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El Evangelio Hoy: La muerte en cruz y la glorificación

Cristo desciende a la tierra y asciende a la gloria, el ciclo se cierra, los discípulos continúan la salvación, con el Espíritu, hasta que él vuelva.

Morelia, Michoacán, 02 de junio de 2019.- En tu vida. Muchos hermanos sólo creen en un Cristo aplastado, muerto en la cruz, no ven más allá.

Tienen una imagen deformada, horrible de la fe. Viven sin un Cristo glorioso que les quiere dar su gloria.

Dios habla. El Proyecto Secreto de Dios se ha manifestado plenamente en Cristo y ha llegado a su realización definitiva en el Hijo de Dios, en su Misterio Pascual de muerte y resurrección.

El acontecimiento originario de salvación se realiza en un momento preciso y en un lugar bien concreto de Israel. Es la vida de Cristo, más específicamente su pasión, muerte, resurrección que es glorificación. El Acontecimiento nos orienta a su consumación para toda la creación, al acontecimiento escatológico cuando vuelva el Señor en su gloria.

Se acompaña con una celebración, que Dios mismo instituye y que se repite en celebraciones sucesivas, que son las misas.

Es el Acontecimiento que vivimos en la Pascua, desde la semana Santa hasta Pentecostés. Hoy celebramos el gran acontecimiento de la glorificación, la ascensión es como aun desdoblamiento de la resurrección, es Cristo glorificado. La glorificación de Cristo es su resurrección, su ascensión al cielo, su sesión a la diestra de Dios padre.

En la presentación de Lucas, ven alejarse a Jesús en las alturas. Los Ángeles les afirman que un día volverá. La Carta a los Hebreos recuerda: “Al final se manifestará por segunda vez… Para la salvación de aquellos que lo aguardan y en él tienen puesta su esperanza”.

Por toda la obra de Cristo tenemos la seguridad de poder acercarnos al altar y ofrecer su sacrificio redentor.

Los apóstoles deben continuar la misión pero deben esperar en Jerusalén. “Cuando el Espíritu descienda sobre ustedes y los llenará de fortaleza y serán mis testigos… Hasta los últimos rincones de la tierra”.

Las últimas recomendaciones del Mesías son las mismas que leemos en San Mateo el mandato “de predicar a todas las naciones… La necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados”.

Cristo es el primero del gran desfile de la humanidad. Cada creyente y cada hombre debe seguir sus pasos y entrar en el Acontecimiento originario de la salvación. Éste debe convertirse en el acontecimiento central de la vida del cristiano: hay que entrar en los pasos de la pasión, muerte, resurrección y glorificación.

Por eso afirmamos a Dios todopoderoso “que la ascensión de Cristo, tu hijo, es también nuestra victoria, pues a donde llegó él, que es nuestra cabeza, esperamos también llegar nosotros que somos su cuerpo”.

Dios es maravilloso: “aplaudan, fieles todos, aclaman al Señor llenos de gozo… Entre voces de júbilo Dios asciende hasta su trono…”

Sin embargo, debemos tener presente la afirmación de Cristo según San Mateo: “yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.”

Nuestra fe es paradójica, debemos tener en manos todos los hilos: Cristo es glorificado y ocupa su lugar a la derecha del Padre. Al mismo tiempo está con nosotros y confirma nuestro trabajo en la comunidad con las maravillas y milagros que realizamos.

El lugar privilegiado para aprender a entrar en el Acontecimiento originario de la salvación es la santa misa. Ahí aprendemos a entrar en el drama de Cristo y a darle nuevo y divino sentido a nuestra vida.

Necesitamos hacer de la misa una incursión en el Acontecimiento, entrar en el misterio divino y fascinante de la vida verdadera y la gloria.

Vive intensamente. Necesitas la conversión: encontrar a Cristo y seguir sus pasos, vestirte su pasión y su gloria.

Cristo está aquí. Cristo viene a ti con el Padre, hace en ti su habitación cuando comes su cuerpo y bebes su sangre.

Para compartir en familia. Entra con tu familia en la familia de Cristo, entren en el acontecimiento de la salvación.

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