El Evangelio Hoy: Cristo, modelo de presidentes
Muchos quieren ser presidentes para tener poder y riquezas, ignoran a Cristo que dio su vida para liberar a su pueblo.
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Morelia, Michoacán, 22 de abril de 2018.- En tu vida. Hay candidatos que te buscan para que los elijas como jefes. Prometen maravillas, pero en realidad quieren cuidarse y engordar ellos.
No les interesan los pobres, sólo su voto. ¿Quién de todos ellos está dispuesto a despojarse de todo y entregar su vida por ustedes?
Dios habla. Dios es el creador de los hombres y su rey que los gobierna para llevarlos al destino definitivo que el mismo les fijó, al amor eterno y felicidad plena.
El es el rey sabio, bueno y justo que atiende a los pobres y a los enfermos. Más aún, El es el Padre atento y providente que está al frente de su familia.
A lo largo de la historia, El educa a sus hijos, su presencia avanza hacia la manifestación máxima en su Hijo Jesús.
Cuando los tiempos señalados por El mismo, se cumplen y la presencia de Dios tiene su tiempo de plenitud, envía a Jesucristo, Dios hecho hombre. El es el modelo perfecto del jefe, del líder, del servidor público.
Cristo es el pastor, el líder ideal, la autoridad solicita que cumple verdaderamente, no como los líderes hombres que sólo prometen y no cumplen.
“Yo soy el buen pastor, porque conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí, como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas”.
En la Biblia, el conocimiento abarca también el amor. El amor de Cristo hacia sus seguidores, tiene como modelo el amor divino entre el Padre y el Hijo.
Este amor no es sólo discurso, promesa que no se cumple. La prueba de amor de Cristo está en que El dispone de su vida y la entrega, se entrega a la maquinaria de corrupción, el gobierno de su pueblo y es torturado y muere en la cruz.
“Jesús de Nazaret a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos”, –predica Pedro.
Ante la muerte de su Hijo, la derrota total según los hombres, el Padre interviene, le da la victoria final, definitiva, eterna lo resucita.
El resucitado, con su cuerpo glorioso, inmaterial es para siempre el buen pastor. El cumple siempre sus promesas. Sigue realizando muchos milagros. El enfermo que curó Pedro, recibe el milagro de Jesús. “Este hombre ha quedado sao en el nombre de Jesús de Nazaret… Ningún otro puede salvarnos”. El milagro de la curación del tumor cerebral del chico Simón Pedro en estos días es obra también de él.
Surgen pseudo mesías que arreglan todo en sus discursos y no cambian nada de la realidad, no cumplen sus promesas.
“Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre pues no sólo nos llamamos hijos de Dios sino que lo somos. Seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es”.
Por eso le pedimos en la oración colecta, “te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que tu rebaño… Llegue también adonde lo precedió su glorioso pastor”.
No puede haber mayor dicha y mejor suerte que las de los discípulos de Jesús. Nos da su vida, nos infunde su vida por la comunión de su cuerpo y sangre. Nos hace hijos y nos destina a estar con El. Nos da la felicidad plena en la vida inmortal, en la fiesta más bella, contemplando su rostro.
Así se cumplen todas nuestras aspiraciones de lo infinito, de lo inmortal, todos nuestros deseos de riqueza, y gozo, amor y vida maravillosa.
Vive intensamente. Goza intensamente, déjate alcanzar por Cristo y tu vida cambiará, se hará más hermosa que un sueño.
Cristo con nosotros. Cristo resucitado se hace presente en esta asamblea, nos alimenta y nos da la comunión de su cuerpo y de su sangre.
Para platicar en familia. Sigan a Cristo resucitado, Que él los guíe, no los mesías falsos y mentirosos.