Corrupción: La vieja confiable (Por: Diego Leal Corral)
Todos estamos de acuerdo en que se combata la corrupción, pero no desde el púlpito que parecen ser las conferencias mañaneras, sino en los juzgados y con peces gordos tras las rejas, de lo contrario, esa vieja confiable se convertirá en una “maroma”
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Morelia, Michoacán, 06 de febrero de 2019.- Hay entre los miles de memes que se publican diariamente en las redes sociales uno que me llama poderosamente la atención y es un “Bob Esponja” abriendo una caja que irradia luz. En la caja, están escritas las palabras “Falacia Ad Hominem” y en la parte baja de la imagen aparece la frase “La vieja confiable”.
El meme se usa para satirizar a aquellos que en las redes, al debatir sobre una nota, en vez de ir al problema, atacan al emisor de la crítica que quieren denostar, lo cual es una falacia ad hominem, es decir, se ataca al interlocutor, no al argumento.
Ahora bien, este gobierno bien podría utilizar el meme de la vieja confiable, cambiando la frase “falacia ad hominem” por “Corrupción”.
Todos los días, López Obrador tiene su “conferencia mañanera” de la cual hablamos la semana pasada. En ella, moldea la agenda mediática del día, ya sea presentando algún programa de su gobierno o denunciando a ex presidentes, senadoras o empresarios de lo que fue el eje de su campaña electoral: la corrupción.
Por la corrupción, Pemex perdía miles de litros al día a manos de los huachicoleros. Por la corrupción, ex presidentes otorgaron contratos a empresas multinacionales, por la corrupción el país que le entregaron es un cochinero.
La nueva crisis que está autogestando el gobierno federal es el recorte de recursos a un programa con 12 años de antigüedad: las estancias infantiles. Son más de 327 mil niños que son beneficiarios de este programa, un programa orientado a dar oportunidad a madres y padres sin seguridad social con ingreso por debajo de la línea del bienestar, es decir familias pobres que requieren de este servicio para poder salir a trabajar sabiendo que sus hijos están en buenas manos.
Sin embargo, este programa, que ha sido laureado por instancias internacionales, fue recortado a la mitad. Si antes se otorgaban $900 pesos mensuales por niño a las instancias infantiles para el cuidado de los mismos, otorgándoles desayuno, colación y comida, además de cuidado e instrucción inicial, ahora se pretende que la cifra sea de $450 por niño al mes, claramente insuficiente para dotarle de todos los servicios que las estancias prestan.
En su conferencia mañanera, el Presidente para justificar este recorte, volvió a utilizar la vieja confiable de este incipiente gobierno: la corrupción. Sin presentar pruebas, sin dar mayores datos, sin presentar detenidos por la supuesta corrupción, López Obrador solamente dijo que se iba a revisar el programa porque había corrupción y que ahora el apoyo ya no se iba a dar a las estancias acreditadas, sino directamente a los beneficiarios.
Y no conforme con una explicación tan limitada, el Presidente usando la herramienta de comunicación política conocida como “priming” utilizó la tragedia de la guardería ABC para justificar la dichosa corrupción de las estancias infantiles, cuando la guardería ABC era subrogada del IMSS y no del programa recortado.
No conforme con ello, el presidente de la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, hizo segunda a López Obrador, e igual que este último utilizó la vieja confiable, la corrupción como justificación para el recorte, eso sí, no sin antes decir que “a ningún niño o madre le faltará este servicio”.
Todos estamos de acuerdo en que se combata la corrupción, pero no desde el púlpito que parecen ser las conferencias mañaneras, sino en los juzgados y con peces gordos tras las rejas, de lo contrario, esa vieja confiable se convertirá en una “maroma” como ya nombran a las incongruencias (y hasta meme tienen) que realizan algunos funcionarios en cuanto a políticas públicas que otrora criticaban y ahora realizan.
El Presidente sabe que el bono de popularidad que obtuvo en las urnas lo hace inmune a un desgaste inmediato en su popularidad, sin embargo, a él que le gusta tanto la historia debería de “echarse un clavado” a la popularidad que alcanzó Felipe Calderón cuando presentó la estrategia contra el narco y con la que terminó, o peor, la de Peña Nieto cuando firmó el “Pacto por México” y cuando acabó su periodo presidencial y debe de comprender que la “Luna de Miel” con el electorado no es perpetua.