De Primera Mano / La reforma recaudat…, ¡perdón!, hacendaria
Por más que le busco, no le veo bondades a la iniciativa de reforma hacendaria del presidente Peña Nieto; aparentemente, el único interés es recaudar más a como dé lugar y sin que a cambio el gobierno federal haga algún compromiso en materias como austeridad y transparencia
Morelia, Mich., 08 de octubre de 2013.- Aunque parezca reiterativo, y por más que le busco, no le veo bondades a la iniciativa de reforma hacendaria del presidente Enrique Peña Nieto; aparentemente, el único interés es recaudar más a como dé lugar y sin que a cambio el gobierno federal haga algún compromiso en materias como austeridad y transparencia.
La primera falla que muchos le detectamos a la propuesta fue el intento por gravar con IVA las colegiaturas. Sin embargo, con el tiempo han venido apareciendo muchas más disposiciones que confirman que el gobierno federal sólo está buscando de dónde y cómo recaudar más.
Nos dijeron hasta el cansancio que la reforma hacendaria sería de alto contenido social, porque no se cobraría el IVA en alimentos y medicinas y porque pagarían más quienes más tuvieran.
Lo que en realidad estamos viendo ahora que se comienza a conocer la realidad sobre la iniciativa, es que esos cobros adicionales de impuestos van teledirigidos a quienes ya pagan, no a quienes más tienen ni mucho menos a la economía informal.
Si en este año la economía mexicana va a crecer un 1.2%, de acuerdo con pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), ¿entonces cómo quiere hacerle el presidente Peña Nieto para superar esas pírricas cifras, muy inferiores a las que criticó a su antecesor?
¿Será que en realidad no tiene la intención? Digo, porque si le impone IVA a colegiaturas, a rentas, a compra de viviendas, a hipotecas, a autos, a fertilizantes, a plaguicidas, entre muchas otras cosas, entonces no es difícil imaginar que lo que sigue es una inmensa espiral inflacionaria a costillas de los mismos contribuyentes de siempre, y lo peor, no de los más ricos sino de la muy castigada y casi extinta clase media.
Y otra cosa que preocupa, y mucho, es que no hay compromiso alguno del gobierno federal para reducir su gasto corriente, o su amplísima nómina, tampoco se le ve interés por pasar a discusión y votación la Ley Anticorrupción, que tiene un año congelada, además de que sigue trabajando en su propuesta para desaparecer a la Secretaría de la Función Pública (SFP) y cambiarla por un ente más pequeño, menos autónomo y directamente dependiente de la Presidencia de la República.
¿Será que de verdad es el PRI tan cínico como para aprobar esta reforma? Porque haciendo cuentas, con sus aliados los diputados priístas son suficientes para pasarla, aún con la oposición de PRD, PAN, PT y Movimiento Ciudadano juntos.
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