberían darnos un equilibrio con un compromiso genuino con el servicio público y la ética, para asegurar que la política sirva verdaderamente a los intereses del pueblo y no solo a los de aquellos en el poder.
Lamentablemente esto no pasa de ser un buen deseo y en el caso concreto de México es una delirante fantasía.
Es cuanto.
Alejandro Vázquez Cárdenas
Medicina, de la vocación al negocio (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)