Proyecto Secreto: La fiera más terrible somos todos, cada uno
Estamos viviendo en un mundo de perversión, de individualismo, capricho y autoritarismo criminalidad, de absurdo y destrucción demente y satánica
Morelia, Michoacán, 19 de septiembre de 2023.- Vista Panorámica
El ser más evolucionado de las criaturas del universo, que ha ascendido a espíritu, capaz de las acciones heroicas y de ideas y creaciones artísticas, espirituales, inmateriales, que se proyecta a una vida inmortal y a una condición divina, se trastorna y embrutece cuando se deje llevar sólo por instintos ciegos, bajas pasiones, soberbia, el egoísmo y las pulsiones de muerte. Se hace capaz de hacer una carnicería de los hermanos y de destruir el planeta. Es más importante un juguete, el trenecito maya.
Estamos viviendo en un mundo de perversión, de individualismo, capricho y autoritarismo criminalidad, de absurdo y destrucción demente y satánica.
No se entiende en un ser humano espiritual, libre, inteligente y de buen corazón, tanta cerrazón, necedad. Como se cierra en lo suyo, su egolatría, su autoritarismo, el despotismo y la perversión sobrenatural para seguir su capricho aunque destruya todo: el trabajo de la naturaleza y sus maravillas que tardaron millones de años en formarse y son destruidas definitivamente.
Imperan la brutalidad y las bajas pasiones perversas.
La desaparición de estas barreras, señalamientos que permiten relaciones dignas, aumenta la efervescencia de todos los crímenes: sangre derramada, acosos y violaciones sexuales, atentados contra la persona, su integridad, pertenencias.
Ya no hace falta que sea luna llena para que los vecinos y toda la gente se conviertan en lobos diabólicos. Uno no se explica por qué mataron a Ana María, alguien que fue su novio, que le decía que la amaba. Es inhumano.
¿Por qué los asesinatos de niñas y adolescentes? Es algo que no se entiende, que no cabe en un ser dotado de inteligencia y voluntad.
Como asesinan a los niños, como aquellos dos que iban con su padrastro. Tantos crímenes absurdos, feroces, aterradores. Aumentan los feminicidios. Ellas quieren sentirse iguales que los hombres, a veces más feroces y juegan con el mismo fuego.
La Luz de lo alto
Andamos perdidos, ya no tenemos la fuerza de gravedad y vamos a la deriva con rumbo desconocido, lleno de peligros. Hay quienes sienten el vértigo y la caída desenfrenada en el vacío, atraídos por la muerte eterna del infierno, la desgracia, la condenación insoportable, indecible mente cruel, malvada y terrible, el llanto y la desesperación y la desesperanza.
Hemos abandonado la Roca que le da un punto de apoyo al universo, nos hemos soltado de ese contacto y vamos sin dirección, a la deriva como hojas agitadas por el viento. El mundo hiper desarrollado, en la expresión de Gilles Lipovetski, inmerso en la técnica, en la producción de bienes materiales, la búsqueda del dinero y todo tipo de riquezas materiales, se ha desprendido de Dios y no tiene un punto firme que lo asiente en el universo.
Es necesario no vivir flotantes, expuestos a todos los vientos, borrascas: necesitamos a Dios y el ordenamiento que él dio al universo. Necesitamos redescubrir en el universo el orden, como el instructivo que el Creador dejó inscrito en la naturaleza. Son los grandes principios y valores que el Señor dejó y que son inmutables y valores que norman la convivencia humana y la marcha de la creación.
Es la verdad, piedra inconmovible. Dios mismo es la verdad, Cristo es la verdad. Es la verdad, valor intocable e inmutable que ningún individuo puede soltar.
Los hombres inteligentes y libres lo entienden. En su mente y sus expresiones lo aceptan y lo proclaman. Sin embargo en la práctica hacen lo contrario, No sirven a la verdad valor imperativo, inmutable y que no se puede manipular. Lo sostienen en sus bellos discursos, pero a la hora de la hora hacen lo contrario.
Hacen afirmaciones que presentan una visión mutilada y convenenciera de la realidad para apoyar sueños egoístas, cerrados al bien común de todas las personas. Finalmente sirven a los caprichos de una persona, rodeada de un pequeño grupo. No reflexionan ni dialogan, llevan una búsqueda de la verdad compartida con los demás. No recapacitan ni escuchan sino que se creen dueños y señores de la verdad y quieren imponerla a todas las personas, sin sustento en la realidad, sin una verdadera filosofía.
Son personas necias y autoritarias que no muestran honestidad, llevan una división radical en su persona: hacen bellas afirmaciones pero son palabras y afirmaciones falaces. Se contradicen sin ninguna vergüenza, hoy niegan lo que afirmaron ayer. No razonan, en una retórica mentirosa y falaz no se imponen con la verdad objetiva sino con el poder autoritario.
Ha sido una tendencia congénita y endémica de hombres tentados por el poder, con pretensiones y actitudes dictatoriales, soberbias, ciegas contra la lógica y el pensamiento humano de los hombres de todos los tiempos, de Aristóteles, San Agustín, Tomás de Aquino, Miguel Hidalgo, hasta Sartre, Heidegger, Ratzinger, Bauman, Lipovetski y los filósofos actuales que sirven a la verdad.
Detrás de todo, está el demonio del poder, concebido como dominación y control de los demás, no como servicio que busca el bien del pobre.
Se explican muchas situaciones injustas simples, absurdas porque el demonio es mentiroso y asesino desde el principio, señala Cristo el archivo y busca ser el rey, Luzbel, el falso Dios de la creación.