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El Evangelio Hoy: La religión del amor

El autor es el Presbítero Mateo Calvillo Paz, vocero episcopal y colaborador de diversos medios de comunicación locales, regionales e internacionales
El autor es el Presbítero Mateo Calvillo Paz, vocero episcopal y colaborador de diversos medios de comunicación locales, regionales e internacionales

Los enemigos de Dios achacan a la Iglesia muchos defectos, olvidan que vivimos la religión del amor a Dios y al prójimo.

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Morelia, Michoacán, 29 de octubre de 2017.- En tu vida. Los jueces y ministerios públicos no pueden aplicar leyes complicadas, hechas por políticos para proteger a los de su clase.

No hacen justicia, no agarran a los criminales y cuando los tienen en su poder los sueltan. Sus leyes son absurdas sin el mandamiento del amor.

Dios habla. Al ver a los cavernícolas pensamos que los hombres primitivos tienen un gran atraso en su persona y en sus relaciones sociales.

En la historia de la salvación, Dios los va puliendo, educando en camino hacia una vida mejor, buscando la perfección de hermanos de los hombres, hijos de Dios. Trabaja la semejanza con el Creador.

Los toma y les va quitando sus costumbres bárbaras y los lleva a vivir valores más altos. Les quita grandes vicios de la venganza, de su organización social basada en la ley del más fuerte, de la venganza.

Les da una altura de vida, los enseña a vivir para amar en su persona y a crear relaciones de amor con los demás. De la jungla y la tribu primitiva los alza ala reino del amor.

La prueba del amor es la atención al pobre, su servicio gratuito, desinteresado, con una entrega total. Dios ama al pobre, es su protector, su defensor.

Desde muy antiguo pone freno a los poderosos del poder político y del dinero. Es una línea de acción que recorre toda la Biblia.

Desde Éxodo, cuando se ponen los fundamentos de la vida social de Israel se establecen las leyes que son barreras contra el abuso del más fuerte.

Esto dice el Señor: no hagas sufrir ni oprimas al extranjero… no explotes a las viudas ni a los huérfanos… Cuando prestes dinero a uno de mi pueblo, pobre que está contigo, no te portes con él como el usurero…. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélvelo antes de que se ponga el sol.

Este cuidado está presente en toda la historia del pueblo, Dios, es modelo de padres y de gobernantes. Cuando los grandes prefieren la voracidad y la explotación crean un mundo de corrupción, luchas fratricidas, establecen el reino del dolor y la muerte.

La vida social es transparente y simple, tiene un mandamiento central, soporte inconmovible, el amor.

Los legisladores han complicado horriblemente las leyes que ahogan la vida y protegen a los que destruyen y se enriquecen y hacen millones de pobres.

Es tan simple la ley sabia y crea el orden la armonía, la convivencia segura. Toda se reduce a un mandamiento, el del amor.

“Amarás al Señor, tu Dios con tu todo tu corazón, toda tu alma y toda tu mente”. El vacío de amor es lo que hace terribles a los poderosos del mundo que se arrodillan ante el ídolo del dinero y le entregan su dignidad, su vida, su lucidez para ver el bien de todos. Causan el caos, la catástrofe, el infierno de los pobres.

Si Dios ama al pobre hombre y es modelo de solicitud y generosidad para con ellos, se desemboca naturalmente en el otro mandamiento: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Usar al otro para tener placer sexual no es amor, el amor que se recomiendo es la entrega a los demás de su dinero y sus cosas hasta dar la vida por ellos. ¿Quién de los patrones y gobernantes está dispuesto a dar la vida por los pobres?

Para amar hay que sentirse amado, hay que sumergirse en el amor puro y refrescante de Dios.

Vive intensamente. Déjate guiar por Dios, que el amor norme tu vida. Tendrás una relación de armonía y gozo con tu prójimo.

Cristo con nosotros. Cristo está aquí, él nos enseña el mandamiento más grande. Nos alimenta con su cuerpo y con su sangre.

Para platicar en familia. Ordena tu familia en torno del amor, te librarás de tantos problemas que quitan la paz a la familia.

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