El PT es la vanguardia ideológica y locomotora de la 4T
Hace unos días, de hecho, voces como la de Reginaldo Sandoval, que hicieron alusión a la unidad que debe reinar en torno al proyecto de transformación que encabeza Claudia Sheinbaum

Morelia, Michoacán, 28 de abril de 2025.- El PT, en décadas, ha mantenido una enorme base social que, con el paso de los años, ha ido acrecentando a nivel nacional. Eso, como en todo proceso democrático, es producto o resultado de la constancia de sus liderazgos más visibles como Alberto Anaya y Reginaldo Sandoval, hoy coordinadores en ambas cámaras legislativas, y piezas claves del engranaje del andamiaje de transformación tanto en las reformas constitucionales, como el apoyo a las acciones de la agenda prioritaria. El PT, en resumidas cuentas, participa activamente y, de paso, influye sustancialmente para que el país avance en ese proyecto de nación que floreció con Andrés Manuel López Obrador.
Hemos dicho, a lo largo de este proceso de transformación, lo valioso que ha significado la aportación del PT. A nuestro juicio, y de un segmento importante de ciudadanos que nutren esta enorme plataforma social, el Partido del Trabajo, en voz de sus protagonistas, es la vanguardia ideológica y la locomotora de la 4T. Así lo manifestó uno de sus máximos exponentes, Reginaldo Sandoval, en el 12.º Congreso Nacional. De hecho, se refrendó que el Partido del Trabajo, como tal, es uno de los epicentros cruciales de la izquierda a nivel nacional. Hay muchos antecedentes que nos llevan a concluir en esa concepción. Una de ellas, evidentemente, la lealtad y el acompañamiento en la lucha social para concentrar un segmento muy nutrido en sucesos como la resistencia pacífica ante los monumentales fraudes electorales que padeció AMLO.
Hace unos días, de hecho, voces como la de Reginaldo Sandoval, que hicieron alusión a la unidad que debe reinar en torno al proyecto de transformación que encabeza Claudia Sheinbaum, influyeron para que las bases del partido cerrarán filas con la jefa de Estado. Eso, por cierto, se ha visto reflejado en las tribunas de ambas cámaras legislativas, donde el PT, a capa y espada, ha defendido el contenido de las propuestas de reforma constitucional que ha enviado Sheinbaum en este segundo tramo. Basta ver el sentido en cómo forma parte no solo de las intervenciones en el salón de sesiones, sino la propia colaboración numérica que, al final de cuentas, es la que ha hecho la diferencia para lograr la mayoría calificada. Eso se ha realizado, incluso, en momentos de tensión con algunos legisladores de Morena, que no han entendido el poder de convocatoria que jala la coalición Seguimos Haciendo Historia.
Pese a ello, no hay duda, el PT ha seguido erguido e impávido ante los comentarios aislados que, una y otra vez, han pretendido segregar al PT de los temas de la agenda y, sobre todo, de la toma de decisiones. Si hacemos una reflexión de ello, el Partido del Trabajo, sosegado ante los dichos, se ha mantenido firme. Hoy por hoy, en efecto, el PT sigue aumentando el segmento de militantes y simpatizantes. En Michoacán, por ejemplo, el petismo pasó, de acuerdo con la evaluación que realizó Demoscopia Digital, a formar parte de la tercera fuerza política del territorio, inclusive muy por encima de partidos como el PRI y MC.
Con esas condiciones numéricas, y en pleno despegue, el PT será, ni más ni menos, uno de los protagonistas para la sucesión de 16 gobernadores, especialmente por la importancia que significa Michoacán. Ahí, sin duda, Reginaldo Sandoval ha marcado la gran diferencia y, de paso, ha logrado consolidar una gran estructura que ha dejado al descubierto esa capacidad para encarar un proceso electoral de esa naturaleza. A nuestro juicio, soy de los que piensan que la alianza electoral, con la voluntad que ha mostrado Sheinbaum y Luisa María Alcalde, se volverá a sellar para el ejercicio democrático del 2027. Al volverse a concretar esa alianza inexorable, naturalmente, debe prevalecer la democracia participativa entre los perfiles de Morena, PVEM y PT. Algo similar a lo que pasó con el juego de las corcholatas, que volvió más atractiva la contienda en una cancha que, de por sí, cobró mucho interés tres años antes de la cita oficial.
Hoy, con esa misma intensidad, se vive la lucha por la gubernatura de Michoacán. La forma más explícita de explicar esa concepción es la guerra sin cuarteles que se vive en el seno morenista, tal y como aconteció en Apatzingán, en un acto público del Senador Raúl Morón.
Dado el consenso y la negociación para abrir la puerta de la unidad, Morena, por justicia social, tendrá que ceder, por lo menos, dos espacios para las gubernaturas a los partidos aliados. Para San Luis Potosí, está claro, el Verde tiene mano para poner sobre la mesa una propuesta. Y en Michoacán, por el peso específico que tiene Reginaldo Sandoval, sumado al apoyo que le dará Alberto Anaya, presidente nacional del PT, puede abonar en la consideración para encontrar acuerdos al más alto nivel. Y sí, Reginaldo, situado en esa coyuntura inmejorable, cuenta con una posibilidad real para ser el abanderado de la coalición Seguimos Haciendo Historia en tierras purépechas.