El juego de alianzas en Querétaro y Chihuahua
En la izquierda, por ejemplo, será de vital importancia sellar nuevamente la coalición Seguimos Haciendo Historia
						Morelia, Michoacán, 03 de noviembre de 2025.- México, a raíz de las necesidades políticas, ha establecido un sistema de alianzas de partidos. Unos, por afinidad o esencia, comparten la agenda. Otros, en cambio, usan cualquier estrategia para la supervivencia, más allá de las tensiones que viva cada uno o, de plano, de la declaración de principios. Por eso existe, de tiempo, un acercamiento con aquellos que están dispuestos a sumar la estructura territorial.
Muchas veces, de hecho, se sostenían cuantitativamente con un voto duro que, al final de cuentas, fue más o menos como el número proporcional de afiliados que, con credencial en mano, formaban parte de alguna columna vertebral. Quienes se encargaban de eso, desde luego, fueron siempre los liderazgos más visibles. Durante muchos años, en efecto, algunos partidos actuaban con poca presencia. Eso permitió descubrir los confines que perseguían.
Aunque al PAN y al PRI les costó negativos, siguieron actuando por compromisos pactados o, en el peor de los casos, por las prioridades que diseñó el Ejecutivo federal de aquel entonces para influir en la toma de decisiones del legislativo. Eso dinamitó que cada uno, por separado, tuviera fracturas y un éxodos a otras expresiones. Muchos partidos, en efecto, apenas si se sostienen con el número proporcional mínimo de la normativa interna que pide el INE ante registros.
El panismo, por ejemplo, es uno de los partidos que, en las últimas décadas, dejó de hacer un trabajo territorial de afiliación. Son pocos los que conservan y aún así se agigantan ante la decadencia. En definitiva, han dejado huérfanas a las estructuras que habitan todavía en las entidades federativas. El problema es que, como las cosas han cambiado en esa correlación de fuerzas, la balanza comienza a inclinarse a favor del partido que gobierna el país.
Jorge Romero, que quiso iluminar a las bases que estuvieron presentes en el relanzamiento del PAN, ha dicho que las siglas de ese partido no dependen ni dependerán de una alianza. Por lo tanto, podemos dar por finalizada la sociedad con el PRI. Si recogemos algunos puntos importantes de ese discurso, aludimos a que es, ni más ni menos, un rompimiento ante las derrotas que arrastran.
De hecho, en entrevistas para medios de comunicación, el líder del panismo ha dicho que no regatearán votos y negó, de paso, cualquier coalición para las elecciones intermedias del 2027. Esto significa que el PAN, con su siglas, va completamente solo. Le apostará a la estrategia que, hace poco, diseñó Dante Delgado para Movimiento Ciudadano. Ellos, empezando por la elección presidencial que encabezó Ricardo Anaya, tuvieron para darse cuenta lo dañinas que son algunas alianzas. Por eso, dispuestos a ir solos, veremos qué tanto fue eficiente esa perspectiva.
En la izquierda, por ejemplo, será de vital importancia sellar nuevamente la coalición Seguimos Haciendo Historia. Todo esto, por supuesto, en pro de hacer una lectura de las últimas encuestas que han circulado, especialmente en Querétaro y Chihuahua.
Lo que tenemos en nuestra manos, de conocimiento general, son los datos que arrojó una de las metodologías más eficientes de México. Hablamos de Gobernarte. Todo eso, de entrada, nos permite visualizar aquellas expresiones que, como tal, están recibiendo el apoyo de la gente porque, en la proporción numérica, van en flanco ascenso.
En Querétaro, lo dijimos, Morena se reforzará con los números que promedia el PVEM y PT. Con esa ponderación, sumada, por supuesto, habla de una competencia real ante el creciente despegue del partido guinda.
De hecho, el mismo Santiago Nieto, que será el abanderado de la izquierda en aquel punto, ha comenzado a tejer puentes de interlocución con los partidos de la coalición Seguimos Haciendo Historia. Ha construido, en efecto, una estructura que se ha desplegado por todo el territorio. Es una columna de avanzada, que está asumiendo el estandarte que le tocará portar para romper con la hegemonía del panismo. El mismo Nieto Castillo, que está por escribir una nueva historia en la alternancia, se ha afianzado como el liderazgo más visible del lopezobradorismo. Basta esperar los tiempos para que ese tema se oficialice por el progresivo y permanente avance en las encuestas de opinión pública. Por eso lo atacan tanto. Eso, de manera paradójica, lo afianza más. Ha salido literalmente ileso del fuego cruzado.
Otro de los puntos, donde el desmoronamiento del PAN es inminente, es el enclave de Chihuahua. No es iluso pensar en la alternancia, sobre todo ahora que Morena, por mucho tramo, ha superado al PAN con los pormenores de las últimas encuestas, especialmente la de GobernArte, de fecha de finales de octubre. De estos detalles o datos, en definitiva, podemos construir posibles escenarios que están teniendo, al menos ahora, efectos positivos.
La misma expresión cuantitativa, en la carrera interna de Morena, pone muy por encima al alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez. Él, por segundo mes consecutivo, se afianza en la primera posición. Ha desplazado, de hecho, a personajes del legislativo muy mediáticos. Entonces eso, que es doblemente meritorio, merece una mención especial porque no es fácil competir contra los reflectores. Por eso Cruz, que despegó y ha ganado terreno, tiene amplias posibilidades de colarse a la coordinación de la defensa del voto y, con ello, colocarse en la antesala del despacho del ejecutivo estatal.
También en ese enclave, como en Querétaro, el juego de alianzas será fundamental, sobre todo ante el crecimiento acelerado que ha tenido el Partido del Trabajo con liderazgos como Alberto Anaya y Reginaldo Sandoval, serio competidor por la gubernatura de Michoacán.
				



