CCXVI Aniversario de la instauración de los Estudios de Derecho
Los primeros estudios de Derecho surgen en Pátzcuaro en el Colegio de San Nicolás Obispo fundado en 1540 por el entonces licenciado Vasco de Quiroga, con el estudio de los Cánones, al paso del tiempo la institución cambió de residencia a Valladolid hoy Morelia en 1580 al cambiar la sede Episcopal
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Morelia, Michoacán, 21 de abruil de 2015.- Los primeros estudios de Derecho surgen en Pátzcuaro en el Colegio de San Nicolás Obispo fundado en 1540 por el entonces licenciado Vasco de Quiroga, con el estudio de los Cánones, al paso del tiempo la institución cambió de residencia a Valladolid hoy Morelia en 1580 al cambiar la sede Episcopal.
Los alumnos del Colegio de San Nicolás Obispo que deseaban estudiar derecho en sus modalidades civil o canónica habían de trasladarse a la ciudad de México, donde la Real y Pontificia Universidad de México tenían abiertas sus facultades de Cánones y leyes desde 1553, sin embargo eran pocos.
En 1628 se fundaba en la ciudad de México un colegio exclusivo para michoacanos, donde residieran los becarios del Colegio de San Nicolás Obispo que desearan estudiar derecho, se llamó; Colegio de Comendadores de San Ramón Nonato y fue instituido aplicando un legado del matrimonio de Juan Salcedo y Leonor Andrade, que tenían posesiones en Michoacán.
En 1770 se fundó en Valladolid el primer Seminario Tridentino (Colegio Tridentino Pontificio y Real de San Pedro) y pasó a esta institución la formación de sacerdotes, que hasta entonces había sido misión exclusiva del Colegio de San Nicolás Obispo; las circunstancias entonces habían cambiado sustancialmente, la misión histórica del Real Colegio de San Nicolás tal como su ilustre fundador la concibiera, había sido cumplida.
Para evitar la extinción del Colegio fundado por Vasco de Quiroga, en 1777 se solicitó al Rey la fundación de las cátedras de Cánones y Leyes; así como en su primera época el Real Colegio de San Nicolás de Valladolid abriera en esa región el cauce de la educación y la literatura” y fuera la avanzada de los colegios seminarios, al viejo Colegio de San Nicolás, correspondió también el honor de iniciar para esa época el estudio del Derecho. La autorización la concedió Carlos IV en 1797, después de haber sido negada por el claustro universitario en 1782.
La bondad de una excelsa mujer, Doña María Francisca Xaviera de Villegas y Villanueva, parece ausente hoy 225 años después en la figura de nuestro Estado Mexicano, su determinación de entregar en vida parte de su peculio vía donación, en favor del entonces Colegio de San Nicolás de Valladolid, como reconocimiento a los beneficios que sus hermanos recibieron con la educación y enseñanza que se les ministró en el Real y Primitivo Colegio del Señor San Nicolás Obispo, dio lugar hace ya 216 años a la inauguración de los Cursos de Derecho en Valladolid hoy Morelia, para la creación de una licenciatura para los pasantes de Teología o Cánones alternativamente del mismo Real y Primitivo Colegio.
Ésta, nuestra amada Facultad de Derecho y Ciencias Sociales es hoy resultado de tan loable actitud; teniendo entonces como antecedente la reinauguración de dichos estudios ahora como Escuela de Jurisprudencia al separarse del Colegio de San Nicolás; seguramente los testigos de la donación intervivos, ni el Escribano Real, Público y de Cabildo que dio fe de este acuerdo manifiesto, ni mucho menos la donante vislumbraron lo anterior, hoy, hacemos en este espacio un homenaje fruto de un gran merecimiento a esta mujer.
A la postre, 118 años después, nace la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, que incorpora a nuestra actual dependencia, una institución educativa pública (hasta ahora), de la cual nos preciamos de ser originarios como egresados,
El legado que Doña María Francisca Xaviera de Villegas y Villanueva realiza el 25 de febrero de 1790 al Colegio de San Nicolás siendo Rector Miguel Hidalgo y Costilla, se hace efectivo un día 21 de abril del año 1799, poco duró esta primera etapa de la enseñanza jurídica michoacana: el 17 de octubre de 1810, a la llegada de los insurgentes a Valladolid, hoy Morelia, el Colegio cerró sus puertas para no abrirlas sino hasta 1847 durante el gobierno del ilustre ideólogo liberal don Melchor Ocampo, fecha en que el Colegio se secularizo convirtiéndose en un instituto oficial y por lo mismo, sus directivos y alumnos se fueron inclinando a las ideas liberales de la época, mientras el Seminario Tridentino, por su carácter de instituto religioso se adhería al grupo conservador.
Por lo anterior, ante tal imposibilidad para enseñar Derecho, el Colegio Seminario Tridentino de la capital de la provincia, instauraba en su interior y como establecimiento relativamente autónomo una escuela de jurisprudencia en 1819, cuyos estudios estaban incorporados a la Real y Pontificia Universidad de México, sin olvidar que la institución había está cerrada desde el 31 de agosto de 1811.
Sin embargo, el 14 de enero de 1857 el gobierno del estado quitó toda validez legal a los estudios de jurisprudencia realizados en cualquiera otra institución que no fuera el Colegio de San Nicolás y en 1859 los estudios del Seminario Tridentino eran suprimidos, estudios que mientras formaron abogados, debían ser legalizados por la legislatura del estado para permitir el ejercicio de la profesión; toda una tradición escolar jurídica, de alta calidad y óptimos resultados las de estas dos importantes instituciones educativas de Michoacán.
Es importante resaltar que aun cuando en algunos textos se alude a la supresión de los estudios de Derecho en el Seminario Tridentino en 1859, existen datos que los estudios solo se interrumpieron de 1859 a 1862. En 1866, bajo el imperio de Maximiliano regresó el Seminario Mayor a Morelia, pero, obviamente, al triunfo del liberalismo la institución clerical debió de vivir días difíciles, e incluso tuvo que suprimir de nueva cuenta los estudios de Derecho hasta 1872.
Cuatro años después con la invasión francesa se clausuró la enseñanza del Derecho en Michoacán, al permanecer cerrado nuevamente el Colegio de San Nicolás que en esos momentos conservaba sus mismas cátedras de Derecho Natural y de Gentes, Romano, Civil y Canónico, abriendo de nueva cuenta en 1867.
Para 1870 al reiniciar actividades la codificación era ya un hecho inevitable, el Distrito Federal promulgaba en ese año su Código Civil, replicándose en las entidades federativas, Michoacán haría lo propio el 31 de julio de 1871. La filosofía de las instituciones formadoras de abogados de la época en Michoacán, se inclinaba hacia el positivismo legal en el caso del Colegio de San Nicolás y del iusnaturalismo con una visión humanista del Derecho en el caso del Seminario.
Existe el antecedente que fuera de la capital del Estado de Michoacán, en la ciudad de Zamora, en 1871 al interior del Seminario de la Diócesis se abrían los estudios de Derecho bajo la batuta de Demetrio Méndez, seglar; estudios que de alguna manera se mantuvieron hasta el cierre del seminario en 1914 (¿1915?).
Con la llegada de Porfirio Díaz al poder (1884), los planes y programas de estudio elaborados primero para el Colegio de San Nicolás y después para la Escuela de Jurisprudencia de Michoacán se suprimía la enseñanza del Derecho Canónico e incluso la del Natural, para dar entrada a nuevas disciplinas como la Economía Política, la Sociología, la Medicina Legal, entre otras, más acordes con el carácter positivista de la cultura del porfiriato.
Los estudios de Derecho en los seminarios en Michoacán tuvieron su auge y posteriormente su decadencia. El Colegio Seminario vio llegar el fin de siglo revitalizado y con una renovada riqueza material, desde 1876 ocupaba un edificio localizado al lado del Templo de San José que se concluyó hasta 1884. Las causas de ésta deben encontrarse en el giro que dio el liberalismo michoacano a partir del gobierno de Aristeo Mercado (1893-1911), quien en 1896 determinó que el título de abogado que desde antiguo confería el Tribunal de Justicia del Estado lo otorgaría en el futuro el ejecutivo local. Un liberalismo que con el tiempo no soportó la presencia de buenos y competentes abogados egresados de instituciones clericales y que prefirió mantener un férreo monopolio en materia de instrucción superior. Por otro lado, las gestiones de revalidación o de legalización de los estudios hechos en el seminario que debían tramitar sus egresados ante el Congreso local, los gastos que aquéllas suponían, lo parcial de los exámenes de recepción en pro de los egresados de San Nicolás, el auge de los estudios de Derecho en este Colegio y, posteriormente, en la Escuela de Jurisprudencia de Michoacán; el envejecimiento de un plan de estudios que no se abría al estudio de las nuevas disciplinas jurídicas y que se conformaba con exponer una idea del Derecho que la realidad del medio se encargaba de desmentir, pudieron ser también causas de aquella decadencia en los estudios del Derecho en el Seminario durante la primera década del siglo XX y que culminó con su supresión en 1905.
En enero de 1910 el Seminario Conciliar de nueva cuenta establece la enseñanza de la jurisprudencia en sus aulas, dentro de una relativamente autónoma Escuela de Jurisprudencia anexa al instituto religioso, consiguiendo así que los alumnos de Derecho estuvieran independientes de los seminaristas, siendo una escuela de abogados por cuatro años más, hasta el cierre en 1914 provocada por la corriente de crear un Partido Católico en Michoacán, aunado a dar forma a una escuela de Derecho que pudiera sobrevivir en lo futuro, independiente del propio Seminario aunque ligado a éste en el tipo de orientación ideológica impuesta a los estudios de ambas instituciones; proyecto que de alguna manera se ve cristalizado en la “Escuela Preparatoria Libre de Michoacán”.
El 28 de abril de 1915, el general carrancista y gobernador provisional de Michoacán, Alfredo Elizondo, promulgó un decreto por el cual prohibió al clero católico fundar o sostener planteles de instrucción para niños y jóvenes y establecer seminarios conciliares en Michoacán; el Seminario sufrió así un golpe durísimo; su escuela de Jurisprudencia, uno de muerte.
216 años han transcurrido de haberse inaugurado los Cursos de Derecho en nuestro Estado (1799-2015), 102 años después (1799-1901) se hacia la declaración formal el 14 de enero de 1901 de la reinauguración de los Estudio de Derecho ahora como Escuela de Jurisprudencia de Michoacán al separarse del Colegio de San Nicolás ya como institución independiente.
El primer director de la Escuela de Jurisprudencia, fue el Licenciado Luis B. Valdés, quien pidió licencia el mismo día de la inauguración, por ser en ese momento, al mismo tiempo, Secretario General de Gobierno, en su lugar quedó al frente de la dirección del plantel el Licenciado Miguel Mesa Ochoa. (El primer edificio de Escuela de Jurisprudencia se encuentra en la esquina que forman actualmente las calles de Morelos Norte y 20 de Noviembre).
No fue suficiente el estallido de la revolución en 1910 para que se suspendieran sus cátedras, al finalizar la lucha armada, se logra la reforma a la Carta Magna en 1917 y con ello la idea de constituir una Universidad Michoacana, incorporándose a ésta la Escuela de Jurisprudencia, hoy nuestra Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, con la fundación de la Universidad pública se abría una nueva etapa a la enseñanza jurídica michoacana.
Los objetivos que llegaron a buscarse con el estudio del Derecho, en general en el Seminario y en la Escuela de Jurisprudencia durante la lucha fraticida que ensangrentó a nuestro país a principios del siglo XX, se pueden destacar de lo declarado en 1910 por don Miguel Mesa Ochoa director de la Escuela que dijo: “Nosotros necesitamos abogados de trabajo, hombres útiles para Magistrados, Jueces, Secretarios y Postulantes… que estén bien preparados para ser más tarde legisladores, directores de la Sociedad”, mientras que en 1912, don Francisco Banegas Galván, rector del Seminario Tridentino opino que: “Es tiempo de combate, sobre todo para los seglares, y si a nosotros nos queda alentarlos, a ellos toca bajar a la arena del combate y luchar en las batallas del Señor. Este es el espíritu que queremos imbuir a los alumnos de Jurisprudencia”.
La Escuela de Jurisprudencia del Seminario había cerrado sus puertas de 1905 a 1910, para 1914 era clausurada por los carrancistas, los partidarios de Francisco Villa la reabrieron pero el posterior triunfo de aquellos implicó la supresión no sólo de la Escuela sino la prohibición de toda enseñanza católica en el estado, especialmente la impartida en los seminarios. La Escuela de Jurisprudencia del estado corrió con ligera mejor suerte, suprimida por razones económicas en diciembre de 1915, fue restablecida en marzo de 1917 y dos años después se integraba dentro de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
El proyecto de Universidad elaborado por Pascual Ortiz Rubio sostenía que la nueva institución sería autónoma, para ponerla al margen de las pugnas -ya comenzaban- entre los grupos revolucionarios. Con cierto romanticismo, imaginaba un inmaculado espacio cultural en el que no pudieran penetrar los conflictos de las facciones y fuera algo tan respetado como la Cruz Roja Internacional. No alcanzó a prever la formación de cacicazgos políticos que habrían de cancelar los ideales revolucionarios democráticos, antiimperialistas y agraristas del nuevo régimen.
El proyecto presentaba también una Universidad desligada de la tutela del gobierno. Sería enteramente autónoma. El gobierno de Ortiz Rubio le donaría propiedades y cantidades en efectivo, con cuyos rendimientos pudiera sostenerse.
La enseñanza que allí se impartiría no sería gratuita; los estudiantes pagarían cuotas suficientes para que, con su aportación y los otros rendimientos, la Universidad contara con fondos suficientes para sostenerse. Los diputados en ese entonces, no vieron las cosas tan sencillas, expresaron que no era posible sustraer la institución de los vaivenes políticos porque, se quisiera o no, tendría que seguir la suerte de la política, a la que no podría sustraerse ningún cuerpo social.
Declarando también que era absurdo creer en la independencia de lo temporal y lo espiritual, como ingenuamente lo proponía el Gobernador, pues «Tal independencia no puede humanamente existir». Finalmente, a los legisladores les pareció utópico que pudiera darse una autonomía auténtica si no existía tal desde el punto de vista económico. Calcularon que ni las cantidades, propiedades y participación de futuros ingresos por herencias, más el pago de colegiaturas cuantiosas, serían suficientes para el sostenimiento de la proyectada Universidad, que tendría que ser auxiliada económicamente, dependería en gran parte del Estado, luego entonces ya no sería autónoma
La “Escuela Preparatoria Libre de Michoacán” aludida anteriormente, funcionó de 1923 a 1935, y en su seno se fundaron los estudios de Derecho; a dicha institución se le llegaron a reconocer sus estudios de manera oficial el 16 de junio de 1931 mediante publicación del 3 de julio siguiente, como una institución de enseñanza superior sin ninguna liga con instituciones de carácter religioso, al acogerse de diversos privilegios de un Decreto del 22 de octubre de 1929, sin embargo mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del 19 de septiembre de 1931 se derogaba el del 16 de junio de ese mismo año, al considerar que según lo afirmado por los representantes de la Universidad de Michoacán (sic) y el Gobierno del Estado, se dedicaban a hacer actividades políticas proscritas en los planteles educativos y hacer labor de obstrucción al cumplimiento de las leyes vigentes y oposición a la “obra revolucionaria” del Gobierno; en ese entonces el Secretario de Gobernación era Lázaro Cárdenas del Rio.
La decisión de crear una Universidad pública en Michoacán hoy rinde frutos, prueba de ello es nuestra Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, que a 216 años sigue vigente, una institución a la que se ha permitido se involucre la clase política del Estado, no en beneficio de la colectividad, como sería idealmente, sino en el de grupos de poder que una vez que toman las riendas, les cuesta desligarse.
Hoy estamos de plácemes, en el CCXVI ducentésimo décimo sexto aniversario de la instauración de los estudios de Derecho en el Estado, que ésta permanencia, nos motive a seguir luchando, bajo el ideal del Lic. Miguel Mesa Ochoa: formar hombres de trabajo, útiles y preparados, que gran falta hacen a nuestra nación.