El Evangelio Hoy: El Mesías de la gran transformación
El Mesías viene transformar el país de la corrupción y el dolor a ponerlo en la vía del progreso y la justicia. Hace un signo divino, maravilloso.
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Morelia, Michoacán, 20 de enero de 2019.- En tu vida. Juan conoce en su barrio muchas personas que están bautizadas pero no han encontrado a Cristo vivo.
Los católicos andan en la corrupción, en los cárteles, asesinos, secuestradores. Viven sin el mesías y sin salvación.
DIOS HABLA. El pecado infecta la historia de México y la vida del mexicano. Hay quienes olvidan esta realidad, no la sanan y no pueden lograr la verdadera transformación del país y dar al individuo la vida digna y tranquila que está ansiando.
Para sacar al país de la corrupción se necesita tener en cuenta que el individuo está infectado de pecado y que hace la maldad. Es una lucha contra la maldad y contra el Maligno. Si no se asume esta realidad, el combate contra la corrupción está desubicado no tiene para cuando la victoria final. La corrupción ha penetrado por todas las clases sociales, la clase alta y la más humilde.
Los hermanos que murieron en el estado de Hidalgo estaban en la corrupción, en el robo de combustible, actuando contra la conciencia moral, contra un un el séptimo mandamiento.
La salvación viene de Dios, sin él estamos dando vueltas donde mismo, con pequeños esfuerzos humanos.
Siguiendo el ejemplo de Isaías podemos exclamar: por amor a México “no me callaré… Hasta que surja en ella esplendoroso el justo y brille su salvación como una antorcha”. Queremos que México conozca la justicia y la gloria. Es necesario recibir el subsidio de Dios, ir en alianza con él. Hay que buscar la ayuda de Dios que se complace en este país lo acepta como una esposa.
El Mesías es enviado por Dios a México para enfrentar la batalla formidable contra la corrupción. Igual que en su país enfrentó a las autoridades corruptas y opresoras del pueblo de Dios.
El actúa como el mesías, su palabra es creadora. A diferencia de los falsos mesías, da muestras de santidad, de servicio a los pobres y muestra sus poderes divinos con toda humildad.
Se da conocer como el gran Dios en las teofanías: el nacimiento en Belén, la adoración de los Magos, el bautismo en el Jordán. Ahora revela sus poderes de Dios en un episodio pleno de delicadeza y ternura.
En las bodas de Caná, por iniciativa de su mamá, se compadece de los novios que se quedan sin vino y hace el bello milagro de darles vino en abundancia y de buena calidad.
Prolonga la fiesta y hace que se desborde el vino para gozo de los invitados. Da la fiesta los pobres que beben vino bueno hasta la embriaguez, 600 litros de vino de importación. Se muestra su poder y su ternura.
De un signo del Paraíso celeste que es un festín de las bodas del Cordero. El signo es precioso, rico, claro.
Jesús, el Mesías viene a traernos la seguridad, la justicia, la tranquilidad que tanto necesitamos. Por eso, suplicamos en la oración: “haz que nuestros días, padre Dios, transcurran en en tu paz.
El Evangelio nos permite conocer a Cristo, por los acontecimientos de su vida al misterio de Dios que se viene a vivir con nosotros para ser nuestra luz y nuestra vida.
El milagro de la multiplicación del vino en las bodas de Caná nos prepara para el milagro de la transformación del vino en la eucaristía.
También es signo del banquete de bodas del cielo.
Vive intensamente. Entra en la salvación que Cristo nos trae, a través de su palabra y de los sacramentos síguelo.
Cristo está con nosotros. Cristo en el signo del vino nos entrega su sangre y su cuerpo para alimentar nuestra vida.
En familia. tu familia necesita acercarse al gran milagro de Cristo p media y alimentarse con la sangre del señor en la misa.
