Corrupción, un problema severo / Alejandro Vázquez Cárdenas
¿Por qué se da este fenómeno? Los abusos policiales tienen en su origen una estructura jerárquica vertical que opera al servicio de intereses políticos. En México los mandos policiales son seleccionados principalmente por su cercanía con el jefe político local. No importa si tienen o no un perfil apto para el cargo, se valora su lealtad política.
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Morelia, Michoacán, 14 de marzo de 2017.- Primero una definición. Corrupción es la acción y efecto de corromper, depravar, sobornar, pervertir etc. En otro sentido, la corrupción es la práctica que consiste en hacer abuso de poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra índole.
Ahora van un par de datos duros obtenidos de publicaciones recientes. 1. México tuvo una calificación de 35 puntos de 100 posibles y el lugar número 95 de 168 países según el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. México cayó al pasar del lugar 72 al 95 en siete años. 2. México según la OCDE ocupa el último lugar al evaluar corrupción, en otras palabras, somos los más corruptos de este grupo.
Ahora bien, ¿Qué estructuras son consideradas por los mexicanos como las más corruptas?
La policía de Tránsito es la corporación con mayor percepción de corrupción entre los mexicanos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) revela que 77.8% de los mexicanos tiene la noción de que esta policía es corrupta.
Respecto de los ministerios públicos y procuradurías, así como de la Policía Ministerial o Judicial, 65% de la población entrevistada tiene la visión de que son corruptos. Los jueces se encuentran ligeramente por debajo de los anteriores en el 64.4%.
En contraste, la Marina y el Ejército se encuentran en la mejor condición, puesto que sólo 14.8 y 22.1% tienen esa percepción de corrupción.
¿Y cómo andamos en Michoacán? Mal, pues según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) Michoacán se encuentra entre los primeros 10 Estados más corruptos de la República, replicándose aquí la percepción nacional de las estructuras corruptas.
¿Por qué se da este fenómeno? Los abusos policiales tienen en su origen una estructura jerárquica vertical que opera al servicio de intereses políticos. En México los mandos policiales son seleccionados principalmente por su cercanía con el jefe político local. No importa si tienen o no un perfil apto para el cargo, se valora su lealtad política. Esto causa que frecuentemente sean nombrados mandos policiales inexpertos e incompetentes
El ciudadano desconfía de la policía, la consideran corrupta, poco preparada y abusiva, No es ningún misterio que los policías, históricamente, han recibido una formación improvisada e insuficiente y son absolutamente incapaces de resolver los conflictos y las diferencias de manera inteligente y honesta.
Recientemente se ha reactivado en Michoacán una campaña para eliminar lo que comúnmente se llama “cristales polarizados” en los automóviles. El argumento parece sensato, hacer más visible el interior de un automóvil que potencialmente pueda ser utilizado por delincuentes que no desean ser vistos en su interior. Ellos o sus víctimas, según el caso.
Pero el problema no es el argumento, sino la manera es que se está llevando a cabo. Al darse un poder discrecional a unos impreparados y por lo general prepotentes elementos de tránsito se favorecen, o quizá es el motivo principal, los actos de corrupción. Se detiene a un automóvil, no al azar, sino por determinadas características que permiten suponer que el conductor sea una víctima propicia. Se le amenaza, se le intimida, se le presiona, se le pinta un panorama terrorífico, todo esto con la idea de que el conductor decida resolver el problema en ese momento, por medio de la añeja “mordida” que puede ser de una considerable suma de dinero.
Estos elementos no son capaces de entender que muchos vehículos, sobre todo los denominados SUV, vienen polarizados de fábrica, y son fabricados bajo las normas vigentes en México. Lo mismo se muestran incapaces de entender que en determinados casos el conductor o los usuarios habituales del vehículo pueden ser portadores de una condición médica que los hace particularmente sensibles al sol, al grado de ameritar una protección extra en el carro.
¿Qué se busca con esa campaña? Pocos creerán que se trata de una medida para combatir la delincuencia, más bien su finalidad puede ser el obtener recursos económicos a costa de extorsionar a propietarios de automóviles.
¿Qué hacer? Por lo pronto exhibir a los malos elementos, denunciar sus abusos y majaderías, documentar sus errores y agresiones si se trae un “teléfono inteligente” (Smartphone) y subir video a redes. Pero no quedarse callados.
Y para la otra fijarse bien por quien votan.