El Evangelio Hoy: Primer anuncio de la resurrección, kerigma
Cristo, hijo de Dios hecho hombre, murió por los crímenes y la corrupción. Dios lo resucitó y está con nosotros y hace milagros.
Morelia, Michoacán, 17 de abril de 2020.- En tu vida. Se aparece Cristo resucitado, bajo figuras, de maneras muy variadas, se manifiesta a sus fieles en situaciones graves.
Acompañó a aquel chico que quedó en la carretera después de un choque aparatoso, el mismo da testimonio.
Dios habla. Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo es todo amor para los hombres, es ternura y fidelidad. En prueba de este amor, el Hijo Jesucristo se hizo uno como nosotros.
Pasó su vida haciendo el bien: denunciando el crimen y la injusticia y anunciando el mundo nuevo, de lo alto. Por ser fiel a la misión de su Padre, los pecadores, autoridades hipócritas, corruptas de su pueblo le dieron la muerte más cruel y humillante. Lo aplastaron y creyeron vencerlo. Él entregó su vida por el amor más grande a sus amigos.
Pero el Padre lo reivindicó y lo resucitó glorioso. Él es la primicia y el germen del mundo nuevo de la verdad y la justicia, de la santidad, la vida divina, la gloria. Así, Dios realiza su designio de salvación de una vez por todas.
Dios lo resucitó y le concedió mostrarse, no a los hombres soberbios, que adoran el progreso, las comodidades, el dinero y el placer, que no tienen tiempo ni lugar para Dios, le dan las sobras, y lo llevan como una idea o un sentimiento vago de religiosidad natural.
Dios le concedió mostrarse a los humildes que ponen su confianza en él y están abiertos a su presencia, los acompaña y los salva en los accidentes, enfermedades, necesidades de justicia y de pan.
Les comparto una experiencia teofánica. Su servidor, un pobre pecador se durmió y se salió de la carretera, como a cien por hora, por el carril opuesto. Desperté en una nube de piedritas y polvo. Pude decir: Señor, ten misericordia de mí.
Un golpe fuerte, al chocar contra una piedra me detuvo. Dos grúas venían en dirección opuesta, les hice seña, me auxiliaron, repararon mi auto y me dejaron ir. Si buscara esas grúas no las encontraría en ninguna parte.
El resto del día anduve como si me hubieran dado una golpiza, como anestesiado pero envuelto en una presencia muy grande y muy dulce, que me protegía. Pude manejar hasta mi ciudad.
Las ideas que les he propuesto quieren ser una traducción, actualización de los acontecimientos que el apóstol Pedro predica a los judíos en la euforia y un exaltación por la resurrección de Cristo.
Recuerda los grandes rasgos de la vida de Jesús, su fin trágico colgado de la Cruz y el anuncio central: “Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo… A los testigos que el de antemano había escogido… Cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón de los pecados.”
Los evangelistas narran qué pasó con el cuerpo de Cristo. Algo sorprendente sucede, empiezan a descubrir un prodigio de Dios que resucita a su hijo Jesucristo.
La gran prueba histórica de la resurrección es el sepulcro vacío de Cristo. Es una señal histórica de la resurrección de Cristo, lo mismo que la carrera de los dos discípulos al sepulcro, advertidos de que el cuerpo no estaba. La resurrección es un hecho histórico, no es un mito como los que profesan otras religiones.
La base de las fe cristiana es un hecho histórico, también las apariciones a sus discípulos en pruebas extremas.
Vive intensamente. Entra a la experiencia de Cristo resucitado, en algún lugar de espera, es esencial para tu fe.
Cristo está aquí. Es el Mesías resucitado, lo reconocemos al partir el pan, nos alimenta con su Palabra, su cuerpo y su sangre.