El Evangelio Hoy: En lucha frontal con los demonios
En las campañas coexisten el bien y el mal, como Cristo, debemos distinguir y no dejarnos arrastrar por los demonios
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Morelia, Michoacán, 27 de enero de 2018.- En tu vida. Encuentran hermanos descuartizados, es una crueldad horrible que sólo puede venir del diablo.
Muchos líderes pierden la calidad humana, los sentimientos llevados por las bajas pasiones, es diabólico también.
Dios habla. Dios hizo al hombre bien, lo formó con sabiduría y amor, lo colocó en un cosmos, un universo ordenado.
Por desgracia, el Maligno entra en escena desde el principio, desde el paraíso terrenal. La historia es una lucha eterna, interminable entre Dios y Satán.
Dios abiertamente ama al hombre y lo destina a su felicidad completa, definitiva. El demonio se opone y busca al hombre con engaños para destruirlo. Es padre de la mentira y los seduce con las más bellas promesas, son sólo promesas como escuchamos en otro lado.
Dios le pone al hombre normas y metas, le envía profetas, como Moisés, que hablen al pueblo en su nombre. “Yo haré surgir en medio de sus hermanos un profeta como tú. Pondré mis palabras en su boca…”
Hay grandes profetas en el pueblo de Dios, como Elías, Jonás… Pero la profecía se cumple plenamente en Jesucristo, sabiduría eterna del Padre, su Ungido para realizar plenamente el plan Salvífico De Dios.
Como Mesías, aparece con una doctrina nueva y apoyada en poderes divinos, en milagros. “¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta los espíritus impuros y lo obedecen”.
Cristo es un Mesías de milagros, es una característica del Mesías. Sana a los enfermos, a los pobres que no atienden en el Seguro o en otros hospitales, sana las almas depresivas angustiadas que no tienen dinero para el psicólogo.
Libera las almas y los cuerpos encadenados por las adicciones, sometidos a la tiranía de las bajas pasiones: odios, venganzas, pulsiones de muerte que dejan las manos manchadas de sangre hermana.
En los pasajes obscuros, interminables de la corrupción, del crimen y la injusticia, cuando los demonios andan desaforados buscando a quien aplastar, engañar, matar necesitamos al Mesías.
Cuando humanamente el horizonte está negro y cerrado, el túnel es sin salida, cuando las sombras terribles de la crisis nos aplastan y humanamente no dejan lugar a la esperanza, necesitamos al Mesías.
El viene sin gran escándalo de bocinas, reflectores, discursos seductores para engañar a los humildes y engordarse a costa de ellos, como él mismo lo afirma.
Trae un trato exquisito para los marginados, sus hermanos que los poderosos del mundo utilizan y olvidan porque los desprecian.
La solución de la corrupción, la injusticia, la escandalosa desigualdad social, la impunidad, la sangre derramada y las lágrimas es simple y está al alcance de las manos: hay que seguir al Mesías.
Pero los demonios de la soberbia y la ignorancia y otras modas absurdas buscan expulsar a Dios de la vida de los hombres. Los mercenarios de Satanás, los del falso liberalismo, los que buscan una autonomía miope e inflada de los hombres quieren expulsar a Dios.
Se pierde la oportunidad y se deja pasar el punto de inflexión para acabar con la miseria de bienes espirituales y materiales y erradicar, en la realidad no en el discurso el dolor, el llanto de los pobres y parar los veneros de sangre derramada.
Recupera tu lugar en el pueblo de la salvación, de la justicia y la verdad. Toma el paso en la gran marcha de Cristo, de los que construyen el mundo nuevo del progreso, la transparencia, el bienestar, la dignidad de los hijos de Dios, la paz.
Vive intensamente. Deja las bajas pasiones, la vida ligera, irreflexiva, enajenado con las seducciones del mundo. Acércate al Mesías, entra en el proyecto divino de liberación.
Cristo con nosotros. Aquí está Cristo, te invita a su mesa, te alimenta con su cuerpo y con su sangre
Para platicar en familia. Cristo busca a tu familia para liberarla de la droga, del crimen y de todos los demonios.