Crisis Perredista / Teodoro Barajas Rodríguez
El Partido de la Revolución Democrática está en la más acentuada de sus crisis, una desbandada silenciosa se registra desde hace meses, no existe la autocrítica porque el grupo burocrático que desde hace años gobierna a un decolorado instituto no le ha importado
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Morelia, Michoacán, 09 de enero de 2015.- El Partido de la Revolución Democrática está en la más acentuada de sus crisis, una desbandada silenciosa se registra desde hace meses, no existe la autocrítica porque el grupo burocrático que desde hace años gobierna a un decolorado instituto no le ha importado. En principio el Sol Azteca se quedó sin sus dos últimos candidatos a la presidencia de la República. Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.
No reservó derecho de admisión, fue laxo el PRD en abrir las puertas a todo el que las tocara y se colaron malvivientes, pillos, ladrones. El controvertido como penoso caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa se originó por la intervención directa de autoridades de extracción perredista aunque eso muchos ya lo olvidaron, José Luis Abarca -ex alcalde de Iguala-y su esposa fueron cuadros destacados del Sol Azteca, lo mismo el gobernador con licencia de Guerrero Ángel Aguirre Rivero con todo y que su origen está en el PRI, como muchos cuadros conversos.
Hace unos días los ex dirigentes del PRD, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, es decir los Chuchos, criticaron en forma por demás intolerante a Joaquín López Doriga a quien tildaron de “anticristo”, lo que provoca hilaridad.
Con frecuencia cuadros distinguidos del perredismo abandonan la nave, algunos optaron por Morena, otros simplemente se fueron. Unos como otros coinciden en afirmar que el otrora partido de oposición inclinado a la izquierda vive una etapa decadente.
En la capital del país ya Morena podrá arrebatar bastiones antes seguros del PRD, la fragmentación está en curso porque no existe actualmente una figura aglutinadora, antes se contaba con Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador, ya no se cuenta con una personalidad carismática, sólo son islas en un gran archipiélago que encabeza Nueva Izquierda.
Es una pena que en nuestro país tengamos una izquierda debilitada, porque hoy como nunca se ocupa de contrapesos, debates razonados, la crisis institucional que padece México ocupa de todas las voces pero parece que los intereses se limitan al terreno pragmático electoral.
Todo apunta a que los comicios en Michoacán serán a tercios, puede ganar cualquiera de los tres partidos más importantes aunque Morena bien puede disminuir el porcentaje de votos que antes fueron al PRD.
No faltará mucho tiempo para que Silvano Aureoles Conejo sea el candidato del perredismo, no se sabe con exactitud cuál será la reacción de cuadros como el senador Raúl Morón Orozco, o cómo será la actitud de los aliados coyunturales como la CNTE. Al tiempo.
Lo cierto es que la diáspora del perredismo parece no se detendrá, próximamente renunciaría el legislador Alejandro Encinas quien ha sido un crítico machacón de la actual dirigencia que encabeza Carlos Navarrete, quien se estrenara en la cúpula para condicionar la salida de Ángel Aguirre en Guerrero por el caso Ayotzinapa, además de pedir disculpas por haber hecho alcalde a José Luis Abarca con las siglas del Sol Azteca.
México ocupa de una izquierda sólida, moderna, con vocación de victorias pero no de una que legitime a su acérrimo contrincante, no una que acoge a quien sea para hacerlo candidato, no a una que no sabe definirse ideológicamente y que ha sido aliada de la derecha. La izquierda, una verdadera, le hace falta a México.
