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El primer debate / Hugo Gama

Hugo Gama es Maestro en Derecho por la Universidad La Salle México, así como abogado especialista en propiedad industrial
Hugo Gama es Maestro en Derecho por la Universidad La Salle México, así como abogado especialista en propiedad industrial

Por ahora habrá que seguir observando la misma dinámica ordinaria de las campañas, y será hasta el 20 de mayo cuando veamos nuevamente frente a frente a los candidatos, deseando que ese encuentro supere las expectativas, pues las preferencias electorales serán más tangibles y eso pondrá mayor interés a dicho ejercicio

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Morelia, Michoacán, 01 de mayo de 2015.- El miércoles pasado los michoacanos fuimos testigos del primer debate de los candidatos a gobernador de Michoacán. Un ejercicio obligatorio por ley, que nos permite escuchar, conocer y entender las posturas, propuestas y sueños de quienes buscan conducir el destino de los michoacanos.

Deseo partir del formato establecido por el IEM para dicho ejercicio. En lo personal me gustó la conducción de Rosmi Bonilla, su trabajo fue sobrio, como lo merecía el evento, se mostró profesional. La dinámica del debate fue rígida, sin mucha posibilidad para ahondar en las ideas ni para generar mayor polémica, el tiempo fue otro adversario.

Es probable que el número tan alto de participantes haya obligado a un esquema tan acartonado, sin embargo, hay material suficiente para analizar y que cada quien de manera libre elabore su juicio.

Empecemos por el orden de las participaciones:

En el caso de Luisa María Calderón, candidata del PAN, su estilo de confrontación y la oratoria popular prevaleció; fue una defensora férrea de su apellido; no atacó a uno, atacó a dos. La defensa a ultranza del gobierno de su hermano Felipe Calderón le resta, no le suma, pues el ex presidente no es precisamente recordado con beneplácito por los michoacanos.

La idea de golpear a los candidatos del PRD y del PRI, es una notificación al auditorio de que se coloca en tercer lugar, pues cuando se va en segundo, no se ataca al de atrás, se ataca al de adelante. Su estrategia de venderse como mujer valiente, que enfrenta al crimen, parece ser ya no le es redituable como en otros tiempos, lo que es síntoma de las afectaciones que provocan los videos en los que se mencionan nombres multicolores, lo que queda evidenciado con las declaraciones (tipo berrinches) de Felipe Calderón.

Gerardo Dueñas, candidato del Partido Humanista, su estilo, sus ideas y conocimientos, muestran que es académico. Fue evidente que apostó a su preparación profesional, pero no se molestó en elaborar un discurso para el electorado. Debo decir que de los seis, es el único que no es político, es auténtico ciudadano. A mi juicio dejó pasar la oportunidad, pudo ganarse un par de puntos si hubiese mezclado sus conocimientos con una estrategia de comunicación certera.

Manuel Antúnez candidato de Movimiento Ciudadano, evidenció que es buen orador y mostró tablas políticas; intentó usar un discurso jovial, parecido al de su dirigente estatal Daniel Moncada, pero es evidente que no le ajusta, incluso su atuendo no fue de alguien de su edad.

Pretender venderse como «ciudadano», no le queda, ha sido, es y será de la casta política de la entidad. Su desempeño fue bueno, aprovechó que no es el centro de atención y fue certero en un par de ocasiones.

Silvano Aureoles, candidato del PRD, PT, PANAL y PES, a mi consideración armó una estrategia de alguien que sabe que encabeza las preferencias en las encuestas. Usó el aspecto emotivo, sus orígenes, su mamá y sus hijas; no acusó ni descalificó, buscó meterse al terreno de la propuesta, lo que confirma la hipótesis de que es el puntero, pues sólo bajo ese escenario se elude la confrontación.

Se dio el lujo de regañar -apláquense-  a Calderón y Orihuela, es decir, buscó colocarse moralmente por encima de sus adversarios. La estrategia la fragmentó por sector, fue el único que no leyó, en resumen, su participación no fue de buscar polémica, fue de táctica de administración y posicionamiento de la ventaja.

Ascensión Orihuela, candidato del PRI y del Verde Ecologista, apuntó también metrallas contra Calderón y Silvano, por ende, también notificó que se siente en tercer lugar. Sin mencionar su nombre, defendió el trabajo de Alfredo Castillo, también presumió a Peña Nieto, lo cual no estoy seguro que haya sido un acierto, pues los escándalos de los abusos de uno y la corrupción del otro, siguen siendo nota nacional e internacional.

Orihuela omitió mencionar al gobierno de Vallejo, Reyna y Jara, con la intención de deslindarse. En realidad corrió con suerte, los otros candidatos fueron condescendientes, no se excedieron en los ataques en su contra, siendo que es un blanco muy fácil de atacar por todos los escándalos recientes de su partido y de sus militantes.

María de la Luz Núñez, candidata de Morena, considero era la que mayor oportunidad de crecimiento tenía, pero no aprovechó del todo el momento, se enfrascó en cifras, numero y datos que para gran parte del auditorio son inentendibles y etéreos. La candidata debió explotar más el valor agregado de su partido, es decir, Andrés Manuel López Obrador.

Fue asertiva en un par de ocasiones, es especial cuando señala a la «gaviota» como parte del proyecto cultural del PRI y en recordar las consecuencias de la guerra de Felipe Calderón (viudas y huérfanos).

Pero, ¿Quién ganó el debate? Usted tiene la respuesta, en lo personal tengo la mía, insisto, cada quien saca sus conclusiones. Por ahora habrá que seguir observando la misma dinámica ordinaria de las campañas, y será hasta el 20 de mayo cuando veamos nuevamente frente a frente a los candidatos, deseando que ese encuentro supere las expectativas, pues las preferencias electorales serán más tangibles y eso pondrá mayor interés a dicho ejercicio.

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