Editoriales

Desde la izquierda / Michoacán ante una grave encrucijada

El autor, Víctor Manuel Báez, fue diputado federal y actualmente es presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRD
El autor, Víctor Manuel Báez, fue diputado federal y actualmente es presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRD

La Tierra Caliente no sólo es el Waterloo del PRI gobierno, sino del estado mismo. No hay gobiernos que asuman un compromiso real con eso ciudadanos que viven día a día los estragos de una guerra que no merecen

Morelia, Mich., 28 de octubre de 2013.- La irrefrenable vorágine de inseguridad, violencia y temor social que azota a Michoacán en los últimos meses no sólo ya marcó la fecha de caducidad del proyecto del partido en el gobierno, el PRI, sino que además ha dejado en evidencia que la presunta estrategia de seguridad de este gobierno sigue los trágicos pasos de la estela de sangre que dejó Felipe Calderón.

Aquí hemos dicho que éste gobierno, el del PRI (llámese Fausto Vallejo o llámese Jesús Reyna) es el peor gobierno en la historia reciente de Michoacán, que en lugar de repartir despensas y recursos, se ha dedicado a repartir culpas y agravios.

Pero el problema actual va más allá de lo que pueda o no pueda hacer esta administración, sino que se trata de la descomposición en ciernes de las instituciones, del fracaso de la política, de la decadencia del estado. Es un estado fallido y ausente, cuyos espacios los han cubierto los grupos fácticos.

No hay estrategias, no hay ideas, no hay talento, no hay propuestas, nadie sabe qué hacer en esta administración.

Tampoco hay coordinación con la federación, no hay compromisos del gobierno federal con un estado que le da la condición de insalvable.

Mientras tanto el miedo se apodera de los ciudadanos, y crecen los desplazados, la migración forzada, el desempleo, la marginación y el abandono.

La Tierra Caliente no sólo es el Waterloo del PRI gobierno, sino del estado mismo. No hay gobiernos que asuman un compromiso real con eso ciudadanos que viven día a día los estragos de una guerra que no merecen.

Esta es la grave encrucijada que vive Michoacán, cuna de héroes y de movimientos sociales que nos dieron patria, y parece ser aquí donde la patria naufraga.

Hoy en día, a casi dos años de gobierno priista, es tiempo de hacer algo por Michoacán, de dejar las instituciones de lado y abonar a que el estado se recupere, que haya estabilidad y paz social.

Es tiempo de trabajar desde la izquierda. Reiteramos a los michoacanos nuestro compromiso con los más desprotegidos, con la clase trabajadora, con los capitales que ayudan a la generación de empleos e inversiones en el estado.

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