De Primera Mano / Rescate de Michoacán y sector educativo
No se puede hablar del rescate de Michoacán sin pasar también por el urgente ordenamiento del sector educativo, donde hay enquistados cientos, tal vez miles de líderes y vividores que sólo defienden sus privilegios y exigen cada vez más. A quienes lo que menos les importa es la educación
Morelia, Michoacán, 11 de febrero de 2014.- Los hechos noticiosos de este lunes han puesto en evidencia una vez más dos hechos muy claros en torno a la realidad de Michoacán:
El primero de ellos, que la danza de las cifras alegres sigue a todo lo que da, con un titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) como Emilio Chuayffet Chermor, que se la pasó dando números tras números a lo largo de su gira en la capital del estado.
El segundo, que no se puede hablar del rescate de Michoacán sin pasar también por el urgente ordenamiento del sector educativo, donde hay enquistados cientos, tal vez miles de líderes y vividores que sólo defienden sus privilegios y exigen cada vez más. A quienes lo que menos les importa es la educación.
No es la primera vez que miembros de la Sección 18 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) actúan con salvajismo, pero llama la atención el nivel del odio y la irracionalidad que estos personajes han alcanzado, al grado de pretender –escudados en su sindicato y en la impunidad de la que por mucho tiempo han gozado- linchar a un secretario de Educación Pública de todo el país.
Por supuesto que ello explica y justifica los operativos de seguridad en torno a los secretarios de Estado y el que especialmente se llevó a cabo en esta ocasión.
Pero en el marco de la estrategia para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, los actos de violencia protagonizados una vez más por presuntos trabajadores de la educación demuestran que mientras en Tierra Caliente están los operativos de seguridad y decenas de funcionarios vienen a anunciarnos recursos –sean reales o no-, el tema educativo ha permanecido prácticamente al margen de las acciones de rescate a la entidad.
Un buen inicio sería el que a los integrantes de la Sección 18 de la CNTE y otras supuestas organizaciones sociales que son usadas como fachadas para delinquir se les aplicara la ley, que se les presentaran las denuncias correspondientes y que ahora sí terminaran en órdenes de aprehensión. Además de que no se cediera a chantajes para liberar delincuentes, como ya ha pasado otras veces.
Para poner orden en el sector educativo no se requiere necesariamente la desaparición de agrupaciones sindicales, sino que éstas se avoquen a lo que legalmente están facultades. Eso ya sería un gran avance.
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