Editoriales

Algo sobre la vejez (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

Entendamos, la vejez no es una enfermedad, es un estado de graduales cambios degenerativos, de lento desgaste, pero no es una enfermedad ni tiene que forzosamente debe venir acompañada de dolores ni angustias.

Morelia, Michoacán, 05 de noviembre de 2019.- Un intento de definición: Vejez es la cualidad de viejo. La vejez hace referencia a la senectud o edad senil. Aunque no existe una edad exacta a la que se pueda considerar como el comienzo de la vejez, suele decirse que una persona es vieja cuando supera los 70 años de vida. Se vincula oficialmente con la llamada Tercera edad .

Envejecer implica, entre otras cosas, la creciente incapacidad del cuerpo de una persona de mantenerse por sí solo y realizar las cosas que hacía antes. Fisiológicamente las teorías del envejecimiento, todas, describen un proceso primario que implica cambios graduales e inevitables, relacionados con la edad, y que aparecen en todos los miembros de una especie. Este envejecimiento, que se acompaña de múltiples limitaciones, es normal y sucede a pesar de la salud, el estilo de vida  y el carecer de enfermedades.

El interés por la vida y el envejecimiento ha sido una constante en la historia de la humanidad, donde sobresalen dos aspiraciones; la inmortalidad y la búsqueda de la longevidad. La perenne búsqueda de la “Fuente de la eterna juventud», históricamente presente en distintas culturas, refleja la preocupación por prolongar la vida.  Vestigios de este mito persiste en la sociedad actual, lo vemos en forma de un masivo consumo de vitaminas y antioxidantes, onerosos (e inútiles) tratamientos anti-envejecimiento, dietas especiales, programas de ejercicio físico etc.

Entendamos, la vejez no es una enfermedad, es un estado de graduales cambios degenerativos, de lento desgaste, pero no es una enfermedad ni tiene que forzosamente debe venir acompañada de dolores ni angustias. Hay enfermedades propias de la vejez, lo mismo que hay enfermedades propias de la infancia; pero eso no quiere decir que la infancia sea una enfermedad, como tampoco es la vejez.

Se hace extremadamente difícil señalar cuándo comienza la vejez; esto se debe a las numerosas diferencias individuales que existen en el proceso de envejecer. El envejecimiento comienza temprano en la vida y las distintas partes de la anatomía envejecen a ritmos diferentes; un ejemplo es «arco senil» que aparece en los ojos de las personas viejas; generalmente esto puede observarse alrededor de los 80 años, pero en otras personas puede notarse a los tempranos 50. Lo importante  es aceptar que la vejez es resultado inevitable del deterioro orgánico y mental y tal deterioro se hace visible ya a mediados de la vida. De ahí en adelante, progresa a un ritmo acelerado.

La vejez es un proceso múltiple de declinación. Las investigaciones señalan que se empieza a envejecer mucho antes de los 65 años; en realidad ya en la cuarta década hay declinación en la energía física. Atletas de nivel olímpico arriba de los 40 años prácticamente no hay.

Finalmente, de una manera inexorable, unos antes y otros después, viene la declinación general. El individuo acaba retrayéndose de las actividades, aparecen nuevas enfermedades, su dependencia de otros aumenta pero el anciano no desea ser un estorbo. Y por si faltara algo; para los familiares el tener la responsabilidad de personas mayores les resulta un verdadero problema y buscan, de manera a veces patética, quien se haga cargo del “viejo”. Eso si tienen algo de responsabilidad, si no, sencillamente se abandona al anciano.

Viejo es aquel que ha llegado a su horizonte, a su orilla, quien se estanca; pues en casi todas las etapas de la vida, incluyendo la vejez, mientras el individuo sea autosuficiente, funcional y conserve su dignidad (y su chequera) como humano, puede dar, y da más de lo que ha dado.

Finalmente transcribo la magistral descripción que hace Philip Roth sobre la vejez; reseña perfecta a la cual nada hay que agregar. “La alta vejez es una masacre, todo se va cayendo, todo se va acabando, se va la memoria, se va la agilidad, se va el cuerpo, se va absolutamente todo y va quedando una sombra”.

A la fecha no existe remedio para la vejez; y si alguien no desea llegar a viejo el único recurso disponible es morir joven. Nunca veremos una foto de Marilyn Monroe, James Dean o John Lennon de viejos. La imagen y el recuerdo de ellos será por siempre jóvenes.

Alejandro Vázquez Cárdenas

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