Editoriales

Apocalipsis / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Decenas de vehículos fueron incinerados, 36 bloqueos, un helicóptero atacado, el caos en Guadalajara, un hotel convertido en escombro, muertos, heridos. Inusitada reacción. El arsenal de males se extendió a Colima y Michoacán.

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Morelia, Michoacán, 02 de mayo de 2015.- En la Segunda Guerra Mundial Adolfo Hitler dijo complacido “arde París” al constatar los bombardeos a la emblemática ciudad luz, el fuego como elemento que presagiaba la destrucción motivada por un criminal, en nuestro país algo similar sucedió en Jalisco por las manos asesinas del narcotráfico, el día 1 de mayo fue un viernes negro en la tierra tapatía.

Decenas de vehículos fueron incinerados, 36 bloqueos, un helicóptero atacado, el caos en Guadalajara, un hotel convertido en escombro, muertos, heridos. Inusitada reacción. El arsenal de males se extendió a Colima y Michoacán.

La inseguridad hace ya un buen número de años se volvió cotidiana, los coletazos de tal monstruo son innumerables, los registros así lo constatan por la cantidad de actos ilícitos consumados.

En tiempos electorales todos los candidatos dicen que de llegar al poder entonces sí llegará la paz, la certidumbre y las inversiones como si se tratase de patentar una varita mágica para pronunciar un conjuro e inventar otra realidad, por supuesto que se trata de la más absoluta demagogia, jamás dicen cómo harán, son promesas.

Hace ya muchos años las instituciones fueron melladas por el crimen organizado, para que ello surtiera efectos se contó con la complicidad de diferentes niveles de gobierno, no es posible de otra manera. Hemos vivido el auge de la impunidad y padecido los efectos.

La visión de los gobernantes está, en la mayoría de los casos, despegada de la realidad porque sus titulares no enfrentan los problemas que aquejan a la gente de a pie, plagados de un séquito servil, egos endurecidos, alabanzas a carretadas, todo ello les obnubila. Bien harían en revisar la historia de los líderes romanos, Suetonio escribió Los doce cesares, para que recuerden que al poderoso de entonces un ayudante le recordaba que era un mortal, nunca un dios.

Michoacán ha vivido episodios trágicos, nunca se ha hecho lo suficiente para evitarlo, Tamaulipas ha vivido días de plomo, ahora Jalisco, lo cierto es que no hay una porción espacial de México blindada contra los maleantes que siembran horror.

La inseguridad es la asignatura no abordada plenamente por los diferentes niveles de gobierno, existe un contrato social incumplido, todo ello es lo que invoca las sombras propias de lo que algunos denominan estado fallido.

La persecución de los delitos corresponde al estado mexicano, cada cual desde el entorno familiar le corresponde hacer su parte, si todo ello no se activa entonces corremos el riesgo latente de cancelar porvenir.

Como lo cantara Cat Stevens, es urgente que retorne el tren de la paz por las vías de nuestro país.

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