Proyecto Secreto: Está desquiciado
La situación que estamos viviendo por la gestión de la cosa pública es muy grave y preocupante.
Morelia, Michoacán, 22 de noviembre de 2022.- Vista panorámica
Es indispensable un rey o un presidente, con cualidades excepcionales de mando y de servicio, totalmente consagrado a su tarea: la gestión de la cosa pública y las necesidades fundamentales de los ciudadanos.
Nos ha sorprendido que AM se ha dedicado a informar en las mañaneros y a hacer discursos por todas partes en reuniones que son mítines. ¿A qué horas hubo piernas?
Hay un clamor general, necesitamos un presidente que cumpla la constitución: cuidar la vida y los derechos de cada ciudadano. Debe conducir el país en la borrasca de crisis socioeconómicas, políticas, de salud, producción, de todo.
El presidente vive en el pasado, como él lo inventa, vive en su burbuja de sus sueños y proyectos, en un mundo irreal y no pone los pies en la realidad para enfrentarla.
Es muy extraña para un presidente de la República la actitud que ha asumido y que se ha exacerbado en los últimos días. Como se ha puesto a pelear contra molinos de viento. No tienen límite su andanada de descalificaciones para quienes no aceptan simple y llanamente sus ideas que no son ciertamente ortodoxas.
La marcha a favor del INE lo ha descompuesto. Aparece el hombre de los mítines y campañas políticas obsesionado por el poder, el opositor que siempre fue.
Vive en un mundo que él inventa a su medida, un mundo de resentimiento, precisamente por no enfrentar la realidad: el fraude de 2006 existe sólo en su imaginario. No sucedió, hubo conteo, “voto por voto, casilla por casilla”. En cambio niega otras realidades que sí existieron y no cuentan para él: estuvo en la quema de los pozos petroleros en Tabasco y, con sus huestes tomaron el paseo de la Reforma por seis meses, se hizo consagrar presidente legítimo .
La situación ha llegado a extremos de falta de juicio y la preocupación es gravísima: ¿qué va a seguir, en qué va a parar todo esto, qué será de la gestión de la cosa pública, del orden constitucional, del estado de derecho, de la democracia?
La luz de Dios
Hay que vivir, con los pies bien puestos en este México querido, con millones de gente en miseria extrema, a pesar de la enorme riqueza del territorio y del pueblo de México hay que estar en su juicio. Mucha gente sigue a Andrés Manuel, ¿no capta la falta de lógica en su actuación? Hay que estar sobrio y vigilante, con los ojos y la mente fijos en la realidad y reflexionando. Sin embargo-como afirma la psicóloga Alejandra Morelos- vivimos en una sociedad enferma de esquizofrenia. Eso explica muchas cosas.
Es trágico para el país que los colaboradores cercanos y todo el gobierno no le ayuden a velar y discernir: aunque tengan los ojos abiertos se cierran a la realidad del ciudadano de a pie, no se aplica a la gestión de la cosa pública. No es posible que vivan ajenos a los procesos sociales, en los “otros datos” como AM. Esta actitud de servicio por el bien genuino de México es absolutamente necesaria en él y sus colaboradores: Claudia Sheinbaum, Mario Carrillo, Marty Batres que no pueden dejarse arrastrar en la ola enajenante del jefe de Palacio nacional. David Monreal empieza a marcar su distancia, el cambio en su actitud es profundo.
En un mundo caótico, que va dando volteretas con choques y caídas de crisis moral, social, económica y axiológica avanza México sin rumbo fijo y firme. Vamos, con aciertos como la recuperación del horario de verano y algunos logros en materia económica.
Pero también vemos manifestaciones de que en materia sociopolítica se ha perdido la brújula, menos en la narrativa del presidente. Evaluados por organismos mundiales, no recuperamos el nivel anterior a la crisis del cobija y vamos sumando fracasos. Siendo un gran país por su territorio, población, economía vamos en la cola del mundo. Por el contrario, tenemos los primeros lugares en crímenes y corrupción según evaluaciones internacionales.
No podemos avanzar correctamente sin honestidad, sin respetar un marco de justicia, el Estado de derecho, bajo el régimen de la ley, respetando el derecho de los demás, protegiendo la vida de los ciudadanos y su integridad personal.
Los problemas y las diferencias en la convivencia social se dirimen con la verdad que está por encima de las afirmaciones de los líderes y del número de firmas recaudadas. Sin la verdad y la justicia no se respeta realmente el derecho de los particulares y se beneficia a unos cuantos. Se crea el caos y se divide la comunidad. Se pierde el recto orden moral y se vive en la injusticia con la ley de la jungla.
En todo el país, vamos, de fracaso en fracaso, con el gasto mal orientado. Los problemas son muy graves y los resultados pésimos, en educación, en inversión y falta de empleos, en la expulsión de mano de obra preciosa que sale a Estados Unidos a enriquecer a sajones, aquí nos hacen falta pero no encuentran apoyo de las autoridades. Las crisis van arrastrando a México como la creciente de la tormenta.
Estamos en los últimos lugares del mundo en crisis en todos los renglones y vamos de peor en peor, cada vez México desciende más en las escalas internacionales. Vamos rezagados y perdemos miserablemente el tiempo. Hay que escuchar y ver lo que se afirma de México en otros países.
Es necesario que el presidente y sus grandes colaboradores se pongan las pilas, con lucidez y sentido crítico enfrenten la realidad y los gravísimos retos que plantea. Hay personas que viven su fe y rezan por sus gobernantes, por la conversión del presidente y porque se haga justicia a los pobres y se les permita una vida digna, aplicando la ley y sancionando los delitos. Que se mantenga la esperanza genuina y la ilusión y alegría de vivir.
Así es posible un México libre de violencia, sin crímenes de asesinatos, despojos, ni afirmaciones necias, un México de sabiduría en la armonía y la paz social.