Editoriales

El relevo / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

El próximo gobierno de Silvano Aureoles será sexenal, se agotaron las administraciones abreviadas que no se distinguieron por la estabilidad como divisa, la sombra ominosa de Alfredo Castillo estuvo omnipresente durante un importante tramo como una especia de virrey de facto que tampoco se caracterizó por disponer de sensibilidad porque más que político es un fiscal

Morelia, Michoacán, 20 de septiembre de 2015.- La política es arte y ciencia que desde el prisma griego consiste en procurar el bien común, es decir la felicidad. Aristóteles postuló que la política debe ser la expresión máxima de la ética, asignatura ésta que muchos sedicentes políticos desconocen porque trafican influencias para generar inequidad e injusticias.

Platón defendía la tesis de la aristocracia, modelo a través del cual gobernarían los más sabios, siglos después Nicolás Maquiavelo sugería el combustible del poder como medio y fin ya sin las florituras platónicas ni aristotélicas, tal esquema prevalece porque está ligado a la condición humana.

La política debe ser conducida por políticos y no por aficionados, en algunos casos se presume que alguien con destacados reconocimientos académicos puede ser un estadista, la realidad indica otra cosa, Michoacán y Guerrero son dos ejemplos incontrovertibles.

Michoacán registrará próximamente el relevo en el Poder Ejecutivo, arribará Silvano Aureoles a la gubernatura para ocupar el sitial al que por causa extraordinaria llegó Salvador Jara que no fue electo en las urnas.

Al hablar de cambios se infiere que se trata de un revulsivo, máxime que Michoacán se encuentra endeudado como nunca en la historia, tiene rezagos educativos de larga data, índices de inseguridad que reflejan el martirio al que muchos ciudadanos han sido sometidos por el crimen, organizado y anárquico, la deficiencia de los cuerpos policiales resalta.

La lista de pendientes parece interminable, la próxima administración estatal tiene muchas asignaturas para abordar de inmediato, no hay tiempo para el soslayo.

El próximo gobierno de Silvano Aureoles será sexenal, se agotaron las administraciones abreviadas que no se distinguieron por la estabilidad como divisa, la sombra ominosa de Alfredo Castillo estuvo omnipresente durante un importante tramo como una especia de virrey de facto que tampoco se caracterizó por disponer de sensibilidad porque más que político es un fiscal.

Sólo el tiempo y las acciones dirán qué derrotero perfilará al próximo gobierno, mismo que requiere poner en juego su capacidad de gestión porque le entregarán una entidad sin dinero, caótica y en el que ha sido más importante organizar carreras que pagar a los empleados puntualmente.

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