SCJN es ahora el ente más radical del país (Por: Alejandra Ortega)
La ministra Norma Lucía Piña, quien entra en lugar del muy controvertido y liberal, Arturo Zaldívar, tiene entre los principales temas que impulsa, unos bastante más radicales y liberales
Morelia, Michoacán, 05 de enero de 2022.- Los cambios en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) están generando muchas opiniones.
Sin embargo, la mayor parte de ellas se dan bajo el sesgo político, buscando colocar a los ministros de un lado y otro del espectro político, cosa que impide ver con objetividad lo que ahí está pasando.
Y es que, aunque suene muy bonito que por primera vez en México tengamos una primera ministra presidenta en la historia, el debate debería centrarse en las líneas ideológicas que siguen éstos jueces y los temas que votarán a favor.
Temas que determinarán el rumbo geopolítico de nuestro país.
Es así que la ministra Norma Lucía Piña Hernández, quien entra en lugar del muy controvertido y liberal, Arturo Zaldívar, tiene entre los principales temas que impulsa, unos bastante más radicales y liberales, como la militarización del país, el uso recreativo de la marihuana, la despenalización del aborto y la eliminación de la prisión preventiva oficiosa.
Además de estar a favor de la ideología de género, indigenismo o promoción de los derechos para personas “afromexicanas”.
Todos estos temas al final sólo responden a las directrices internacionales de entes no democráticos como la ONU o el Foro Económico Mundial, que junto con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, conforman la gobernanza mundial, a la que hoy casi todos los gobiernos responden y se alinean.
Está de más decir que todo esto en detrimento de los ciudadanos, pues en lugar de enfocarse en temas torales y que son de preocupación general, como la creciente inseguridad y violencia de todo tipo, o los bajos niveles en la calidad educativa, los paupérrimos salarios y el preocupante incremento desmesurado de la inflación y estancamiento económico, estos personajes, por los que ningún ciudadano vota, implementan -o imponen, mejor dicho- una agenda de grupo, que sólo traerá mayor división entre la población y más violencia.
Este es un claro ejemplo de cómo se van construyendo las verdaderas dictaduras, pero no las nacionales, sino las mundiales y México parece que no es la excepción.
Las familias grandes como sinónimo de fortaleza (Por: Alejandra Ortega)