De Primera Mano / El PRD y sus 25 años
En el marco del 25 aniversario de la fundación del PRD es necesario que los integrantes de dicho instituto político sean reflexivos, objetivos y autocríticos para poder mantenerse vigentes en un cada vez más desgastado, menos creíble y más repudiado sistema de partidos
Morelia, Michoacán, 05 de mayo de 2014.- En el marco del 25 aniversario de la fundación del PRD es necesario que los integrantes de dicho instituto político sean reflexivos, objetivos y autocríticos para poder mantenerse vigentes en un cada vez más desgastado, menos creíble y más repudiado sistema de partidos.
Sin restarle sus méritos y sus logros al sol azteca, que sí los ha tenido, creo que bien les haría a sus liderazgos identificar cuáles han sido sus principales fallas en su cuarto de siglo de trayectoria para que busquen corregirlas, sobre todo porque en los discursos de varios de ellos no he escuchado una autocrítica seria.
Desde su fundación, el PRD se integró principalmente por una escisión del PRI, de la llamada “corriente democrática”, así como por una serie de pequeños partidos de izquierda (por lo menos seis de ellos), lo que ha derivado en un conglomerado de ideologías distintas que con el paso del tiempo han dado lugar a la creación de decenas de corrientes internas.
Lo anterior ha dado paso a constantes choques de intereses al interior del partido y a que en 25 años no se haya logrado una unidad plena. De hecho, gracias al sol azteca se acuñó en México el nuevo término “perredización”, que hace alusión a un grupo, partido o instituto político que se encuentra muy dividido o definitivamente fracturado.
El PRD desde que nació ha sido un partido de “mesías”, ha participado en 5 elecciones presidenciales, la primera de ellas aún como Frente Democrático Nacional (FDN), pero sólo ha tenido dos candidatos para la Presidencia, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador.
Cuando el sol azteca ha sido gobierno en una entidad federativa o en algún municipio, no siempre, pero con frecuencia, replica y hasta multiplica los mismos vicios que tantas veces criticó al PRI, como partido oficial, sobre todo en lo que se refiere al uso electoral de los programas sociales, los favoritismos para la entrega de apoyos y la imposición de candidatos.
Mientras que el Gobierno del Distrito Federal es un ejemplo relativamente exitoso de un gobierno del PRD, las dos administraciones estatales perredistas en Michoacán fueron de lo más desastrosas, con una prácticamente inexistente obra pública, con nulo trabajo en materia de seguridad y con un muy irresponsable manejo financiero que seguimos padeciendo.
A mi juicio, uno de los peores errores de los gobiernos de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel fue que sus administraciones se convirtieron en las principales empleadoras del estado, al grado que invirtieron la gran mayoría de sus recursos en beneficiar a sus sindicatos afines y en incrementar la nómina estatal de 11 mil a más 55 mil trabajadores; al mismo tiempo dejaron de destinar recursos a la producción, al crecimiento económico y al pago de proveedores.
En 25 años los perredistas han cometido más errores que les han impedido mantener e incrementar el respaldo popular a su proyecto, pero los anteriores son sólo algunos ejemplos de lo que no hemos oído decir a varios de sus principales liderazgos. Los más radicales no lo aceptarán, pero confío en que también habrá aquellos que prestarán atención.
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