De Primera Mano / El “esperado” relevo en el PRI
El relevo de Fernández Orozco es un hecho, para desgracia de panistas y perredistas, quienes mediáticamente habían hecho y deshecho con él todo cuanto quisieron. Vamos a ver quién llega y si es capaz de equilibrar las cosas.
Morelia, Michoacán, 20 de mayo de 2014.- Ya estamos tal vez a sólo días, quizá hasta horas, para que se anuncie formalmente el “esperado” relevo en la dirigencia estatal del PRI, aunque éste no será para la elección de una dirigencia formal como se pensaba, sino sólo de carácter provisional.
Y aclaro que digo “esperado” hablando de los priístas, porque seguramente quienes más lamentarán la salida de Osvaldo Fernández Orozco serán los dirigentes estatales del PAN y del PRD, Miguel Ángel Chávez Zavala y Carlos Torres Piña.
Entre quienes se han venido mencionando para la dirigencia estatal se habla de Jesús Sierra Arias, actual secretario de Educación en el Estado, así como del dos veces diputado local y dos veces alcalde de Zacapu, Mario Magaña Juárez.
Algunos postularon en su momento por el delegado del ISSSTE en Michoacán, Diego Romeo Chávez Hernández, pero éste no parece interesado y tal vez se incline más por jugársela en pos de una candidatura por una diputación en 2015.
De acuerdo con las últimas versiones, tal vez aquellos que se estaban moviendo para buscar la dirigencia estatal del PRI deban moderarse para esperar los tiempos, sobre todo porque la designación del próximo dirigente se hará a la más pura y antigua usanza priísta, que será el de buscar los consensos entre los liderazgos del partido y más de una docena de ex dirigentes estatales del tricolor.
Todos estos deberán buscar una fórmula en la que tengan acuerdo y que además posteriormente sea “palomeada” por la dirigencia nacional del PRI, incluso, tal vez hasta por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Como se recordará, antes del proceso electoral de 2011 generó desencuentros entre los grupos de Jesús Reyna García y Fausto Vallejo Figueroa, así como de Ascensión Orihuela Bárcenas, Alfredo Anaya Gudiño y Víctor Manuel Silva Tejeda, el tema de la dirigencia estatal del tricolor.
En aquella ocasión la solución fue nombrar a un liderazgo ajeno a todos ellos, como Antonio Guzmán Castañeda, lo que a la postre les salió más o menos bien, hasta que éste dejó la dirigencia en manos de Osvaldo Fernández… y bueno, lo demás ya es historia.
Alguien mencionó hace poco que Antonio Guzmán podría regresar a terminar su periodo, pero lo veo complicado, pues me parece que él anda más bien en pos de una candidatura al Senado o en su defecto una diputación federal por la vía plurinominal.
No sería la primera vez que un ex dirigente regresa, pasó en su momento con Jesús Reyna, quien dejó el cargo temporalmente al asumir una diputación y al término de la misma promovió un juicio para volver a incorporarse al puesto que había dejado.
Se ha rumorado que en esta ocasión quien tendría “mano” para erigirse o proponer al próximo dirigente estatal sería el ex gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí, cuyos bonos están muy altos como consecuencia de los desastrosos gobiernos del PRD en Michoacán.
Lo cierto es que el escenario es más complejo, pues la recomposición interna en el PRI tras la detención y el proceso legal que se le sigue a Jesús Reyna aún no termina y podría haber fracturas, si algunos de los liderazgos cercanos al ex secretario de Gobierno, como Jesús Sierra o Jaime Mares Camarena no toman las riendas de ese grupo.
Independientemente de lo anterior, el relevo de Fernández Orozco es un hecho, para desgracia de panistas y perredistas, quienes mediáticamente habían hecho y deshecho con él todo cuanto quisieron. Vamos a ver quién llega y si es capaz de equilibrar las cosas, así como recomponer muchas otras que han fallado por las pugnas internas y por el grave desgaste que tiene el PRI gobierno en Michoacán.
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